Por Shaila Rosagel y Mayela Sánchez
Ciudad de México, 20 de abril (SinEmbargo).– La búsqueda de casi todos los delegados y varios de los Diputados locales a un nuevo puesto de elección popular; denuncias por el uso de programas sociales con fines electorales o la entrega de productos para coaccionar el voto; acusaciones de agresiones entre los partidos, y el rechazo de dos de los principales partidos políticos al llamado del Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa, a un “pacto de civilidad” enmarcan el inicio de las campañas electorales en el Distrito Federal, de cara a los comicios del próximo 7 de junio.
Lo que está en juego desde hoy y hasta el día de las elecciones son las 16 jefaturas delegacionales y las 66 diputaciones locales, de las cuales 40 se elegirán por el principio de mayoría relativos y 26 serán designadas conforme al principio de representación proporcional.
Pero el inicio de las campañas electorales en la capital del país significa también el comienzo de una guerra sucia entre la fuerza política que gobierna a la capital del país, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el nuevo Movimiento Regeneración Nacional (Morena). La tónica, de acuerdo con Salvador Mora Velázquez, politólogo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), será de “campañas sucias”.
"El tono será de las campañas sucias. Moralmente no es viable, pero si eso implica que puedan obtener más votación y puedan conseguir a un número de electores que desprecien esas prácticas, lo van aplicar: Morena y PRD estarán impulsando esto y tratando de capitalizar”, anticipó.
El escenario electoral para el Distrito Federal será complejo, a decir de Mora Velázquez, debido a que por primera vez hay en la capital del país una izquierda profundamente dividida. Si la estrategia del PRD será echar mano de su fuerza electoral y capacidad de competencia, la de Morena –que se perfila como su principal rival– será deslindarse cuanto pueda del PRD, para buscar los votos de aquellos militantes que están descontentos con el desempeño político de los gobiernos perredistas en la capital, explicó el politólogo.
El resto de los partidos podrían sacar ventaja de esta disputa, tanto en la lucha por las jefaturas delegaciones como por las curules de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF). Al Partido Revolucionario Institucional (PRI) podría ayudarle su alianza con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), lo mismo que al PRD sus alianzas con el Partido del Trabajo (PT) para 14 de sus candidaturas a jefes delegaciones y también con el Partido Nueva Alianza (Panal, ligado a la ex lideresa magisterial Elba Esther Gordillo) para delegaciones clave: Iztapalapa, Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo.
Además de eso, esta será la primera elección en la que participarán tres nuevos partidos políticos y candidatos independientes, tanto para diputaciones locales como para las jefaturas delegacionales de Miguel Hidalgo, Gustavo A. Madero, Milpa Alta y Cuajimalpa.
GUERRA DE ACUSACIONES
Aunque el PRD y Morena no son los únicos partidos en la competencia electoral en la capital del país –y tanto el PRI como el Partido Acción Nacional (PAN) también disputarán el poder– es previsible que la contienda se cierre entre ellos dos.
También las acusaciones.
El pasado 16 de abril, Martí Batres Guadarrama, presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Morena, denunció que 11 militantes de Morena fueron agredidos en la delegación Gustavo A. Madero, por miembros del PRD encabezados por funcionarios delegacionales, como Erasto Joel Hernández Pérez, quien aparece en la página de dicha demarcación como Director Territorial, y por Mauricio García Jarquín, subdirector de Concertación Social.
Previamente, la semana pasada el dirigente nacional del Sol Azteca, Carlos Navarrete, había arremetido contra Andrés Manuel López Obrador, el líder principal de Morena, y asegurado que el partido del tabasqueño tiene “pleito” con los perredistas.
Navarrete aprovechó para acusar a López Obrador de realizar una precampaña ilegal para la elección presidencial de 2018, con recursos de los candidatos de Morena, y de estar empeñado en “dividir a la izquierda y a México”.
El tabasqueño ha denunciado en varias de sus giras los problemas que ha tenido Morena en las demarcaciones de la Ciudad de México, gobernadas, en su mayoría, por el PRD, a lo que Navarrete respondió que López Obrador “se tira al suelo” y está enojado porque el gobierno de la ciudad no lo recibió con “alfombra roja”.
