Ciudad de México, 20 de feb (SinEmbargo).- El futbol los unía y ellos lo desconocían. Es la historia de los futbolistas Barrie Prowse y Gemma Sanders, quienes jugaban en los mismos campos públicos de Inglaterra y cuyo vínculo iba más allá del balompié.
Ambos son jugadores del club Penzance AFC, disparaban a las mismas porterías en los entrenamientos, y ocasionalmente hasta tomaban en el mismo pub sin conocer que eran hermanos, según medios británicos como The Sun, Metro y Daily Mail.
Todo surgió cuando Barrie Prowse, un joven de 27 años que fue adoptado desde sus primeros meses de vida, se dio a la tarea de encontrar sus raíces sanguíneas vía búsquedas en internet y chats en Facebook, que a principios de año lo llevaron a darse cuenta que tenía una hermana que pertenecía a la misma Liga de la Península Suroeste.
“Cada que escribía el nombre de Gemma en Google me aparecía ‘Penzance football’. Fue entonces que me di cuenta que eramos parientes, fue irreal”, dijo Prowse después de usar Facebook y el sitio Genes Reunited para dar con su mamá biológica Caroline Perry, de 45 años, además de cinco hermanos más.
Prowse es el mediocampista del equipo de hombres de Penzance AFC, mientras que Sanders hace lo propio en el equipo de mujeres, situación que el hombre casado y con dos hijas desconocía, inclusive cuando llevaba a sus descendientes a ver partidos de mujeres.
“Algunas veces llevé a mis dos hijas a los campos a ver partidos de mujeres jugando futbol y donde Emma estaba jugando. Curiosamente, un amigo mío alguna vez me dijo que viera de cerca a una futbolista sorda que jugaba en el equipo porque tenía mucha calidad”, comentó Prowse a Daily Mail.
La futbolista sorda resultó que era Gemma, hermana sanguínea de Prowse y que a sus 23 años nunca se imaginó conocer a Barrie en el campo. “Pudimos haber caminado enseguida del otro, y puede que haya visto a sus dos hijas sin saber que era su tía”, dijo la flamante tía.
El detalle negativo para Prowse fue que a partir de ese momento dejó de ser el atleta de la familia, pues reconoció que las piernas de su hermana ostentan mucha más calidad que las suyas.
“Odio decirlo, pero Gemma es mejor futbolista que yo. Estaba destrozado porque siempre había sido el mejor atleta o practicante de deportes en mi familia”, señaló el mediocampista que perdió esa distinción, pero ganó una integrante de familia.
