Por momentos, el tema deportivo se vio opacado por los constantes señalamientos al Comité Organizador del Mundial y a la FIFA, el organismo regente del balompié mundial, por su manejo de ciertas situaciones como la prohibición en los estadios de símbolos que hicieran alusión a la comunidad LGBTQ, las acusaciones de “maquillaje de cifras” y el anuncio de última hora de no permitir la venta de alcohol en los estadios.
Ciudad de México, 19 de diciembre (SinEmbargo).- Después de un mes de competencia, la Copa del Mundo de Qatar 2022 ha llegado a su fin con el campeonato de Argentina, que volvió a levantar la Copa después de 36 años luego de vencer en una final trepidante a Francia en la cancha del Estadio Lusail. Sin embargo, por momentos el futbol se vio opacado por los escándalos que rodearon a la máxima competencia de selecciones.
Desde que Qatar fue elegida por la FIFA en 2010 como sede de la Copa del Mundo de 2022, surgieron dudas entorno a la designación de un país árabe, que nunca se había clasificado a un Mundial, con poca tradición futbolística y por ende con una liga profesional en desarrollo y una selección nacional poco competitiva.
El tema deportivo quedó evidenciado desde el primer momento cuando la selección qatarí fue exhibida y vencida 2-0 por Ecuador en la inauguración del mundial, luego cayó 3-1 ante Senegal y finalmente perdió 2-0 ante Países Bajos quedando eliminada en fase de grupos, convirtiéndose así en apenas la segunda selección anfitriona que no supera la primera ronda luego de Sudáfrica en 2010. Además, Qatar se colocó en el último lugar del mundial con cero puntos.
Además, por momentos, el tema deportivo se vio opacado por los constantes señalamientos al Comité Organizador del Mundial y a la FIFA, el organismo regente del balompié mundial, por su manejo de ciertas situaciones como la prohibición en los estadios de símbolos que hicieran alusión a la comunidad LGBTQ, el maquillaje de cifras y el anuncio de última hora de no permitir la venta de alcohol en los estadios.
LOS ESTADIOS VACÍOS
Uno de los temas más comentados en el torneo fue la escasa presencia de aficionados en los estadios. Durante los primeros días de la competencia, los cuestionamientos se acrecentaron luego de que se apreciara las tribunas de los estadios semivacías, un hecho insólito para el máximo evento futbolístico del mundo.
Los huecos en las gradas fueron visibles desde el primer partido, el encuentro inaugural entre Qatar, el anfitrión, y la selección de Ecuador en el estadio Al Bait, el cual tiene capacidad para 60 mil personas. A pesar de tratarse de uno de los juegos más importantes de la Copa del Mundo, las tomas de las cámaras de televisión evidenciaron que muchos lugares del estadio se encontraban vacíos. La misma situación fue comentada durante las transmisiones en vivo.
Aunado a esta situación, se habló mucho del abandono que vivió la selección qatarí por parte de su afición. Antes de terminar la primera mitad, Ecuador ya vencía 2-0 a los locales, situación que provocó la tristeza y molestia de muchos espectadores quienes decidieron ya no regresar para la parte complementaria, lo que hizo aún más evidente los huecos en las gradas, del inmueble.
Pese a los visto por millones de personas en todo el mundo, el Comité Organizador y la propia FIFA afirmaron que la cifra total de asistentes para el partido inaugural fue de más de 67 mil entradas vendidas, pese a que el estadio Al Bayt tiene una capacidad de 60 mil espectadores.
Algo similar se vivió durante el segundo encuentro de la Copa del Mundo. Países Bajos y Senegal se enfrentaron el lunes 21 de noviembre en el estadio Al Thumama y, tal como sucedió en el partido inaugural, fue evidente la falta de aficionados en las tribunas. En un intento por llenar el estadio, el Comité Organizador y la FIFA decidieron abrir las puertas del inmueble para todos aquellas personas que quisieran entrar.
Varios de los afortunados detallaron en redes sociales que pudieron ingresar al estadio Al Thumama para disfrutar de la segunda parte del Países Bajos ante Ecuador. Los hinchas pudieron pasar por los puntos de acceso sin contar con un boleto físico o digital y sin oposición alguna del personal de seguridad. Una vez adentro del inmueble podían ocupar cualquiera de las butacas que estuvieran vacías.
Tal y como sucedió en el partido inaugural, la FIFA aseguró que durante el segundo partido correspondiente al Grupo A hubo una asistencia de 41 mil 721 espectadores, lo que generó diversos cuestionamientos pues el estadio de Al Thumama cuenta con una capacidad para 40 mil personas, es decir, según el organismo rector del futbol hubo un sobreaforo de poco más de mil hinchas.
Cuando parecía que el regalar entradas para los partidos del mundial quedaría como un hecho aislado, esta situación se repitió en el partido entre España y Costa Rica celebrado el 23 de noviembre en el Estadio Al Thumama.
Además del problema de las tribunas vacías, la FIFA tuvo que resolver otros inconvenientes como el uso de su aplicación móvil que gestionó las entradas a los partidos del Mundial, la cual ocasionó que cientos de aficionados se perdieran el inicio del partido del lunes 21, entre Inglaterra e Irán.
Varios hinchas reportaron que sus boletos habían desparecido de la aplicación en sus teléfonos. En consecuencia, se formaron largas filas ante el Estadio Internacional Khalifa de Doha, aproximadamente una hora antes del encuentro que comenzó a las 4 de la tarde.