Pero las acusaciones y descalificaciones recíprocas no comenzaron la semana pasada, sino desde finales de marzo, cuando se acusaron mutuamente de maniobras ilegales para coopera los votos, como regalar despensas, contar con talleres clandestinos para la elaboración de playeras y hasta de usar el abasto de agua como mecanismo para beneficiar a los candidatos.
Batres Guadarrama denunció que en Iztapalapa y en Cuauhtémoc –dos de las delegaciones clave en este proceso electoral– el Sol Azteca realiza maniobras ilegales para obtener el sufragio de la población.En Cuauhtémoc, acusó, se han entregado alrededor de 70 mil despensas, y apenas la semana pasada denunció que en total se entregarán un millón de despensas entre las 14 delegaciones gobernadas por el PRD.
Mientras que en Iztapalapa Batres señaló a la candidata a la jefatura delegacional por el PRD, Dioné Anguiano Flores, de regalar despensas, materiales de construcción y hasta televisores. Además, dijo que usa a personal de la Procuraduría Social del Distrito Federal, que hasta hace poco estuvo a cargo del esposo de Anguiano Flores, Alfredo Hernández Raigosa.
Según Batres, en Iztapalapa y en Coyoacán, ambas gobernadas por el PRD, el personal delegacional cierra las válvulas del agua cuando se realizan mítines del PRD, para que los candidatos lleguen a regalar pipas de agua. Y en Venustiano Carranza, dijo, los perredistas amenazan a las personas con retirarles apoyos de programas sociales si acuden a mítines de Morena.
Un día después de las acusaciones de Batres, el presidente del PRD en el Distrito Federal, Raúl Flores García, acudió a lo que, dijo, fue el descubrimiento de un taller clandestino que manufactura playeras para Morena. El sitio fue encontrado por los perredistas a partir de “una denuncia ciudadana”, según dijeron y llegaron al lugar justo cuando el personal que trabaja con el Diputado local Vidal Llerenas Morales (candidato a una diputación federal por Morena) entregaba despensas y propaganda política alusiva a ese partido.
Según los perredistas, en ese lugar Morena entregaba despensas a la gente a cambio de que presentasen su credencial de elector y se afiliaran al partido. Además, acusaron que Llerenas opera cuatro puntos en la ciudad, donde se entregan mil despensas y se ejercen 74 mil pesos mensuales y que una empleada del legislador, a quien se le pagaban 32 mil pesos del presupuesto de la ALDF, operaba los módulos de entrega de despensas.
Como resultado del ingreso de los perredistas a la vivienda en donde encontraron las camisetas de Morena, Llerenas interpuso una denuncia por robo. Sin embargo, Batres no negó la acusación que realizó el PRD en contra del candidato Vidal Llerenas sobre la operación de un taller clandestino de camisetas de Morena y entrega de despensas en Azcapotzalco.
Flores García rechazó las denuncias que realizó Martí Batres y dijo además, que la acusación de Batres de utilizar el agua de la ciudad con fines electorales, era ridícula.
Ambos partidos realizaron denuncias ante el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) y Morena solicitó un audiencia con el Jefe de Gobierno capitalino Miguel Ángel Mancera Espinosa.
TODO QUEDA ENTRE FAMILIA
La disputa entre los partidos de izquierda no será el único aspecto a tener en cuenta en las campañas electorales en el Distrito Federal. Otro ámbito de interés es el de los candidatos. En ese tenor, en todos los partidos que contenderán en la próxima elección a jefes delegacionales y diputados locales hay casos en los que los candidatos destacan por sus vínculos familiares.
En el PRD, por ejemplo, el candidato a jefe delegacional de Azcapotzalco, Antonio Padierna Luna, es hermano de la Senadora Dolores Padierna Luna y cuñado de René Bejarano, líder de la corriente Izquierda Democrática Nacional (IDN).
En los casos de Gustavo A. Madero e Iztacalco, quienes buscan las jefaturas delegacionales son parejas sentimentales de quienes fungían como delegadas –Nora Arias y Elizabeth Mateos, respectivamente- que a su vez dejaron sus cargos para ir por diputaciones locales.
En el PRI destacan los casos de Mariana Moguel Robles, Christian Vargas y Fernando Mercado Guaida. La primera es hija de la Secretaria de Desarrollo Social federal, Rosario Robles Berlanga, y es candidata a una diputación local por el Distrito XXXIV, en Milpa Alta.
Los otros dos son allegados al ex líder priista, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, a quien una investigación periodística señaló de operar de una red de prostitución a su servicio dentro de las instalaciones del PRI capitalino.
