En México, el cáncer de mama es la primera causa de muerte en mujeres de 25 años en adelante. Con motivo del Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, presentamos los factores de riesgo y prevención para detectarlo a tiempo.
Ciudad de México, 19 de octubre (SinEmbargo).- El cáncer de mama es el tipo más frecuente en mujeres a nivel mundial. Con la intención de sensibilizar a la población sobre el tema para mejorar la detección temprana y supervivencia, cada año se celebra el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), el cáncer de mama ocupa el primer lugar en incidencia de neoplasias malignas en las mujeres alrededor del mundo, mientras en México se trata de la primera causa de muerte en jóvenes de 25 años en adelante.
Los casos de muerte por este tipo de cáncer aumentan conforme a la edad. A modo de ejemplo, en 2016, hubo un total de 14.8 fallecimientos por cada 100 mil mujeres de 40 a 49 años, 29.5 en las edades comprendidas entre 50 y 59 años, 40.8 en personas de 60 a 69 y 54.8 en mujeres mayores de 70 años.
📌 19 de octubre, Día Mundial de la Lucha Contra el #CáncerDeMama.
Conocer bien nuestro cuerpo nos permite detectar los signos de alerta para un tratamiento oportuno.#OctubreRosa #IMSSvsCáncerDeMama pic.twitter.com/XPikwmvWms
— IMSS (@Tu_IMSS) October 19, 2021
FACTORES DE RIESGO
Si bien los hombres también pueden padecerlo, este cáncer es casi exclusivo de las mujeres, por lo que ser mujer es uno de los factores de riesgo. Además, contar con antecedentes familiares de cáncer de mama, ser mayor de 40 años, el uso de anticonceptivos hormonales por más de cinco años, padecer obesidad, haber tenido la primera menstruación antes de los 12 años, tomar hormonas para la menopausia y tener hábitos sedentarios son algunos de los elementos a considerar como factores de riesgo.
¿CÓMO DETECTARLO?
El cáncer de mama suele presentarse como un nódulo indoloro en el pecho. Los síntomas de alerta son: la aparición de un nódulo en el pecho; alteración en el tamaño, aspecto o forma de alguno de los senos; grietas, enrojecimiento o alteraciones en la piel; cambios en la apariencia de los pezones en la zona circundante; algún tipo de secreción anormal en el pecho.
Para observar dichos cambios, es importante llevar a cabo una autoexploración de las mamas a partir de los 20 años, cuando menos una vez al mes, así como realizarse mastografías cada dos años en mayores de 40 años.
¿CÓMO REALIZAR UNA AUTOEXPLORACIÓN?
En primer lugar, con las manos detrás de la cabeza, codos y hombros ligeramente hacia adelante y las manos en la cintura, es indispensable colocarse frente a un espejo desde un ángulo en que se puedan observar fácilmente los senos para detectar alguna anomalía como hundimientos, secreciones, enrojecimiento, etc.
De pie, con la mano derecha en la nuca y la izquierda sobre el seno derecho, palpar alrededor de la mama, la areola y la axila. Apretar ligeramente el pezón y observar si hay algún tipo de secreción anormal. Repetir el proceso en ambos senos.
Luego, recostada sobre una cama, enrollar una toalla o poner una almohada debajo del hombro derecho mientras la mano derecha se encuentra detrás de la nuca y palpar nuevamente. Llevar a cabo el mismo proceso para ambos senos.
En caso de detectar alguna anormalidad, acudir con el médico lo antes posible.
La autoexploración debe realizarse siete días posteriores a la última fecha de menstruación o, en caso de no seguir menstruando, elegir un día específico de cada mes. Las exploraciones han de ser periódicas para conocer las mamas y detectar fácilmente cualquier cambio inesperado.
¿CÓMO PREVENIRLO?
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) recomienda lo siguiente:
– Seguir una alimentación balanceada y alta en fibra.
– Reducir el consumo de grasas y azucares.
– Practicar ejercicio al menos 30 minutos al día.
– Mantener un peso adecuado.
– Evitar el consumo de cigarros y alcohol.
– Comenzar a realizar autoexploración a partir de los 20 años.
– Realizarse una mastografía a partir de los 34 años, en caso de antecedentes familiares de la enfermedad. En caso contrario, hacerla cada dos años a partir de los 40, y cada año al llegar a los 50.