Esta majestuosa joya arqueológica, con casi 3 mil años de historia, permaneció como un misterio durante siglos, tras haber sido abandonada abruptamente por los Mayas hace más de mil años.
Por Patricia Pernas
Guatemala, 20 mar (EFE).- Tikal, el sitio excavado más grande de las Américas que contiene algunos de los restos arqueológicos más fascinantes de la antigua civilización Maya, es la reserva natural y cultural más célebre de Guatemala, declarada parque nacional en 1955 y Patrimonio Mundial por la Unesco en 1979.
Esta majestuosa joya arqueológica, con casi 3 mil años de historia, permaneció como un misterio durante siglos, tras haber sido abandonada abruptamente por los Mayas hace más de mil años.
La naturaleza también cumplió con su rol. Con el paso del tiempo, el paraje fue recubierto por una selva implacable. Solo algunas leyendas sobrevivían entre los indígenas. En ellas se hablaba de una ciudad perdida, en donde sus ancestros habían alcanzado un alto desarrollo cultural.
En 1848 los mitos se desvanecieron y dieron paso a una era de excitantes descubrimientos que continúa hoy en día.
Sin embargo, este complejo, uno de los más famosos del mundo y del que se presupone que más del 90 por ciento permanece aún oculto, ya deja entrever monumentos como El Templo IV de la Serpiente Bicéfala, una de las pirámides mayas más altas del mundo con más de 65 metros de altura.
Solo se ve superada por otra guatemalteca, “La Danta”, enterrada en El Mirador, una ciudad del préclasico tardío maya ubicada en la cuenca del mismo nombre, que aún está sometida a duros trabajos de excavación, en los que el Gobierno de España estudia colaborar.
Precisamente España ha sido el único país, a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), que ha colaborado durante 20 años en la recuperación y puesta en valor de este patrimonio, entre 1991 y 2011.
En estas dos décadas, el Gobierno español ha invertido más de dos millones de dólares para la recuperación de los Templos I y V, y de la Plaza de los Siete Templos, una parte importante para el reino Maya, ya que en este enclave desarrollaban gran parte de la actividad socio-política durante el periodo Clásico Tardío.
La labor de España, tal y como ha explicado este domingo el ministro en funciones de Asuntos Exteriores y Cooperación de este Gobierno, José Manuel García-Margallo, ha sido única, y se ha centrado en investigar y descubrir todo el patrimonio oculto y abandonado durante años.
“Aquí se siente el orgullo de ser español porque han sido 20 años de liderazgo de la cooperación española en la recuperación de lo que es la joya indiscutible del mundo Maya”, manifestó satisfecho por el trabajo desarrollado durante un recorrido por el Parque de Tikal.
En la visita, en la que no faltó una ceremonia maya en la que se agradecían las energías recibidas durante el cambio de equinoccio, que se producirá mañana lunes, García-Margallo expresó las “ganas de seguir” y el deseo ferviente que tiene España de continuar ayudando.
“De Tikal se conoce aproximadamente el 5 por ciento de lo que hay y estamos buscando la fórmula de que la cooperación española vuelva a implicarse en el descubrimiento, la preservación y la conservación de una cultura prehispánica”, enfatizó con satisfacción.
Este tesoro natural, de valor incalculable y localizado en el norte de Guatemala, uno de los 19 países megadiversos, es uno de los pulmones más vivos de las Américas, con una exhuberante vegetación.
Su corazón se ubica en el área protegida de La Reserva de la Biosfera Maya, la cual tiene más de 2.2 millones de hectáreas y alberga unas 2 mil 800 especies de plantas vasculares, 513 de aves, 62 de anfibios, 122 de mamíferos y 95 de reptiles, así como más de 200 sitios arqueológicos de relevancia para la humanidad.
Esta combinación casi perfecta, con pirámides enormes que parecieran tocar el cielo y con la espectacular selva que las rodea, es una muestra del misticismo de la cultura ancestral maya: un mundo por descubrir.