Vargas, quien fue Diputado local, es candidato a jefe delegacional en Gustavo A. Madero mientras que Mercado Guaida es candidato a la jefatura delegacional de Magdalena Contreras.
Otro caso es el de Cynthia López, candidata a una diputación local, quien es allegada a la Oficina de la Presidencia de la República y fue secretaria de Aurelio Nuño Mayer, jefe de dicha oficina.
En el PAN destacan los matrimonios de Rafael Calderón y América Rangel y Héctor Saúl Téllez Hernández y Lourdes Valdez. En el primer caso ambos son candidatos a diputaciones locales, mientras que Téllez Hernández, quien es Diputado local, está incluido en la lista para una diputación federal, y su esposa es candidata a diputada local por la delegación Tlalpan, la misma que él representa actualmente.
CANDIDATOS CHAPULINES
Cuando el 16 de enero pasado, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en la Ciudad de México inició una campaña llamada “No votes por chapulines”, para instar a los ciudadanos a no apoyar a los jefes delegacionales y legisladores que dejaban sus cargos para buscar otros puestos de elección popular, se adelantó a un hecho inédito que ocurriría días después: la salida de sus cargos 12 de los 16 jefes delegacionales, todos ellos del PRD.
A excepción del jefe delegacional de Iztapalapa, Jesús Valencia Guzmán, quien dijo que se separaba del cargo por la investigación que la Contraloría General capitalina realizaba sobre él, el resto dejó el cargo para el cual fueron elegidos en 2012 para buscar un nuevo puesto de elección popular.
La fórmula no fue empleada exclusivamente por el PRD. Eventualmente se les sumaron los delegados de Benito Juárez, el panista Jorge Romero Herrera, y de Cuajimalpa, Adrián Ruvalcaba Suárez, quienes contenderán por sendas diputaciones locales. Sólo que a diferencia de los perredistas, ellos sí renunciaron a sus cargos.
De todos los jefes delegacionales que dejaron sus puestos para intentar conseguir otros, sólo Maricela Contreras Julián, de Tlalpan, busca una diputación federal plurinominal. El resto intentará conseguir una curul en la ALDF.
En el caso de Nora Arias Contreras, de Gustavo A. Madero, competirá por una diputación local por el Distrito I; Víctor Hugo Romo Guerra, de Miguel Hidalgo, busca una Diputación local por el Distrito VIII, mientras que Alejandro Fernández Ramírez, de Cuauhtémoc, busca la Diputación local por el Distrito IX.
José Manuel Ballesteros López, de Venustiano Carranza, contenderá por el Distrito XI; Leticia Quezada Contreras, de Magdalena Contreras, lo hará por el distrito XXXIII; Leonel Luna Estrada, de Álvaro Obregón, por el Distrito XVIII y Elizabeth Mateos Hernández, de Iztacalco, por el Distrito XIV. Mauricio Toledo Gutiérrez, de Coyoacán, intentará ganar la diputación local por el Distrito XXXII y Angelina Méndez Álvarez, de Tláhuac, por el Distrito XXXV. Mientras que el panista Romero busca una diputación local plurinominal por el PAN y Ruvalcaba por el Distrito XX.
En cuanto a los integrantes de la ALDF también hay varios casos de legisladores que buscan un nuevo cargo de elección popular.
Uno de ellos es Antonio Padierna Luna, quien solicitó licencia al cargo para contender por la jefatura delegacional de Azcapotzalco.
El candidato perredista a la jefatura delegacional por Cuajimalpa, Luis Ángel Espinosa Cházaro, pidió licencia como Diputado federal para contender por una jefatura delegacional. También el candidato a delegado por Cuauhtémoc, Muñoz Soria, pidió licencia a su cargo para contender por la jefatura delegacional, cargo que ya había ocupado previamente.
Víctor Hugo Lobo Román pidió licencia como Diputado local para contender por la jefatura delegacional de Gustavo A. Madero.
Entre los panistas, varios son los que aspiran a una diputación federal. Uno de ellos es Héctor Saúl Téllez.
Otro es el legislador Andrés Sánchez Miranda, sobrino de Isabel Miranda de Wallace.
También el diputado local Gabriel Gómez del Campo, hermano de la Senado Mariana Gómez del Campo y sobrino de la esposa del ex presidente Felipe Calderón, Margarita Zavala Gómez del Campo, busca una diputación federal.
