[NdeR: El fact checking o verificación de hechos ha sido retomado masivamente en el mundo. Sobre todo en la prensa de Estados Unidos, donde tienen un Presidente que acostumbra hablar –diríamos los mexicanos– sin los pelos de la burra en la mano. O con mentiras. La Unidad de Datos de SinEmbargo lanza este ejercicio, llamado simplemente “Dichos y Hechos”, para revisar frases, afirmaciones o documentos de figuras públicas para saber si están sustentados.]
EL DICHO: “Javier Duarte de Ochoa notificó que no podía designar a un abogado defensor, ya que no contaba ‘con recursos económicos para hacerlo’, según consta en el expediente [3741-2017] que se armó en el Quinto Tribunal de Sentencia Penal [de Guatemala]” (Organización Editorial Mexicana-Informex, 18 de abril de 2017).
EL HECHO: Cuando uno piensa en el ex Gobernador de Veracruz (2010-2016), Javier Duarte de Ochoa, lo menos que uno piensa de él es que pueda sufrir de carencias económicas. Después de todo, son decenas las acusaciones en su contra por los delitos de enriquecimiento ilícito, desvío de recursos locales y subsidios federales -como los de educación, salud, e infraestructura-, y lavado de dinero a través de empresas “fantasma”. En la actualidad, la Auditoría Superior de la Federación tiene interpuestas ante la Procuraduría General de la República (PGR), al menos, 60 delaciones penales en su contra. De ser comprobadas todas, el veracruzano enfrentaría cargos por un daño patrimonial que superaría los 60 mil millones de pesos. Sin embargo, en noviembre del año pasado, a unos días del cambio de Gobierno en Veracruz, la oposición panista expuso que el daño patrimonial del mandato de Duarte ascendía a 16 mil millones de pesos.
Luego está lo que las autoridades le han encontrado -hasta el momento-: una amplia sarta de casas de lujo ligadas a él, en varios países (el rancho Las Mesas en el Edomex; casas en Veracruz, Campeche y la CdMx; propiedades en Houston, Miami, Nueva York y hasta en Madrid, España), que en conjunto, alcanzan a sumar unos 472 millones 643 mil 988 pesos; un mínimo de 34 compañías “fantasma”, que de acuerdo con el Servicio de Administración Tributaria, tenían contratos con el gobierno veracruzano por tres mil 300 millones de pesos; 112 cuentas bancarias congeladas por la PGR en noviembre de 2016; 20 millones 467 mil pesos confiscados durante los cateos a tres casas del ex mandatario veracruzano, ubicadas en la Ciudad de México; un avión Lear Jet 45 (con un costo de 50 millones de pesos) y un helicóptero (de 15 millones de pesos) embargados en el Rancho Las Mesas. La lista pareciera no tener fin. Como sea, lo anterior no da indicio para pensar que Javier Duarte sea una persona con problemas de liquidez. A pesar de lo que le ha sido incautado por las autoridades mexicanas, a Duarte aún le falta aclarar lo que pasó con los miles de millones que desapareció, como por arte de magia, durante su sexenio. Es decir, por ahora, sólo han rascado la punta del iceberg, pero la gran masa de opacidad, aún permanece sumergida.
#DichosyHechos dice que, más allá de la ilícita fortuna del ex Gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, su estilo de vida durante su estancia en Guatemala, contraria su declaración ante el Quinto Tribunal de Sentencia Penal de aquél país, según la que asegura no tener dinero para pagar a un abogado. Lo anterior a partir de los siguientes datos.
· El lujoso hotel La Riviera de Atitlán: El 15 de abril de este año, Javier Duarte fue detenido en uno de los cuatro mejores hoteles de Guatemala. Se trata del hotel La Riviera de Atitlán, mismo que se ubica en la zona de Sololá, en la localidad de Panajachel. El precio por noche en ese lugar va de los mil 600 a los 3 mil pesos mexicanos. Y habrá quien diga que lo vale, pues el lugar de descanso ofrece vistas panorámicas al Lago de Atiplan y sus volcanes. Cuenta con jardines, una playa privada, salas y actividades para el reposo y la recreación… además de un helipuerto. Duarte tenía para pagar esos lujos y más, aunque dice que no le alcanza para su defensa.
De acuerdo con el diario Reforma, una fuente citada del hotel La Riviera de Atitlán, declaró que Duarte y su familia habrían llegado al alojamiento dos días antes de ocurrida la detención. Según el informante del medio de circulación nacional, el personal del hotel no sabía cuánto pagaba el ex mandatario. Lo cierto es que no ha debido ser poco. Estar un sólo mes en ese lugar, le hubiera costado entre 48 mil y 90 mil pesos. De cualquier manera, dinero hubo porque Duarte se hospedó -de otro modo no lo hubiera hecho en un lugar tan lujoso-.
