“Yo nunca he sido la víctima, siempre he sido el victimario”, así se describía Jorge Luis, investigado por el feminicidio de Lesvy cometido en mayo de 2017 en Ciudad Universitaria. Testimonios de la mamá y amigos de la joven, así como un peritaje social dan cuenta de la violencia que el ex trabajador de la UNAM ejerció contra ella.
Ciudad de México, 19 de septiembre (SinEmbargo).- “Lesvy tenía algo importante que decirme, seguramente me confesaría lo que vivía, me pediría que la sacara de ahí, y yo lo hubiera hecho, pero él [Jorge Luis “N”] no la dejó llegar. Yo lo hubiera enfrentado, aunque en eso se me fuera la vida”, testificó hoy Araceli Osorio Martínez durante el juicio contra la ex pareja de su hija, investigado por feminicidio.
Un día antes de ser asesinada en el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), frente a una cabina telefónica, Lesvy Berlín Rivera Osorio le dijo a Arceli, su mamá, que tenía un anuncio importante para ella. Previamente, Lesvy le comentó que dejaría de vivir con Jorge Luis porque sus planes de vida no coincidían, ella ya se preparaba para acreditar la preparatoria en un examen y estudiar la licenciatura en Letras, mientras que a su novio aún no le interesaba concluir sus estudios de nivel medio superior.
Araceli recuerda las conversaciones que mantuvo con su hija y, a dos años del crimen, dice estar segura de que Lesvy “se encontraba en situación vulnerable, en amenaza constante”, por eso no le contó de la violencia de su pareja, un ex trabajador de intendencia de la UNAM.
Lesvy Rivera, el papá de la joven de 22 años y su mamá, coincidieron en que hubo otros aspectos que los hicieron desconfiar de Jorge. “Estábamos preocupados, hubo un periódo en el que sólo hablaba con nosotros a través de teléfonos públicos y en sus redes sociales, a las que él tenía acceso porque sabía sus contraseñas […]. Ella comenzó a aislarse, se veía demacrada, había perdido peso”, narró Araceli en el octavo día del juicio para esclarecer el feminicidio cometido en Ciudad Universitaria el 3 de mayo de 2017.
Araceli y amigos de Lesvy expusieron hoy ante el Juez José Juan Pérez testimonios que muestran al menos un episodio de la violencia que Jorge Luis ejercía contra la joven. Abogadas de la familia Rivera Osorio han argumentado que esas evidencias son importantes porque muestran una de las causales a investigar en los delitos de feminicidio según el Código Penal vigente: que la víctima haya sufrido violencia previo a su asesinato de parte, por ejemplo, de su pareja sentimental.
De igual forma, un dictamen en materia de trabajo social elaborado por la perita independiente Roxana Denisse Medina Guzmán da cuenta del contexto en el que se desarrolló la relación de Jorge y Lesvy. La también académica de la UNAM constató que Jorge “degradaba” a su novia con ofensas, además de ejercer sobre ella violencia física, emocional, económica y de movilidad.
“NUNCA VÍCTIMA, SIEMPRE VICTIMARIO”
Lesvy había acordado ir a una fiesta con Mayan, su amiga desde que estudiaron en el Colegio de Ciencias y Humanidades plantel Sur de la UNAM. Mayan pasó por ella a la casa cerca del Ajusco en la que desde noviembre de 2016 vivía con Jorge y otros amigos.
Lesvy, delgada, de aproximadamente 1.60 metros de estatura y con cabello largo y chino, salió apresurada del domicilio y subió a la camioneta de su amiga. “¡No te hagas la víctima!” le gritó desde ahí a Jorge. “Ni madres, yo nunca he sido la víctima, siempre he sido el victimario”, respondió él.
Con esa descripción es como Mayan recordó a la ex pareja de su amiga. Ese día la preja peleó porque Lesvy entró a la casa al mismo tiempo que uno de los amigos de Jorge y él insinuó que a ella le gustaba. “Era muy opresor”, destacó.
Mayan narró que Jorge no permitía a Lesvy estar sola, ni con sus amigas. “En nuestras reuniones nos espiaba, veía sus pies detrás de la puerta”, contó.
