El cantante mexicano utilizó su tiempo libre durante la pandemia para trabajar en un proyecto al que titula «Si fuera mía». En palabras del artista, el nombre sirve para describir a siete canciones que describe como “joyas musicales que no tuvieron el reconocimiento que se merecen”.
Por Alicia Civita
Miami, 19 ago (EFE).- La pandemia golpeó a Carlos Rivera de una forma especial. El cantautor mexicano perdió a un tío, ha visto a parientes y amigos sufrir por la COVID-19 y la crisis económica, tuvo que cancelar su primera gira en Estados Unidos y posponer otras fechas en América Latina y Europa.
«Yo tenía mi cuerpo, mi voz preparados para estar meses cantando y fuera de casa. De repente tuve que parar en seco y me quedé pensando en qué hacer. Como estaba preparado para eso, pues seguí cantando”, dijo Rivera en una entrevista con Efe al revelar que el resultado fue un proyecto novedoso al que dio el nombre de «Si fuera mía».
Aunque el título parece una de sus baladas “cortavenas”, en realidad sirve para describir a siete canciones que describe como “joyas musicales que no tuvieron el reconocimiento que se merecen”.
Las empezó cantando en casa, mientras tomaba sus primeras clases de guitarra por computadora, una meta de años para el que el coronavirus le regaló el tiempo.
“De repente me di cuenta de que había unas canciones que me daban paz y decidí compartirlas. Una vez que me decidí por las siete que podía arreglar y grabar desde casa se puso todo en marcha”, contó.
Rivera compró los equipos necesarios para registrar un sonido de calidad y creó un estudio artesanal en su casa en la Ciudad de México. Siguió practicando la guitarra hasta que se sintió cómodo para cantar los temas acompañados de las cuerdas que él mismo tocaba.
Poco a poco las fue esculpiendo hasta que las canciones podían fundirse con las que podrían haber sido compuestas por él, como el resto de los éxitos que lo han convertido en uno de los baladistas más importantes de habla hispana.
UN LUGAR ICÓNICO
La idea enamoró a su equipo y su disquera. Tanto, que le ofrecieron que mudara el proyecto al icónico estudio de Sony Music en la Ciudad de México. Allí fueron grabados bajo la dirección musical de Pablo Cebrián.
«Fue increíble, no solo por el lugar, sino porque se convirtió en la oportunidad de darle trabajo a mucha gente que ha perdido sus ingresos por las normas de confinamiento. Muchos de los que trabajan con nosotros en la música están sufriendo mucho”, expresó.
Su generosidad rindió frutos insospechado, pues el primer tema que presentó al público fue “Vuelves”, una canción de la cantautora española Rosalén, que cantó en 2017 a dueto con ella en Madrid.
La versión le gustó tanto a la compositora que compartieron su emoción en una divertida y sentimental transmisión en vivo en Instagram.
La segunda fue “Por tu amor”, una canción de pasito duranguense grabada por la banda de regional mexicano Alacranes Musical. El tema cobró una nueva vida en la guitarra y la voz de Carlos Rivera.
MÁGICA Y CONFIANZA
Para su tercera entrega, el artista dio un giro de 180 grados. “Brazos de Sol” es una de las composiciones del artista mexicano Alejandro Filio, considerado uno de los principales exponentes del movimiento de la nueva canción mexicana -un eco de la nueva trova cubana- , quien tuvo duetos con Silvio Rodríguez, Luis Eduardo Aute, Tania Libertad y otros en el proyecto “Secreto a voces”.
“Yo lo había ido a ver en concierto y soy su fan, pero no lo conocía. Ya había decidido grabar su canción cuando de repente él me mandó un mensaje directo en Instagram diciéndome que le gustaría que viera un concierto que iba a dar en internet y que me estaba mandando la entrada digital”, relató Rivera.
“Fue como mágico. Me hizo sentir que lo que estaba haciendo era más que correcto”, manifestó el artista, famoso por canciones como “Recuérdame”, “Otras vidas”, “Voy a amarte” y “Guerra”.
Esta última es el principal sencillo de su disco más reciente, que grabó en los prestigiosos estudios londinenses de Abbey Rd y sacó recientemente en vinilo.
«Cuando lo pienso todavía me sorprendo. Soy el único artista mexicano que ha grabado allí y lo logré porque tengo una gran fe en mi trabajo. Todo el mundo me decía que era algo imposible y lo que los convenció fue mi historia. Como un niño de Huamantla, un pueblo en el centro de México logró abrirse camino en la música sin padrinos», manifestó.
Carlos Rivera aún tiene cuatro canciones para entregar y, como ese niño de Humantla, se negó con cara de travieso a revelar cuáles son las que vienen.
Se ha divertido muchísimo haciendo que sus seguidores adivinen qué inesperado tema transformó en baladas acústicas.
«Ese misterio ha sido un juego de complicidad entre todos», indicó.
Aunque se ha sentido cómodo cantando -por primera vez- las canciones de otros, sigue casado con la composición y prepara un nuevo disco que saldrá en 2021, adelantó.