“Los cerdos son animales inteligentes, intuitivos y curiosos, no muy diferentes a los perros y gatos que tenemos en casa como mascotas. Aun así, estos animales viven una realidad completamente diferente en la industria cárnica”, escribe Sabina García, de HSI México.
Por: Sabina García, Departamento de Animales de Producción, HSI México
Ciudad de México, 19 de noviembre (SinEmbargo).– En la mayoría de las granjas industrializadas de cerdo, conocidas como cría intensiva, los cerdos son criados en condiciones donde la prioridad es la ganancia por encima del bienestar animal y la sustentabilidad ambiental. En 2014, fueron criados y sacrificados más de 16 millones de cerdos en México, en su gran mayoría bajo esquemas de cría intensiva que son más comunes en la industria porcícola.
No siempre fue así. La producción de cerdo en México tradicionalmente se daba en granjas de pequeña escala y usualmente a cargo de familias. La tendencia hacia la cría intensiva se dio en las últimas tres décadas, y debido a que las pequeñas granjas comerciales no pueden competir con la producción industrial, muchos no lograron continuar en el negocio.
De igual manera, existen problemas relacionados al bienestar de los animales. Los cerdos tienen una vida corta y difícil al ser alojados en espacios reducidos, muchas veces sin enriquecimiento ambiental, y sin la posibilidad de desempeñar algunos de sus comportamientos naturales.
Las cerdas reproductoras, o las cerdas madre, enfrentan situaciones aún más frustrantes. Confinar a las cerdas en jaulas de gestación es una práctica común en la industria. Dichas cerdas pasarán casi toda su gestación de cuatro meses en jaulas de metal casi del tamaño de su cuerpo. No pueden moverse, darse la vuelta, hozar o hacer nada más allá de mirar las barras de metal que las rodean. Muchas sufren problemas psicológicos –evidenciado por la conducta repetitiva y las constantes lesiones, que ocasionan la mordedura de las barras de metal. La etapa de dar a luz tampoco les da un respiro ya que poco después vuelven a ser inseminadas, repitiéndose este ciclo a lo largo de su vida reproductiva.
Sin embargo, hay esperanza de una vida mejor para estos animales. Cada vez más consumidores mexicanos se preocupan y cuestionan sobre el origen de sus alimentos y se han pronunciado en contra de las prácticas crueles en la industria alimentaria, como el uso de las jaulas de gestación. Así mismo, las empresas alimentarias se han dado cuenta de ello. A lo largo de los últimos años, decenas de empresas líderes del sector de alimentos, como Toks, McDonald’s y Subway, han adoptado políticas de bienestar animal que evita que compren carne de cerdo proveniente de productores que aún usan las jaulas de gestación. A nivel global, más de 100 empresas se han comprometido a comprar únicamente carne de cerdo libre de jaula en su cadena de suministro.
Inclusive los productores están tomando nota de estos cambios. Granjas Carroll de México y Norson, dos de los productores más grandes de México, se han comprometido a eliminar las jaulas de gestación para 2022.
Gran cantidad de cosas quedan por hacer. Mexico se está quedando corto del progreso global en este tema. Muchos de los productores más grandes del mundo, incluyendo a Smithfield, BRF y Betagro, se han comprometido a dejar de usar las jaulas de gestación en los próximos ocho años o menos. Los cuatro principales productores de cerdo de Brasil – BRF, JBS, Aurora Alimentos y Frimesa – han adoptado compromisos similares, así como las uniones porcícolas más grandes del mundo en Canadá, Sudáfrica y Australia. En los Estados Unidos, nueve estados ya han prohibido las jaulas de gestación.
México debe mantenerse al frente de las tendencias globales. Humane Society International (HSI) ha jugado un rol fundamental en los compromisos adquiridos por empresas alimentarias para eliminar las jaulas de gestación en esas cadenas de suministro. HSI trabaja activamente en México, colaborando con el sector alimentario mexicano y los productores de cerdo en la adopción de políticas libres de jaula para la carne de cerdo y otras prácticas de producción que ofrecen mayor bienestar animal.
Como consumidores, podemos hacer que esto suceda. Numerosos restaurantes y supermercados ofrecen ahora productos de cerdo libre de jaula, ya que los consumidores están pidiendo que cada vez más establecimientos se unan a esta tendencia – y puedes hacer que esta voz se oiga más fuerte, pidiendo a sus tiendas y restaurantes favoritos que no vendan más carne de cerdo proveniente de granjas donde se usan las jaulas de gestación. A pesar de que la cantidad de pequeños productores se ha reducido, aún existen granjas porcicultoras de baja escala que normalmente ofrecen mayor bienestar a los animales que crían.
La voz del consumidor ayudará a que la labor de HSI tenga mayor efecto, mientras continuamos trabajando con productores, restaurantes, hoteles, empresas procesadoras, y otros para promover la disponibilidad de productos de mayor bienestar animal. Sé parte de este movimiento y ayúdanos a erradicar las jaulas de gestación en México.
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