Ciudad de México, 19 de septiembre (SinEmbargo/ZonaFranca).– María Luz Salcedo Palacios tiene moretones en los brazos y marcas en el cuello, pero las huellas de una brutal violencia no es lo que más pesa. A sus 18 años duele más la indolencia de las autoridades estatales y la impotencia de que su agresor sigue en libertad.
Luego de que milagrosamente sobrevivió al ataque de un conocido que intentó ahorcarla, la joven ahora es víctima de las trabas burocráticas en el Ministerio Público, que a una semana de la agresión todavía no detiene, ni gira una orden de restricción para que el agresor no se le acerque.
La jovencita fue golpeada con saña la madrugada del jueves por un hombre identificado como Miguel Ángel Jasso Manríquez, quien estuvo a punto de asfixiarla. Ahora, María Luz hace pública la violencia que sufrió como una llamada de alerta para las autoridades estatales y para las mujeres que también viven o han vivido una situación similar, pero que por temor a su agresor o al señalamiento público no se han atrevido a denunciar.
Por un lado las autoridades de Guanajuato presumen protocolos de atención para las mujeres que viven violencia, pero por el otro sigue presente el trámite burocrático y poco efectivo que tiene el Ministerio Público para atender los casos.
LA GOLPEÓ HASTA CASI MATARLA
La noche del miércoles 11 de septiembre la joven salió de trabajar, pasaron por ella un amigo y el agresor, a quien identifica como un conocido al que le presentaron hace unas semanas. Los dos jóvenes le ofrecieron llevarla a su casa, pero después los planes cambiaron y le sugirieron irse por unas cervezas.
María Luz se negó, fue en ese momento que Miguel Ángel Jasso se ofreció a llevarla a su casa, ella no dimensionó lo que estaba por suceder, accedió al ofrecimiento. En el camino el joven de también 18 años, pero ya casado y con un hijo, le sugirió tener relaciones sexuales, ella se negó y fue cuando él la llevó en su automóvil a la Sierra de Santa Rosa.
EL PRESUNTO AGRESOR ESTÁ PLENAMENTE IDENTIFICADO
La joven narró que desde ese momento él se mantuvo en silencio y la mantuvo amagada, mientras ella le pedía que la dejara libre. La llevó hasta el poblado conocido como Ojo de Agua, en la Sierra de Santa Rosa, muy cerca de Dolores Hidalgo.
La bajó del coche y comenzó a golpearla brutalmente, intentó asfixiarla y por más que ella gritaba y le suplicaba que se detuviera, él continuaba azotándola contra el piso y dándole puñetazos en la cara.
“Su intensión en ese momento no fue ni de violarme, ni me tocó, no trató de quitarme la ropa, su intención era matarme, era un coraje con el que me daba golpes secos… Yo le empecé a gritar que me viera a los ojos, ve a tu mamá, ve a tu hermana, como que se detuvo un poco y yo pude meterle las uñas a los ojos”, narró.
Con esa acción, María Luz logró detener a su agresor y salvar su vida porque “llegó un grado en el que yo estaba a punto de perder el conocimiento”.
Después el joven paró en seco los golpes, se subió al coche y la víctima aprovechó para correr entre las hierbas para esconderse. Dos minutos después él arrancó el automóvil y se fue.
“Por suerte 60 metros abajo se estrelló, yo escuché el golpe, en el momento no reaccioné y yo espere como otros 15 minutos para ver si no regresaba. Cuando me sentí más segura me fui al poblado de Ojo de Agua a pedir ayuda”.
Luego del apoyo de los pobladores que llamaron a la policía, llegaron dos patrullas de la Dirección General de Seguridad Ciudadana y dos ambulancias; un policía la llevó al lugar del accidente y fue cuando se dio cuenta de que su agresor se había estrellado.
Ella le pidió al policía que no la acercara al lugar porque dentro del automóvil estaba su agresor, así que el elemento la llevó al Ministerio Público, donde ya la esperaba su madre.
Al llegar al Ministerio Público la canalizaron al Hospital General de Guanajuato, en el hospital se encontró en la camilla de al lado con su agresor, que era atendido por los golpes que sufrió en el accidente.
Mientras María Luz era valorada por un médico legista, el agresor también era atendido por los doctores a unos metros de ella.
Aunque desde el inicio lo señaló como el responsable de las lesiones, la dejaron sola con su agresor, sin policías o personal que estuviera resguardándola.
“No había ni una cortina, estaba ahí, me dejaron sola y él todavía tuvo el atrevimiento de verme a los ojos y llamarme con un tono amenazante… trató de incorporarse y yo corrí al baño, las enfermeras lo que me dijeron fue ‘no se puede parar’, pero ni siquiera cerraron la cortina”.
En cuanto sus familiares pudieron sacarla del hospital, se la llevaron para que estuviera lejos del hombre que intentó matarla.
SIGUE LIBRE
A una semana de los hechos, el agresor sigue libre y ni una orden de restricción ha girado el Ministerio Público, para evitar que el joven se acerque a María Luz.
La Procuraduría de Justicia del Estado ni siquiera ha realizado el peritaje psicológico para continuar con el proceso legal. Ahora que la joven acudió nuevamente al Ministerio Público con Blanca Raquel Tapia, agente que lleva su caso, ella la citó para que sea el próximo miércoles cuando se haga el peritaje psicológico.
La denuncia quedó por tentativa de homicidio, violencia y abuso. Al parecer Miguel Ángel Jasso se encuentra escondido con unos familiares, pero todavía en Guanajuato.
“Lo que yo le dije muy claro al Ministerio Público fue que no era una simple agresión sino un intento de homicidio, o sea no era nada más un golpe porque yo le dije que no”.
A los dos días de la agresión, María Luz decidió publicar en Facebook su fotografía como un llamado para inhibir la violencia contra el género, a partir de esa fecha comenzó a recibir mensajes de apoyo.
Además, le informaron que el joven que además es adicto a las drogas, tiene antecedentes de agresión. Una de las víctimas fue la novia de un amigo.
EXIGEN A LAS AUTORIDADES QUE ACTÚEN
María Luz y su madre, quien se ha convertido en su sombra durante la última semana, exigieron a las autoridades que actúen de manera inmediata, porque el miedo es constante.
“Sé de la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, pero también sé que en lo que va del año son más de 40 mujeres asesinadas. Yo pensé que me iba a quedar ahí, hubo un momento en que no podía moverme y pensé: yo ya me quedé aquí”.
“En Guanajuato hay tantos casos, pero hay tanto miedo a levantar la voz porque dicen ´si me expongo qué va a pasar con mi familia, o qué vergüenza salir a la calle’ ¡y no!. Debe haber una ley que nos dé la seguridad de que vamos a ir al Ministerio Público y que las personas van a quedar detenidas al instante”.
Su madre, también pidió justicia al tiempo de que responsabilizó a Miguel Ángel Jasso de lo que le pueda pasar a su familia.
“Tengo miedo porque puede tomar represiones contra mi familia porque mi hija está abriendo la voz para obtener un derecho que le corresponde como ciudadana y ante todo como mujer”, expresó su madre con lágrimas en los ojos por la angustia, la impotencia y el temor.