Tras el ascenso al poder del Partido Popular, uno de sus nidos, la organización secreta El Yunque fue demandada en España por el abogado madrileño Pedro Leblic, quien la acusa de violar la Constitución. Activistas conservadores y católicos rastrearon las actividades encubiertas de la secta de origen mexicano en el PP, la familia real, varios medios de comunicación, colegios privados y asociaciones ligadas a la Iglesia, y sostienen que los yunquistas adoctrinan a niños y jóvenes sin el consentimiento de sus padres, les inculcan una ideología militarista y promueven la “mentira permanente”.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Luego de cuatro décadas de operación secreta en España, donde ha infiltrado a partidos políticos, organizaciones no gubernamentales, universidades, colegios, medios de comunicación y hasta la familia real –con el aval de la Iglesia católica–, la organización ultraderechista El Yunque ha sido puesta al descubierto y, en un hecho insólito, ha sido demandada ante los tribunales españoles con dos objetivos: que se identifique a sus integrantes y se ordene su disolución.
Como en México, donde se fundó hace 60 años, El Yunque afilia y adoctrina adolescentes y niños clandestinamente para crear “una aristocracia del espíritu que debe conducir y gobernar a España según los dictados evangélicos”, sólo que en ese país la Constitución prohíbe, en su artículo 22.5, “las asociaciones secretas y de carácter paramilitar”.
Justamente el carácter secreto y paramilitar de El Yunque es el fundamento de la demanda que, el martes 28 de febrero, presentó el abogado madrileño Pedro Leblic Amorós, quien identifica a cinco organismos civiles como fachadas de la organización ultraderechista y a sus directivos como líderes prominentes.
“Demostraremos la existencia de una organización secreta que se denomina El Yunque, y las conexiones de miembros de dicha organización con distintas asociaciones civiles, que actúan con velo de legalidad, para influir, crear opinión, inducir en las conciencias y manipular a la sociedad española”, expone la demanda, de la que Proceso posee copia.
Se trata de HazteOir (HO), encabezada por Ignacio Arsuaga Rato; Profesionales por la Ética, que preside Jaime Urcelay Alonso; el Instituto de Política Familiar, representada por Eduardo Hertfelder de Aldecoa; A Contracorriente, liderado por Leonor Tamayo, y la Organización del Bien Común, de Liberto Senderos Oliva.
“Demostraremos que las asociaciones y particulares hoy demandados pertenecen al grupo de las asociaciones prohibidas, teniendo el demandante la convicción de que el buen fin de esta demanda evitará que pasen a ser delictivas”, puntualiza Leblic Amorós, quien ha definido a El Yunque como “el nuevo nazismo”.
De hecho, la Organización del Bien Común se inscribió en el Registro de Asociaciones del Ministerio del Interior hace apenas un año, el 12 de abril de 2011, según el acta 597343, y su directiva está integrada, además de Senderos, por Arsuaga, Urcelay y Hertfender por una sola razón: porque ese organismo es realmente El Yunque.
Aunque los cinco niegan ser juramentados, fue el cardenal Antonio Cañizares, exarzobispo de Toledo y prefecto de la Congregación del Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos de la Curia Romana, el que hizo esta revelación pública en una declaración al diario El País.
“Ya no se llaman El Yunque, ahora se llaman Asociación del Bien Común y creo que están prestando grandes servicios a la sociedad. No hay problema con ellos, por sus hechos se les conocerá. Se lo digo sinceramente: esos padres de alumnos pueden estar tranquilos”, aseguró.
Sin embargo, un estudio denominado Análisis del asociacionismo de los laicos cristianos españoles y la intromisión del Yunque, elaborado con base en 24 testimonios, cuatro de ellos de exmiembros de la organización secreta, ha alarmado a los padres de familia por los métodos y objetivos de El Yunque, cuya estructura es comparada con la de ETA.
El informe, que está integrado a la demanda de Leblic Amorós, fue elaborado por el filósofo católico Eduardo López Luengos y le fue entregado desde 2010 al presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio Rouco Varela, quien ha guardado un silencio que ha sido interpretado como aval a El Yunque, pese a que el derecho canónico prohíbe también las organizaciones secretas.
AL DESCUBIERTO
La demanda contra El Yunque en España se presentó un mes antes de la visita de Benedicto XVI a México, donde nació esa organización clandestina en 1953. El Papa únicamente estará en Guanajuato, el estado emblema de la organización ultraderechista que controla el Partido Acción Nacional (PAN).
Aunque El Yunque se fundó en Puebla, y pese a que actualmente gobierna también Jalisco y Morelos, Guanajuato es más que simbólico: ha tenido ya tres gobernadores –Ramón Martín Huerta, Juan Carlos Romero Hicks y Juan Manuel Oliva– y en territorio guanajuatense –el Cerro del Cubilete– se ubica el monumento a Cristo Rey, donde Joseph Ratzinger oficiará una misa multitudinaria a la que han sido invitados los candidatos presidenciales.