· Los ocho boletos de avión de su familia: Los familiares de Javier Duarte fueron clave en su aprehensión, ya que, el viernes 14 de este mes, la Coordinación Estatal del Estado de México habría registrado a ocho miembros de la familia Duarte en el aeropuerto privado de Toluca, con rumbo a Guatemala. Según la bitácora del vuelo, los viajeros registrados fueron: los hijos del otrora Gobernador, Emilio Duarte Macías, Carolina Duarte Macías y Javier Duarte Macías; María Virginia Yazmin Tubilla de Macías (suegra); Mónica Ghihan Macías Tubilla (cuñada); Jose Armando Rodríguez Ayache (concuño); Paula Rodríguez Macías (sobrina); y Santiago Rodríguez Macías (primo). Ellos habrían volado en un avión Beechjet 400 con matrícula XA-STK, mismo que pertenece a la aerolínea Redwings, propiedad de Moisés Mansur Cysneros y Bernardo Moreno León, ambos señalados como operadores financieros y prestanombres del ex Gobernador de Veracruz, refiere información del Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional. Aunque no es posible conocer el costo de este viaje, empero, existen cotizaciones que podrían ayudarnos a imaginar las proporciones. Según algunas empresas de turismo y de vuelos ejecutivos consultadas por #DichosyHechos, hasta hace un año, cada hora de vuelo en un Beechjet 400 (con capacidad para siete personas y tripulación) costaba entre 2 mil 500 y 3 mil 500 dólares, o bien entre 47 mil y 66 mil pesos por hora.
· La opulenta vida de Karime Macías: A principios de marzo de este año, salió a la luz pública que, quien fuera la primera dama veracruzana entre 2010 y 2016, gastaba hasta ocho millones de pesos al año en compras -o en “shopping”-. Entre diciembre de 2010 y enero de 2012, Karime Macías habría gastado siete millones de pesos en adquisiciones de uso personal, en Estados Unidos. Además, durante ese mismo periodo de tiempo, desembolsó un millón 27 mil pesos en territorio nacional y cerca de 51 mil pesos más en una joyería de Sao Paulo, en Brasil. De acuerdo con la información dada a conocer en medios nacionales, Macías solía dar tarjetazos. Entre los plásticos utilizados para pagar sus caros gustos, estaba una tarjeta adicional a una cuenta de American Express que pertenecía a Moisés Mansur Cysneros -quien también nombró a Javier Duarte como heredero de sus bienes-. Karime se consentía -o se consiente-; ella “merece abundancia”, como se leía en un supuesto diario suyo. El 25 de abril de 2011, se fue de shopping a su tienda favorita: Bergdorf Goodman de Nueva York. Gastó un millón 526 mil 600 pesos. Entre el 22 y el 26 de julio de ese mismo año, en un día normal de compras, gastó 3.1 millones más en Nueva York, además de pagar más de 185 mil pesos en hospedaje en el hotel The Península y 150 mil más para pasearse en limusina durante su estadía. Sus desembolsos no pararon ahí. De miles en miles pasó tarjeta con el correr de los meses, visitando tiendas como Scottsdale en Nueva York; The Gallería y Neiman Marcus, en Houston; los resorts invernales de Vail y Beaver Creek, en Colorado; Hermès, Saks Fifth Avenue y Max Mara en la Ciudad de México, entre muchas otras.
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¿Verdad o mentira? MENTIRA. Que Javier Duarte de Ochoa no cuente con recursos económicos para pagar un abogado no parece ajustarse a la realidad de sus finanzas y las de su familia. Si algo demuestran los hechos, es que él, y algunos familiares suyos, no escatima en gastos.
P.D. Ayer, Javier Duarte compareció ante el Tribunal Quinto de Sentencia Penal por Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente de Guatemala. Allí, junto con un abogado contratado, se negó a ser extraditado a México para enfrentar las acusaciones en su contra por delincuencia organizada y lavado de dinero. “En este momento no puedo allanarme hasta que llegue la solicitud formal de extradición y sea evaluada por mi defensa. Esto no quiere decir que no lo vaya a hacer, sino que me reservó ese derecho hasta ese momento”, mencionó el ex Gobernador. Con esta decisión, el proceso para que Javier Duarte enfrente a la justicia mexicana podría tardar varios meses si usa los recursos legales de esa nación para retrasar su envío. En ese sentido, ¿puede ser que Duarte haya dicho “no tengo un quinto para mi abogado” con la finalidad de demorar, aunque sea un poco más, su proceso de extradición? Eso queda a juicio del lector.