LAS VIOLENCIAS
“Me quedaba claro que algo estaba mal con él [Jorge Luis “N”], que podía matarse o matar a alguien”. Esa fue la impresión que tuvo Esteban, un amigo de Lesvy, después de intervenir en una pelea de la pareja en febrero de 2017.
Esteban era amigo desde la primaria de Lesvy, de noviembre de 2016 a febrero de 2017 le rentó un cuarto a su amiga y a Jorge cerca del Ajusco, pero los sacó cuando, durante una fiesta, escuchó a Jorge gritar y el llanto de Lesvy desde la habitación, cuando abrió la puerta la vio a ella recargada en una puerta de cristal con espejo en cuyo reflejo distinguió a Jorge con un cuchillo pequeño cerca de sus antebrazos “como si quisiera cortarse las venas”, recordó.
“¿Quieres que me mate?, ¡Quieres que me mate!”, gritaba Jorge a Lesvy mientras ella pedía a gritos que no. Esteban trató de controlar a Jorge y ambos pelearon, por esa discusión tuvieron que dejar la casa.
Después de ese incidente, Lesvy y Jorge tuvieron que dejar otra casa donde compartieron cuarto también por incidentes violentos, según reveló Natalia, una mujer que compartió otra casa de estudiantes con la pareja en la colonia Santo Domingo.
Natalia expuso en la audiencia anterior que una madrugada la puerta de su cuarto se abrió porque Lesvy golpeó contra ella, como si la hubieran empujado, y cayó llorando al piso. No era la primera vez que algo así ocurría. La estudiante contó a los jueces que al menos dos veces a la semana escuchaba cómo Lesvy lloraba y Jorge gritaba, a veces eran insultos o groserías.
A la violencia física y psicológica que vivió Lesvy se suma la de tipo económica y de movilidad, misma que fue corroborada por el peritaje de Medina Guzmán y los testimonios de familiares ya que, según contaron, Lesvy dejó su trabajo cuando comenzó a salir con Jorge por lo que dependía económicamente de él y su derecho a la movilidad se vio truncado porque ella debía adaptar sus tiempos para coincidir con los de su novio porque solo tenían un juego de llaves.
Con estos testimonios la defensa de la familia de Lesvy busca que el Tribunal Superior de Justicia capitalina de 50 años de prisión a Jorge Luis “N” por el feminicidio de Lesvy, pues ejemplifican la violencia previa que enfrentó y la cual también se corrobora en los videos de los últimos minutos con vida de la estudiante.
En cuanto al crimen, hoy el médico forense José Mario Nájera Ochoa concluyó que la muerte de Lesvy Berlín la habría causado una asfixia por estrangulamiento, es decir, otra persona tuvo que haberla provocado, contrario a la versión del suicidio que la Procuraduría General de Justicia capitalina defendió.
El forense, quien ha hecho estudios por casos de violencia de género juzgados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, detalló que el victimario tuvo que colocarse del lado izquierdo y centímetros delante de Lesvy para asfixiarla.
En junio de 2017 Jorge Luis “N” fue detenido e inició una investigación en su contra por no haber impedido el suicidio de Lesvy. Luego de diversos recursos legales y protestas de mujeres, el Tribunal Superior de Justicia capitalino reclasificó el delito, por lo que hoy se investiga por feminicidio agravado.
De acuerdo con el perito originario de Guatemala y con experiencia desde 1995, otra prueba que refuta la versión del suicidio es que, previo a su asesinato, la visión, la forma de hablar y movilidad de Lesvy Berlín Rivera Osorio estaban alterados por el consumo de drogas, lo que también la dejó indefensa ante cualquier tipo de ataque.
El estudio de Nájera Ochoa desmiente los hallazgos de peritos del Instituto de Ciencias Forenses (Incifo) y la Procuraduría del entonces Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera, quienes descartaron que Lesvy hubiese sido estrangulada. En ese sentido, el especialista en casos de muertes violentas de mujeres reprochó que los dictámenes periciales fueron erróneos pues para llegar a una conclusión no se analizó el lugar donde la joven fue hallada sin vida y se ignoraron estudios toxicológicos de la víctima.