A las faldas del Cerro del Cubilete fueron asesinados, en 1975, dos jóvenes militantes de El Yunque que son considerados mártires, igual que el fundador, Ramón Plata Moreno, ejecutado a balazos cuatro años después. Esos crímenes no han sido esclarecidos por las autoridades.
Justamente en esa década la semilla de El Yunque se sembró en España a través de la congregación católica Cruzados de Cristo Rey y el jefe en ese país, Miguel Ángel López Zabaleta, respaldados económicamente por la familia Ruiz-Mateos.
Desde entonces ha creado o infiltrado organismos como los demandados para incidir en la vida política y social, pero lo que cimbró a la sociedad española son los métodos de reclutamiento, adiestramiento y “lavado de cerebro” de menores de edad sin el consentimiento de sus padres.
Los principales impugnadores de El Yunque, y que han investigado su penetración, son ciudadanos católicos y opositores a las políticas de José Luis Rodríguez Zapatero, el exjefe del gobierno derrotado por el Partido Popular (PP).
Uno es el profesor Alejandro Campoy Ousset, quien el 12 de junio de 2006 colocó sobre el escaño de Rodríguez Zapatero una foto de Miguel Ángel Blanco, el concejal del PP asesinado por ETA en 1997, y sobre ella dos rosas blancas manchadas de tinta roja que simulaba la sangre de las víctimas del terrorismo.
Campoy Ousset fue también el primer padre de familia que objetó la educación para la ciudadanía y los derechos humanos, asignatura implantada en primaria y secundaria por el gobierno de Zapatero que causó el repudio de quienes consideraron que con ella el Estado asume la educación moral de los individuos y arrebata a los padres el derecho a decidir lo mejor para sus hijos.
Otro es el profesor de filosofía Eduardo López Luengos, vicepresidente de Educación y Persona –organización provida que también se opone a educación para la ciudadanía– y quien elaboró el documento sobre la presencia de El Yunque en España.
Campoy fue el primero en abordar abiertamente la operación de El Yunque en España. Lo hizo en noviembre de 2009, cuando era todavía portavoz de HO, fundada en 2001 por Urcelay Rato. Desde entonces ha emergido mucha información, una parte de la cual han publicado numerosos medios españoles, como El País y El Confidencial.
“En el invierno de 2006 un sacerdote amigo mío me informó de la existencia de El Yunque, de sus principales miembros en España y de su forma de funcionamiento”, cuenta Campoy, quien ingresó a HO en 2004, tras los atentados terroristas del 11 de marzo.
“Lo que me contó ese sacerdote sobre El Yunque me dejó completamente sorprendido. Me parecía increíble que pudiera existir algo así en España en pleno siglo XXI. En ese momento no sabía muy bien qué hacer”, dice, por lo que decidió consultar al entonces arzobispo de Toledo, el cardenal Cañizares.
ELOGIOS DE UN CARDENAL
En entrevista por escrito con el reportero, Campoy revela: “(Cañizares) me confirmó la existencia de dicha organización, pero al mismo tiempo me aseguró que no había ningún problema, que lo que se estaba haciendo era muy necesario en España en aquella coyuntura y que debía seguir colaborando con ellos. Debo destacar que esto mismo es lo que luego el cardenal declaró al periodista José Luis Barbería, de El País. Es exactamente lo mismo que me dijo a mí cinco años antes”.
Aunque tomó la decisión de continuar en HO todavía tres años más, Campoy fue recibiendo información sobre El Yunque y supo que el organismo civil en que participaba era en realidad fachada de la organización secreta.
“Por una parte iba conociendo a personas que habían estado dentro del Yunque, y el volumen de información que me llegaba era cada vez mayor. Pero al mismo tiempo recibía, una y otra vez, la negativa de mis compañeros de HO, insistiendo en que todo eran calumnias y bulos. Aquello era como para volverse loco, ese estado de cosas te vuelve esquizofrénico y paranoico por completo.”
Cuando decidió abandonar HO a causa de los conflictos generados por este organismo con el Foro Español de la Familia luego de la mayor manifestación antiaborto en la historia de España, en 2009, “se comenzó a decir que me habían lavado el cerebro, que me habían engañado, que yo era poco menos que un tonto y un crédulo, y luego que era un traidor y un miserable”.
Muchos de sus antiguos compañeros de HO creyeron esa versión, por lo que Campoy decidió publicar en su blog lo que sabía sobre El Yunque, “para demostrar que ni era un tonto crédulo ni un miserable traidor, pero esa investigación se vio interrumpida por otros motivos que no vienen al caso”.
–¿Por qué El Yunque es inaceptable para la Iglesia y para los católicos?
