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Arnoldo Cuellar

20/03/2019 - 9:30 am

La 4T le da cuerpo al “Golpe de Timón” de Diego Sinhue

El Gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, ha centrado su atención en la imagen pública, más que en la solución de problemas de fondo.

“Falta que caiga ‘El Marro’, quien hizo de Guanajuato el mayor emporio económico del saqueo de combustibles, a ciencia y paciencia de dos gobernadores panistas y de dos presidentes de la República, un panista y un priista”. Foto: Alejandro Rojas, Cuartoscuro

El Gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, ha centrado su atención en la imagen pública, más que en la solución de problemas de fondo. Ello explica el que los operativos de esta semana en contra del cártel huachicolero de Santa Rosa de Lima, comandado por un presunto delincuente del que hasta hace poco nada se sabía públicamente, se hayan prestado para darle cuerpo a su consigna de un “Golpe de Timón” en materia de seguridad.

Resulta por lo menos paradójico, que el mejor anuncio que el mandatario tendrá para hacer este jueves en su primer informe de Gobierno, provenga de la estrategia de Andrés Manuel López Obrador en contra de robo de combustible y se haya concretado con la indispensable colaboración de fuerzas federales de élite.

El golpe de timón del panista Diego Sinhue no hubiera tenido sustancia sin los efectos de la Cuarta Transformación.

Sin embargo, no todo es celebrable, pese a la parafernalia difundida alegremente por unos medios de comunicación que se uniformaron con los partes de guerra de la flamante Fiscalía General del Estado, donde caben desde tigres en cautiverio, hasta túneles por los que convenientemente huyó el delincuente más buscado de las últimas semanas.

Así los voceros gubernamentales debieron salir a declarar que el objetivo del poderoso despliegue no era “El Marro”, José Antonio Yépez Ortiz, sino su estado mayor, donde igual caben una cuñada, un concuño y hasta los familiares del Alcalde de Villagrán.

Sin embargo, el guion no logra cuajar. Algo en el fraseo del Fiscal Carlos Zamarripa, del Secretario de Seguridad Alvar Cabeza de Vaca y de la vocera Sophia Huett, incluso del Gobernador Diego Sinhue que prefiere dar exclusivas en los medios nacionales, suena hueco, suena falso.

De buenas a primeras se acabó el pretexto de la ex Procuraduría para no intervenir en las matanzas de Guanajuato. Parece que ahora sí es un objetivo de la nueva Fiscalía combatir cárteles.

También quedó en el pasado la explicación de que los delincuentes se matan entre ellos y que todo obedece a una guerra por el territorio. Ahora la autoridad de Guanajuato priorizó su actuación para perseguir a uno de los contendientes, lo que sin duda debe tener de plácemes a sus contrarios.

No es criticable la línea táctica, si lo que sigue dentro de la estrategia es perseguir al otro cártel y erradicar de una vez por todas a quienes han hecho de Guanajuato un campo de batalla y un terreno para la impunidad.

Falta que caiga “El Marro”, quien hizo de Guanajuato el mayor emporio económico del saqueo de combustibles, a ciencia y paciencia de dos gobernadores panistas y de dos presidentes de la República, un panista y un priista.

Sin embargo, ante el fracaso en ese objetivo, la vocera de seguridad del Gobierno inventó una tesis de criminología: “cuando los esfuerzos se centran únicamente por detener a la cabeza, por detener a los líderes, en realidad solamente es cuestión de tiempo para que alguien más asuma ese liderazgo, no es la solución”. Vaya, pues alguien debe decírselo a los norteamericanos que presionaron hasta tener a “El Chapo” Guzmán en sus cárceles.

En realidad, la explicación suena más a justificación por la huida del personaje principal de este drama, cuyos excesos, bastante modestos si se les compara con los de otros jefes criminales en la historia reciente del país, fueron ampliamente exhibidos en medios locales y nacionales.

La operación policial – militar, de la que ya se deslindo el propio López Obrador para dejarla solo en “apoyo a un operativo del estado”, servirá para vestir el informe de Rodríguez Vallejo este jueves y para darle un teñido de realidad al etéreo golpe de timón.

Quedan, sin embargo, asuntos por explicar.

Diego Sinhue Rodríguez enfatizó esta semana, no una ni dos, sino varias veces, su determinación de restablecer el estado de derecho en las comunidades de Villagrán dominadas por el capo del huachicol. Es decir, se refirió de forma muy directa a una omisión de quien lo antecedió en el poder: Miguel Márquez Márquez.

Sin embargo, no tuvo empacho en esa misma semana de subir a Márquez a un podio para compartir el gesto simbólico de inaugurar una carretera. ¿Cuál es entonces el mensaje: el estado de derecho puede ser violentado sin consecuencias? ¿Acaso no juran los gobernadores “cumplir y hacer cumplir la ley y si no es así que el pueblo se los reclame”?

Esta es la situación sui géneris que vive Guanajuato, donde la continuidad sigue siendo una pesada loza para el nuevo Gobierno que sigue atrapado entre la herencia de Miguel Márquez y el intenso activismo del nuevo Gobierno federal.

Para que este Gobierno adquiera la credibilidad que le hace falta, se requiere mucho más que la pirotecnia vivida hasta ahora, donde los inútiles bloqueos carreteros de algunos habitantes de Santa Rosa de Lima y anexas han dejado en claro que el bastión del Marro no era precisamente tan inexpugnable como se pretendió hasta hace poco.

Arnoldo Cuellar
Periodista, analista político. Reportero y columnista en medios escritos y electrónicos en Guanajuato y León desde 1981. Autor del blog Guanajuato Escenarios Políticos (arnoldocuellar.com).

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