Tribunal de EU determina que cuadro de Camille Pissarro tomado por nazis pertenece a museo español

19/08/2020 - 4:41 am

El suegro de Lilly Cassirer compró el cuadro directamente al marchante de Pissarro y se lo dejó a ella y a su hijo cuando falleció. En 1939, Cassirer se lo entregó a los nazis a cambio de visas de salida para ella, su esposo y su nieto, que se asentaron en Estados Unidos. Su bisnieto, David Cassirer, de San Diego, ha continuado con el litigio desde la muerte de su padre.

Por John Rogers

LOS ÁNGELES (AP).— Un tribunal de apelaciones de Estados Unidos determinó que un cuadro de Camille Pissarro que una mujer judía entregó a los nazis para escapar del Holocausto en 1939 podrá seguir en manos del museo español que lo compró más de medio siglo después.

El fallo unánime emitido el lunes por un panel de tres jueves de la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de EU es el último, pero posiblemente no el definitivo, en un caso que lleva 20 años en tribunales españoles y estadounidenses.

La obra en cuestión es La Rue St. Honoré, effet de Soleil, Après-Midi, 1898, un óleo sobre lienzo que muestra una calle de París empapada por la lluvia y que Pissarro pintó mientras observaba la escena desde la habitación de su hotel. Su valor se ha estimado en 30 millones de dólares.

El suegro de Lilly Cassirer compró el cuadro directamente al marchante de Pissarro y se lo dejó a ella y a su hijo cuando falleció. En 1939, Cassirer se lo entregó a los nazis a cambio de visas de salida para ella, su esposo y su nieto, que se asentaron en Estados Unidos. Su bisnieto, David Cassirer, de San Diego, ha continuado con el litigio desde la muerte de su padre.

Ni los herederos de Cassirer ni el Museo Thyssen-Bornemisza discuten la primera parte de la historia de la obra.

Lo que se cuestiona todos estos años después es si el barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza hizo algún esfuerzo serio para determinar si el cuadro era robado cuando se lo adquirió al propietario de una galería de Nueva York en 1976 por 275 mil dólares.

Y también si los conservadores españoles cumplieron su deber de rastrear su procedencia cuando una fundación sin ánimo de lucro adquirió este y cientos de cuadros más de la colección del barón en 1992 y creó el museo que lleva su nombre en Madrid.

Los herederos de Lilly Cassirer dicen que pasó años tratando de recuperar la pintura antes de darla por perdida y aceptar 13 mil dólares en concepto de reparaciones del Gobierno alemán en 1958.

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