–Tanto por sus fines como por sus métodos. La discrepancia en torno a los fines entra dentro del ámbito doctrinal, y no soy la persona más adecuada para debatir sobre esto, pero básicamente tiene que ver con el concepto que se tiene del “reinado de Jesucristo”. La Iglesia no entiende ese “reinado” como un reinado político, mientras que El Yunque sí lo hace. Pero las discrepancias más graves proceden del ámbito de los métodos.
Explica: “En primer lugar, el juramento de secreto, o si prefiere, de reserva, como lo llaman ellos: esto está condenado expresamente en el actual Código de Derecho Canónico, además de estar prohibido en España por la propia Constitución. Ese secreto les obliga permanentemente a mentir, como ha sido mi caso, a sus propios colaboradores.
“Le aseguro que yo personalmente he pagado un precio bastante alto por ese estado de engaño permanente, y como yo hay cientos de personas que han visto quebrarse no sólo sus convicciones sino, en los casos más extremos, su propio equilibrio personal. Y esto es de todo punto inaceptable. No parece que la Iglesia termine de ser consciente del todo de esos otros ‘frutos’ que la acción de El Yunque está produciendo, mientras se queda en lo que ellos intentan hacer pasar por sus ‘abundantes frutos’, relacionados todos ellos con el tipo de presencia pública que han logrado alcanzar.”
Añade: “En segundo lugar, y esto es muy grave, la captación de nuevos miembros se orienta a menores de edad y con el desconocimiento de sus padres. En una ocasión, uno de los principales protagonistas de la campaña de objeción de conciencia a la asignatura educación para la ciudadanía manifestó en privado a otra persona que ellos captaban a adolescentes porque a esa edad ‘aún no tenían formada su conciencia moral’. ¡Pero si esa era la misma razón por la que estábamos objetando a esa asignatura, porque intentaba formar la conciencia moral de nuestros hijos! ¡Y los propios líderes del movimiento de objeción estaban realizando lo mismo, con el agravante de hacerlo a escondidas y en secreto!”.
Resume: “Todo esto es insoportable para un católico y para la propia Iglesia, pero también no todos los líderes del movimiento de objeción eran de El Yunque. Yo fui el primer padre en presentar mi objeción de conciencia a la asignatura en toda España y jamás he tenido nada que ver con ellos, salvo en lo que me han utilizado. Pues bien, hay mil veces más motivos para objetarles a ellos mismos”.
APOYO DESDE MÉXICO
Estos mecanismos de El Yunque son documentados pormenorizadamente en el estudio que elaboró López Luengos, también exintegrante de HO, en el que además describe el carácter paramilitar y mesiánico de la organización secreta y su presencia en España.
En la demanda se cita recurrentemente el informe de López Luengos, quien describe el juramento de iniciación, que es explícitamente militar, igual al que se realiza en México:
“Acepto integrarme en El Yunque como actividad primordial de mi vida. Juro guardar la más absoluta reserva sobre la existencia de la organización, sus integrantes, acciones y estrategias. Juro como caballero cristiano defender, aun a costa de mi vida, este instrumento que Dios nos ha dado para instaurar su reinado en la Tierra.”
Se enumeran también otras características paramilitares de El Yunque, como “funcionamiento en células estancas (como la ETA)”, prácticas de defensa personal, “dispuestos a derramar la sangre por los fines y la organización”, carácter de monje-soldado, “somos una milicia”, “casta de elegidos, como los cruzados o los cristeros”, “saludo similar al saludo nazi” y pretensión de “conducir y gobernar España”.
Sobre la presencia territorial de la organización, López Luengos apunta: “Aunque sólo conocemos la existencia de miembros de El Yunque en Madrid, Barcelona, Valladolid, Salamanca, Valencia, Toledo y Sevilla, su acción –a través de internet– afecta a muchas personas de toda España: las plataformas que han creado usando el internet y el correo electrónico están dirigidas por la gente de todas las provincias españolas y han dado charlas por toda España. Por lo tanto no es correcto decir que su trabajo se limita a esas diócesis o que el problema sólo afecte a las mismas”.
En su investigación, López Luengos dice de los yunquistas: “Arraigaron en varios ambientes, pero tuvieron buen asiento en ambientes franquistas y afines a la Falange o a los carlistas. Desde su inicio en España la vinculación y dependencia de El Yunque español con el mexicano ha seguido siendo estrecha (también económicamente) y sirve de modelo para los españoles. De vez en cuando aquéllos visitan a éstos para estimular sobre todo a los jóvenes”.
El documento habla de cómo se han introducido en los medios de comunicación, como Intereconomía, La Gaceta, TeleMadrid y La Razón, pero la demanda es categórica: “En el grupo Intereconomía, nos consta, trabajan infiltrados miembros de El Yunque, tales como Luis Lozada Pescador (presentador telediario de la noche) y Marcial Cuquerella Gamboa (director general de Intereconomía Televisión)”.
