Esa mañana, la del 19 de septiembre de 2017, niños y niñas fueron acompañados por sus familiares hasta la puerta de la institución educativa. Llegaron desde Acoxpa o Calzada del Hueso, se encaminaron por División del Norte y doblaron en las esquinas de Brujas y Rancho Piomo, sin imaginar que era un día de tragedia. Y dieron las 13:14 horas en la colonia Nueva Oriental Coapa y la alerta sísmica sonó cuando ya cuando los edificios del Enrique Rébsamen crujían.
Ciudad de México, 19 de septiembre (SinEmbargo).– Familiares guardaron un minuto de silencio para honrar a los niños que murieron en el Colegio Rébsamen, Alcaldía Tlalpan, durante el sismo que sacudió a la Ciudad de México el 19 de septiembre de 2017.
Flores y velas adornaron los restos de la institución educativa, en la misma semana en la que Mónica García Villegas, exdirectora del Colegio, fue declarada culpable de homicidio culposo por el Tribunal de Enjuiciamiento de la Ciudad de México.
Esa mañana, la del 19 de septiembre, niños y niñas fueron acompañados por sus familiares hasta la puerta de la institución educativa. Llegaron desde Acoxpa o Calzada del Hueso, se encaminaron por División del Norte y doblaron en las esquinas de Brujas y Rancho Piomo, sin imaginar que era un día de tragedia.
Y dieron las 13:14 horas en la colonia Nueva Oriental Coapa y la alerta sísmica sonó cuando ya cuando los edificios del Enrique Rébsamen crujían. Sí, la mayoría de las personas salieron en el momento, pero decenas quedaron atrapados bajo los salones y el mármol del departamento de Mónica García Villegas, dueña de la Escuela.
Polvo, descontrol, gente corriendo y gritando. El terror se apoderó de la zona. Se convirtió en un microcosmos del dolor.
“¡Se quedó gente abajo! ¡Están gritando! ¡Doblen la varilla para que puedan salir!’’, gritaba un hombre junto a la estructura que acaba de vencerse. De un agujero en la pared, sobre la calle de Rancho Pio, se asomó un pequeño uniformado, pantalón rojo con cuadros y suéter con el escudo del CER. Estaba llorando. Entre las ranuras que dejó el movimiento telúrico fue rescatado junto a una de sus compañeras, de acuerdo a las escenas que compartió en redes sociales un héroe que arriesgó su vida para intentar salvar otras.
El Rébsamen ya era noticia minutos después del sismo de 7.1 grados. Los testigos y los voluntarios que arribaron al lugar adoptaron, de inmediato, un lenguaje ahora ya conocido: Puño cerrado es igual a “silencio”, palma equivale a “nadie se mueva”, dedo significa “seguimos trabajando” y las manos arriba son para pedir agua.
Así corrieron los minutos y el sudor. Así se rescató a 11 personas en 24 horas. Y así, también, se localizaron los cadáveres de 21 niños y 5 adultos.
Este año no hubo simulacro en Ciudad de México ni otras entidades por la pandemia de la COVID-19, pero las heridas que dejó el sismo de septiembre de 2017 continúan presentes entre los mexicanos.
Fue justo a las 13 horas con 14 minutos del 19 de septiembre de 2017, año en que se conmemoraban los 32 años del sismo de 1985, que un temblor con epicentro al sureste de Axochiapan, Morelos, provocó la muerte de cientos de personas en México, así como incontables daños.
396 personas perdieron la vida tras la caída de edificios y casas. 228 de las muertes ocurrieron en la Ciudad de México; 74 en Morelos; 45 en Puebla; 15 en el Estado de México; seis en Guerrero y una en Oaxaca, de acuerdo con datos de Protección Civil.
–Con información de Carlos Vargas Sepúlveda.