“Al final de todo hay que echarle ganas, no queda de otra, lo material se puede volver a construir, mi padre me enseñó que lo económico queda en segundo término, lo primero es la familia”, afirmó Aguirre tras perder a varios familiares y su negocio por la pandemia.
Phoenix (AZ), 19 oct (EFE News).- Ricardo Aguirre lo ha perdido casi todo por el coronavirus. Siete familiares murieron, incluido su padre, su negocio de comida mexicana quebró y afronta millonarias facturas médicas, pero aun así no pierde la fe, porque próximamente nacerá su hija Guadalupe de Jesús, la que considera un milagro en medio de tanta tragedia.
“Esa hija tendrá el nombre de mi padre, de mi madre y de la virgencita de Guadalupe, es una promesa que le hice a Dios, me hinqué ante él y le pedí una oportunidad para que naciera”, explica a Efe Aguirre, quien vivió en constante preocupación porque su esposa fue diagnosticada con el virus al cuarto mes de embarazo.
Ahora, Silvia, de 35 años, tiene su parto programado para el 29 de octubre, después de superar la COVID-19, y llevar un tratamiento especial de anticoagulantes, oxígeno y antibióticos.
El padre de tres varones, de 20, 16 y 12 años de edad, dice que la felicidad que supondrá la llegada de la bebé no borrará todo lo acontecido por los Aguirre, quienes vivieron una cascada de infortunios con el inicio de la pandemia.
Además de que se vieron obligados a cerrar el restaurante propiedad de la familia, “Tamales y Tacos Puebla”, y el camión de comidas que también poseían debido a la crisis, por lo que ahora sólo pueden dedicarse a preparar comida para fiestas, lo peor fue cuando la COVID-19 mató a siete de sus seres queridos, en su mayoría tíos y primos.
Su padre, José de Jesús, de 67 años, murió el pasado mes de septiembre de un paro cardiaco debido a complicaciones de la COVID-19.
“Los del hospital lo sacaron antes de tiempo, le vino un paro cardiaco en la casa y murió en mis brazos a las puras tres de la madrugada, de perdida alcanzamos a darle cristiana sepultura”, señala Aguirre, de 42 años.
Y podía haber sido mucho peor, pues su madre, Martha Guadalupe, también se contagio y estuvo hospitalizada por un largo periodo, al igual que su padre. Explica que todavía se encuentra “muy delicada” de salud por los estragos del virus, al igual que su esposa Silvia.
DEUDAS MILLONARIAS
Además de sobrellevar tantas pérdidas familiares y económicas, Aguirre afronta ahora otra pesadilla: tiene una deuda millonaria de dólares con los hospitales debido a la atención que recibieron sus padres, y afirmó que le hicieron firmar un documento para hipotecar su vivienda por el adeudo mencionado.
“De mi madre debo 700 mil dólares y de mi padre tengo una cuenta de 2 millones de dólares. Si no pago nos dijeron que nos quitan la casa, así que lo de abrir un negocio lo veo muy lejano”, asegura el mexicano, quien aún debe más de 11 mil dólares por los servicios funerarios.
Para complicar aun más si cabe la situación, denunció que después de que sus padres fueran dados de alta del hospital no pudo recuperar las pertenencias que llevaban sus progenitores cuando fueron ingresados y que se hicieron compras por valor de cerca de mil dólares con las tarjetas de crédito que quedaron en custodia en el centro médico.
UN DRAMA QUE NO CESA
A pesar de lidiar con tanta fatalidad, dijo haber sido atacado en las redes sociales después de que un familiar abrió una cuenta en la plataforma de donaciones Gofundme en apoyo a los Aguirre.
“Gente negativa me han dicho que estamos aprovechándonos por la situación, en qué cabeza cabe que voy a sacar provecho, lo que más quisiera es tener a mi padre y mi negocio de vuelta. Me han dicho de todo, que por gordo me dio coronavirus, y un ‘trumpista’ me dijo ‘wet back’ (espalda mojada), regresa a México”, comentó.
Según los últimos datos del Departamento de Servicios de Salud de Arizona, se han reportado más de 231 mil casos de coronavirus en el estado, de los cuales el 31 por ciento es de origen latino, y han perdido la vida 5 mil 830 personas a causa de la COVID-19.
A pesar de estas cifras, el mexicano no pierde la fe de sacar adelante de nuevo a su familia y volver a construir su negocio, aunque la pandemia parezca “no tener fin”.
“Al final de todo hay que echarle ganas, no queda de otra, lo material se puede volver a construir, mi padre me enseñó que lo económico queda en segundo término, lo primero es la familia”, afirmó Aguirre.