El estudio identifica su presencia en el ámbito educativo: “En muchas facultades de la Universidad Complutense y de la Universidad Autónoma de Madrid, así como en otras universidades españolas existen centros de El Yunque que, además de las acciones políticas, se proponen como uno de sus objetivos prioritarios la afiliación de nuevos candidatos”.
López Luengos recoge versiones de integrantes de El Yunque sobre la presencia de los suyos en partidos políticos como el PP y agrupaciones como la Comunión Tradicionalista Carlista, Testimonio 2000, Alfil, Corporación Universitaria, Asociación Robert Schuman y Montañeros de San Ignacio, así como movimientos eclesiales y órganos diocesanos.
El Yunque ha intentado también infiltrarse en Jóvenes por el Reino de Cristo y en los Círculos de San Rafael, del Opus Dei, en Comunión y Liberación, y en Schoenstatt.
Aunque el informe y la demanda no contienen este dato, el periodista José Luis Lobo, de El Confidencial, establece que las conexiones de El Yunque llegan hasta la familia real: una de las empleadas fantasma que Iñaki Urdangarín, yerno de los reyes, contrató en la Inmobiliaria Aizoonm S.L., propiedad del duque de Palma y su esposa, la infanta Cristina de Borbón, para defraudar a Hacienda, es Olga Cuquerella Gamboa.
Ella es hermana del director de Intereconomía Televisión y esposa de Álvaro Zulueta, tesorero de HO, quien estudió en el seminario de Puebla de los Cruzados de Cristo Rey a principios de los noventa y del que Proceso posee fotografías.
López Luengos asegura en su estudio que Rouco ha pedido a los miembros de El Yunque “que no actuaran en secreto, pero no han obedecido hasta ahora”. Añade: “En la organización hay un encargado de ‘estrategia eclesiástica’ que controla la información relativa a los obispos y los criterios a seguir con los obispos para lograr su apoyo directo o indirecto en las acciones de la organización (siempre a través de sus ‘etiquetas’)”.
Campoy dice que, en efecto, él tiene conocimiento de que fue por Rouco que El Yunque se inscribió en la Organización del Bien Común como una manera de “regularizarse”, pero eso no quiere decir que desaparezca:
“Lo que es evidente es que nadie que no sean ellos mismos, si alguna vez salen a la luz como lo que son, puede dejar zanjada la cuestión. Pero ellos no parece que lo vayan a hacer jamás. Otra cosa será que esto suceda a través de algún proceso judicial.”
–¿Existen condiciones para que la demanda contra El Yunque presentada por el abogado Pedro Leblic proceda y se ordene su disolución?
–Me gustaría ver cómo la autoridad judicial se las arregla para ordenar la disolución de algo que no existe. Sería curioso de ver, sin duda. Podría ordenar la disolución de Bien Común, pero a fin de cuentas esto no es más que una carcasa vacía, una ficción de legalidad.
“Sobre la demanda de Pedro Leblic, yo no soy abogado, pero desde mi ignorancia no me ha parecido que tenga muchos visos de prosperar. Como siempre, entrará en la lotería que supone ver en manos de qué juez cae el asunto.”
Campoy dice que los miembros de El Yunque no son tontos y saben persuadir a jerarcas de la Iglesia católica, como Cañizares.
“Debe haber dos o tres obispos españoles en una situación semejante, pero son obispos a los que El Yunque ha trabajado muy bien y ante los que se han presentado poco menos que como víctimas y mártires de insidias incalificables, rodeándose así de un aura de bondad inmaculada.
“Pero parece que hay una mayoría de obispos españoles, entre los que se cuenta monseñor Rouco Varela, que desean cortar con esta situación cuanto antes, si bien no parecen encontrar el medio de hacerlo, pues El Yunque no es una cosa sobre la que tengan potestad ni jurisdicción, al ser una realidad fantasmal que intenta pasar como inexistente.”
–El cardenal Rouco recibió el informe. ¿A qué obedece a que no haya emitido ninguna opinión?
–Sólo puedo aventurar sospechas, ya que no tengo conocimiento directo de lo que se pueda estar moviendo en el episcopado, y creo que van en la línea de lo antes expuesto: no parecen encontrar el medio, el camino para hacerlo.
“Cualquier persona podría pensar: ‘basta con que hagan algún tipo de declaración pública’, y sin embargo esto no es posible desde el momento en que ellos mismos tampoco tienen una prueba evidente e incontestable sobre la que basar esa hipotética declaración. Como usted sabe mejor que nadie, en este campo lo único con lo que contamos es con las declaraciones de todas aquellas personas que han sido miembros de El Yunque y luego han dejado de serlo.”