Alejandro Calvillo
19/10/2024 - 12:05 am
De McDonald’s a OXXO, #OaxacaSinChatarra
“La resistencia no solo está en Oaxaca, sino en todos lados: en la academia, en la ciencia libre de conflicto de interés, en organismos nacionales e internacionales, en legisladores y funcionarios comprometidos en un amplio movimiento”.
El OXXO está clausurado; es el Día Mundial de la Alimentación. Enfrente, en contraste radical con lo que se encuentra dentro del OXXO, sobre una mesa, se ofrecen ricas tlayudas y tostadas de San Antonio de la Cal, la deliciosa bebida de tejate de San Andrés Huayapam, jugosas manzanas de la Sierra Sur, matas de maíz y elotes de San Juan Bautista La Raya, tamales de San Pablo Etla, harina, alegrías y galletas de amaranto de Santa Cruz Etla, frijoles de la Sierra Mixe, trigo de la Sierra Juárez, hierbas medicinales de los Valles Centrales y calabazas de San Jacinto Amilpas. Todo sobre la mesa, ahí en la calle, frente al Palacio de Gobierno y frente a un OXXO clausurado por el movimiento #OaxacaSinChatarra, conformado por más de 25 organizaciones.
Doce años antes, en 2002, Francisco Toledo, artista plástico oaxaqueño reconocido mundialmente, ofrecía tamales a unos metros de distancia, donde ahora se realizaba el acto contra OXXO, en protesta contra la instalación de un McDonald’s en los portales de la plaza principal de la ciudad, en el centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad. A la muerte de Toledo, varias notas recordaban al artista que impidió que McDonald’s se instalara en la plaza principal de Oaxaca.
Como parte de esa tradición de resistencia y defensa de la cultura oaxaqueña, que incluye la protección de su gran herencia alimentaria y culinaria, hace unos días, tras esa mesa con una diversidad de alimentos y platillos de diversas regiones del estado, la tienda OXXO estaba clausurada. Sellada con letreros de clausura con mensajes profundos, como: “CLAUSURADO por coadyuvar al debilitamiento de la economía local y generar pérdida de la identidad cultural”. Basta ver los productos sobre la mesa, puestos ahí por las organizaciones de la campaña #OaxacaSinChatarra, para comprender la gran riqueza y variedad de alimentos y de la cocina oaxaqueña. Son productos cuyo consumo es saludable, que mantienen y fortalecen las economías locales y regionales, y que preservan la riqueza cultural. Estos alimentos son elaborados en una relación ancestral con la tierra, una conexión profunda con el entorno natural. El cultivo y consumo de estos productos han sido parte de una red horizontal tejida a lo largo del tiempo entre las comunidades, una red que está siendo dañada y debilitada con la llegada de la comida chatarra, los ultraprocesados y las bebidas embotelladas. El OXXO simboliza este proceso de invasión y destrucción.
Otro sello de clausura en la fachada del OXXO dice: “CLAUSURADO por expender productos que dañan la salud”. Ahí, tras la reja del OXXO clausurado, se encuentran más de 600 productos ultraprocesados, empaquetados en plástico, embotellados en plástico o vidrio, enlatados en aluminio, cada uno con una larga lista de ingredientes artificiales. Productos que dañan la salud y contaminan el ambiente. Elaborados para ser hiperpalatables, estos productos están respaldados por inversiones multimillonarias en publicidad, todo con el fin de generar adicción y desplazar los alimentos naturales y la hidratación con agua. Son productos con exceso de azúcares, edulcorantes, sodio, grasas saturadas, colorantes, saborizantes artificiales y otros aditivos. No pueden llamarse alimentos porque simplemente no alimentan. Y no solo eso, además de la comida chatarra y las bebidas endulzadas embotelladas, OXXO es la cadena más grande del país en la venta de cigarrillos, responsables de la muerte de 60 mil personas cada año en México. También es la principal cadena de venta de bebidas alcohólicas, productos responsables de alrededor de 40 mil muertes anuales en el país. Recientemente, han incorporado la venta de vapeadores y bolsitas de nicotina, es decir, todo lo que pueda ser adictivo y rentable. El consumo de alcohol está asociado al aumento de la violencia de género, intrafamiliar y comunitaria. Cuantos más OXXOs, es decir, más puntos de venta, más consumo y más violencia. Y, por supuesto, también venden Coca-Cola y todas sus marcas. Se estima que 40 mil muertes anuales en México están asociadas al consumo de bebidas azucaradas, responsables de un porcentaje significativo de las muertes por diabetes y enfermedades cardiovasculares. Enfrente, sobre la mesa, están los alimentos que estos productos y esta mercadotecnia están desplazando: es la resistencia cultural, de salud y comunitaria.
Un tercer sello de clausura señala la interferencia de estas corporaciones en la política pública: “CLAUSURADO por incidir en políticas públicas que ponen en riesgo a la población de Oaxaca y México”. Oaxaca ha sido víctima, al igual que el país, de la interferencia de FEMSA, propietaria de OXXO, y de FEMSA-Coca-Cola, en contra de políticas públicas dirigidas a proteger la salud y el medio ambiente. Cuando el Congreso de Oaxaca prohibió los plásticos de un solo uso, una política recomendada por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, fueron las acciones jurídicas de FEMSA-Coca-Cola las que detuvieron la medida en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Han hecho lo mismo contra muchas otras políticas, tanto a nivel nacional como local, como la prohibición de exhibir las cajetillas de cigarros en los puntos de venta, una medida recomendada por la Organización Mundial de la Salud. Gracias a sus acciones jurídicas, FEMSA ha mantenido la exhibición de tabaco en sus más de 23 mil establecimientos en todo el país, en el lugar más visible, detrás de las cajas de cobro, con la pared completamente tapizada de cajetillas de cigarrillos. Hay que recordar la letalidad de este producto: la mitad de los fumadores mueren por una enfermedad relacionada con este vicio.
La resistencia no solo está en Oaxaca, sino en todos lados: en la academia, en la ciencia libre de conflicto de interés, en organismos nacionales e internacionales, en legisladores y funcionarios comprometidos en un amplio movimiento que busca restaurar una forma de vida más sana y sustentable. Este movimiento busca poner freno a la avaricia y destrucción que ha impuesto el capitalismo salvaje y tiránico de las grandes corporaciones. Un gran logro es la aprobación de la Ley de Alimentación Adecuada y Sostenible y la publicación de los Lineamientos para Alimentos y Bebidas en las Escuelas. Como sociedad, debemos hacer realidad estas normativas para defender la salud, el medio ambiente y la gran riqueza biológica y cultural de nuestro país. Hay esperanza en este Día Mundial de la Alimentación, y gracias a las organizaciones y colegas de #OaxacaSinChatarra por poner al frente nuestra riqueza, dejando atrás, tras los sellos de clausura, lo que nos hace mal.
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