Otro panista que busca saltar de una diputación local a una federal es Santiago Torreblanca Engell. Tanto él como su hermano Pedro son allegados al ex delegado Jorge Romero, quien a su vez busca una diputación local.
También los legisladores panistas Olivia Garza de los Santos, Priscila Vera Pérez y Orlando Anaya González están en la lista de candidatos a diputados federales por la vía plurinominal.
LA CANDIDATURA PENDIENTE
Un hecho que está aún por definirse, pese a que hoy comienzan las campañas electorales, es la candidatura del PAN para la jefatura delegacional de Miguel Hidalgo. Ello porque el pasado 10 de abril, el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) negó a Xóchitl Gálvez Ruiz el registro como candidata por el PAN.
La razón es no cuenta con credencial de elector con domicilio en el Distrito Federal, como lo manda el Código de Instituciones y Procedimientos Electorales del Distrito Federal.
La aspirante panista ha argumentado que tiene 35 años de vivir en la capital del país, la mitad de ellos dentro de la demarcación que pretende administrar, aunque mantiene su residencia oficialmente en el estado de Hidalgo, de donde es originaria.
Tres días después del fallo del organismo electoral, Gálvez Ruiz impugnó la resolución del IEDF, a fin de que se inicie un juicio de protección de sus derechos político-electorales.
La decisión de no avalar la candidatura de Gálvez Ruiz fue respaldada con cuatro votos a favor y tres en contra, lo que la hidalguense consideró como un indicativo de que la ley no es completamente clara y está sujeta a interpretación, como declaró a la prensa.
También defendió que cumple con el requisito de residencia, “que es el más importante”. Aunque el Código de Instituciones y Procedimientos Electorales del Distrito Federal establece que tiene que los candidatos tienen que estar domiciliados en la capital del país, Gálvez Ruiz argumentó que por encima de éste está el Estatuto de Gobierno, que no establece dicho requisito.
La ex comisionada para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas durante el foxismo ha dicho que confía en que el Tribunal Electoral le dé la razón y pueda registrarse como candidata. Hasta hoy, a menos de dos meses de las elecciones, la moneda está en el aire.
EL LLAMADO A LA CIVILIDAD Y EL “PISO PAREJO” DE MANCERA
Para el Jefe de Gobierno capitalino una respuesta para limar asperezas en el proceso electoral fue proponer un pacto de civilidad entre los partidos políticos y asegurar que habría “piso parejo” para todas las fuerzas políticas en la capital.
Analistas consultados por SinEmbargo consideraron que Mancera Espinosa no podría garantizar equidad para todos los contendientes porque no tiene control sobre las corrientes internas del PRD ni sobre su Secretario de Gobierno, Héctor Serrano Cortés, acusado por los mismos perredistas de estar detrás de la operación electoral.
El mandatario capitalino reculó al referirse a los delegados, pues reconoció que aunque el gobierno capitalino tiene varios candados legales, en muchos casos no puede obligar a cumplir a los delegados.
Para evitar irregularidades en el proceso electoral, el gobierno capitalino creó una Unidad Especializada de Vigilancia Electoral, que estará adscrita a la Controlaría General de Gobierno, y que atenderá las quejas y los procedimientos a los partidos políticos.
Además, para evitar el uso de programas públicos para fines electorales, Mancera planteó enviar comunicados a los beneficiarios de los programas para aclararles que no son promovidos por un partido político y ordenó a las dependencias del gobierno capitalino retirar la publicidad en torno a los programas sociales.
Aunado a estas medidas, con las que se espera evitar el uso electoral de los programas sociales, que beneficiarían al PRD por ser el partido en el poder, el Jefe de Gobierno propuso un “pacto de civilidad” entre los partidos. Se trató de una invitación a la cual los partidos políticos podrían sumarse de forma voluntaria.
Tanto Morena -partido que se perfila a ser el principal competidor del PRD en las elecciones- como el PAN -segunda fuerza política en la capital del país- rechazaron la propuesta de Mancera Espinosa.
Para el dirigente de Morena este tipo de acuerdos son innecesarios y dijo que sólo se requería cumplir la ley.
El líder del PAN en el Distrito Federal, Mauricio Tabe Echartea, también rechazó la convocatoria al pacto al considerarlo una “simulación”.