Aunque algunos aficionados tuvieron que verificar que habían comprado entradas mediante un correo electrónico, otros pudieron entrar en el estadio sin más revisiones.
Las filas ante un mostrador donde se brindaba ayuda desaparecieron cuando habían transcurrido unos 30 minutos del partido. Se desconoce si se resolvió el problema de cada comprador de entradas o si simplemente se les permitió el ingreso.
Para alimentar más la polémica, días más tarde la FIFA dio a conocer sus cifras de asistencia durante los primeros 16 partidos de la primera fase de Qatar 2022 y afirmó que los ocho estadios elegidos como sedes en este mundial estuvieron llenos en un 94 por ciento.
Además, la FIFA aprovechó para hacer una serie de ajustes y “precisar” sobre la capacidad real de los estadios mundialistas. El Estadio Lusail, el cual albergará la final y que en primera instancia se había dicho que tenía capacidad para 60 mil aficionados, ahora, según el organismo rector del futbol, puede acoger a 88 mil 966 espectadores.
En tanto, el estadio Al Bayt, que inicialmente tenía capacidad para 60 mil personas, ahora con el ajuste cuenta con 68 mil 895 asientos. La FIFA también afirmó que los otros seis estadios, que en un inicio no tenía capacidad mayor a 40 mil espectadores también son más grandes de lo que se había dicho antes.
DISCRIMINACIÓN A COMUNIDAD LGTBI+
Desde antes de comenzar la Copa del Mundo, Qatar dejó en claro que la comunidad LGTBI+ no era bienvenida, esto a pesar de lo dicho por la FIFA y el propio Jeque Tamim Al Thani, quien aseguró que el país del Golfo era “muy acogedor” y daba la bienvenida a todos los turistas que acudan al Mundial.
Qatar, un país árabe de religión musulmana, considera un delito las relaciones entre personas del mismo sexo, el cual es penado con condenas que van desde la cadena perpetua hasta la pena de muerte. Además, su Código Penal señala que el acto de “provocar o seducir a un varón” a cometer actos de “sodomía e inmoralidad” está castigado con tres años de cárcel. Esta situación encendió las alarmas de colectivos LGTBI que expresaron su preocupación a la FIFA por organizar la Copa del Mundo en esta nación.
Ante esta situación los capitanes de selecciones europeas como Inglaterra, Gales, Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Suiza y Países Bajos anunciaron que usarían un brazalete con el lema “One Love”, el cual forma parte de una campaña antidiscriminación contra la anfitriona Qatar.
Contrario a lo que muchos pudieran esperar, la FIFA salió en defensa de Qatar y amenazó con amonestar a los jugadores que salieran al campo de juego con el brazalete, situación que provocó que las federaciones involucradas decidieran a llevar las bandas.
El anuncio se hizo tan solo unas horas antes de que el inglés Harry Kane, el holandés Virgil van Dijk y el galés Gareth Bale se pusieran los brazaletes de “One Love” en los encuentros del lunes 21 de noviembre.
En respuesta, los jugadores de la selección de Alemania se taparon la boca en la foto de equipo antes de su primer partido en el Mundial para protestar contra las acciones de la FIFA acerca de sus planes de portar un brazalete antidiscriminación contra la anfitriona Qatar.
El equipo se colocó para la formación tradicional antes del saque inicial ante Japón y los 11 jugadores se cubrieron la boca con la mano derecha.
“Fue un gesto del equipo, de nosotros, de que la FIFA nos está amordazando”, djo el técnico de Alemania Hansi Flick.
“Con el brazalete de nuestro capitán, queríamos mandar un mensajes sobre los valores de la selección nacional: diversidad y respeto mutuo. Alzar las voz junto a las demás naciones”, dijo la federación en un comunicado difundido en redes.
PROHIBEN VENTA DE CERVEZA
Las dudas sobre la designación de Qatar como país anfitrión del mundial se acrecentaron cuando a solo dos días del partido inaugural el Comité Organizador anunció la prohibición de venta de cerveza en los estadios de la Copa del Mundo, lo que significó un giro de última hora en el acuerdo que las autoridades del país árabe habían pactado con la FIFA para asegurar la sede del torneo.
La decisión fue u duro golpe para Budweiser, la cerveza oficial del mundial, y provocó los cuestionamientos sobre el control real que tiene la FIFA sobre su torneo.
Cuando Qatar presentó su candidatura por la sede, el país aceptó el requisito de la FIFA de permitir la venta de alcohol en los estadios. También lo hizo cuando firmó los contratos tras imponerse en la votación en 2010.
A través de un comunicado la FIFA dio a conocer el cambio de planes indicó que se seguiría vendiendo cerveza sin alcohol en los ochos estadios y en los 64 partidos.
“Tras las conversaciones mantenidas entre las autoridades del país organizador y la FIFA, se ha tomado la decisión de centrar la venta de bebidas alcohólicas en el FIFA Fan Festival, otros lugares de encuentro de los hinchas y los locales que dispongan de licencia para ello, y eliminar los puntos de venta de cerveza del perímetro de los estadios”.
Finalmente, la Copa Mundial de la FIFA ha llegado a su fin, en una edición que será recordada por las polémicas generadas durante el torneo y que difícilmente serán olvidadas durante los próximos años, como la histórica final del domingo pasado.
-Con información de AP