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Víctimas de curas violadores de EU empiezan a contar a la prensa, con pena y dolor, su experiencia

19/08/2018 - 3:57 pm

Mary McHale contó a El País cómo el padre James Gaffney, su profesor y mentor, abusó de ella cuando a los 17 años lo buscó para confesarle la relación que sostenía con una de sus compañeras. "Solía hablarme de sexo, tocarme sin motivo, se quitaba el alzacuellos y decía que, cuando no lo llevaba puesto, podía hacer todo lo que quería", dijo.

Jim VanSickle, víctima de un sacerdote llamado David Poulson, contó al Washington Post que el padre lo había maltratado física y emocionalmente cuando tenía 16 años.

Mike McDonnell dijo a la cadena CNN que le encantaba ir a la Iglesia con sus padres, pero cuando tenía 11 años fue abusado por dos sacerdotes: “Ellos robaron lo más sagrado que tenía, y eso era mi Iglesia Católica”.

Ciudad de México, 19 de agosto (RT/AP/SinEmbargo).- El martes se dio a conocer el reporte de un jurado investigador que detalla que mil niños, y posiblemente muchos más, fueron víctimas de abuso sexual por parte de centenares de sacerdotes católicos en seis diócesis de Pensilvania, Estados Unidos, y que los funcionarios eclesiales tomaron medidas para encubrirlos. En los siguientes días se han revelado más detalles de los abusos que sufrieron estos menores y también varios de ellos han salido a contar sus historias de horror.

El jueves se revelaron también detalles de cómo los sacerdotes utilizaron rituales religiosos, símbolos de la fe y la amenaza de una eternidad en el infierno con el fin de tocar, abusar y violar a menores. Una conducta que el principal fiscal del estado calificó de "armamentización de la fe".

La investigación de las autoridades incluye tres testimonios de víctimas, los de Robert Corby, de 83 años; Sean Dougherty, de 48, y Carolyn Fortney, de 37 años. Pero también, otra víctimas a comenzado a narrar sus historias en los medios de comunicación y también en las redes sociales.

El periodista Thomas Roberts, envío un mensaje vía Twitter al Papa Francisco en el que pide liberar los documentos sobre abuso sexual que fueron recopilados por el Papa Benedicto.

“Soy un sobreviviente de abuso sexual. A los 34 yo puse a mi ‘sacerdote depredador’ tras las rejas. Sirvió un tiempo mínimo y recientemente se le permitió el registro de delincuentes sexuales de Maryland. Si está de nuestro lado, libere todos los documentos sobre abuso sexual recopilados por el Papa Benedicto”.

El Vaticano expresó el jueves “vergüenza y dolor” por el informe mordaz que un jurado investigador de Pensilvania emitió sobre sacerdotes pederastas en seis diócesis de ese estado, y afirmó que esas conductas son “reprobables criminal y moralmente”.

Mary McHale contó a El País cómo el padre James Gaffney, su profesor y mentor, en el colegio católico de Reading, en Pensilvania, abusó de ella.

McHale, de entonces 17 años, acudió a Gaffney para confesarle la relación que sostenía con una de sus compañeras. Esa historia se pasó de ser la de su primera novia a la de cómo el cura comenzó a abusar de ella.

La mujer de ahora 46 años narró al medio español que el padre comenzó a pedirle que se vieran más seguido para que trabajarán en el asunto.

“Así empezamos a quedar, primero en el colegio y luego en su parroquia. Solía hablarme de sexo, tocarme sin motivo, se quitaba el alzacuellos y decía que, cuando no lo llevaba puesto, podía hacer todo lo que quería. El caso más grave ocurrió en la rectoría de la iglesia de St. Catherine. Cuando se fue la secretaria, cerró la puerta con pestillo. Me había dicho que tenía un programa que quería trabajar conmigo”, contó.

McHale recuerda que ese “programa” consistió en abrir tres sobres: el primero pedía que ambos contaran sus experiencias sexuales; el segundo, que señalaran partes del cuerpo del otro, y el tercero, que tenían que desnudarse y valorar el cuerpo del otro. Todo lo hicieron hasta dejar a la menor en ropa interior.

Mary denunció su abuso en 2004, luego de que una joven acusara al pastor. Hay al menos otras tres jóvenes que lo denunciaron.

Jim VanSickle, víctima de un sacerdote llamado David Poulson, contó al Washington Post que el padre lo había maltratado física y emocionalmente cuando tenía 16 años.

Poulson era 10 años mayor que él cuando una noche durante un viaje el padre entró a su habitación de hotel visiblemente excitado.

“Por primera vez, sentí terror y miedo por el hecho de que casi parecía que tenía ocho o nueve brazos contra los dos que yo estaba usando para sacarlo”, dijo VanSickle.

El sacerdote fue acusado a principios del año por tres delitos graves relacionados con delitos sexuales contra menores. Se espera que enfrente un juicio a menos de que llegue a un acuerdo con el Fiscal.

Mike McDonnell dijo a la cadena CNN que le encantaba ir a la Iglesia con sus padres, pero cuando tenía 11 años fue abusado por dos sacerdotes:

“Ellos robaron lo más sagrado que tenía, y eso era mi Iglesia Católica”, dijo.

McDonnell acusó públicamente a los dos sacerdotes en la Diócesis de Filadelfia. Uno de ellos fue expulsado y el otro fue retirado del Ministerio Público.

LOS TESTIMONIOS DE LA ACUSACIÓN

Robert Corby, de 83 años de edad, finalmente decidió hablar sobre la violencia sexual de la que fue víctima en su niñez. “Me eligieron porque era huérfano de padre”, señala su testimonio, revelado por la Procuraduría de Pensilvania, en el que describe los severos daños que acarreó durante su vida adulta tras la agresión sexual.

“Fui muy poco cariñoso […] no podía cargar o abrazar a mis hijos”, lamenta Corby, que se caracteriza a sí mismo como un “sobreviviente”. “No podía mostrar ningún afecto hacia mi esposa […] el sacerdote me lo quitó”, añadió.

“No tenía ningún deseo de tener hijos, ninguno, por causa de eso”, señala por su parte Sean Dougherty, de 48 años, quien afirma sentirse todavía hoy “absolutamente destruido”. “Te preparan para que te acostumbres a las manos de un hombre adulto […] Cuando tienes al sacerdote tocándote todos los días, ese es un recuerdo difícil de sobrellevar”, aseveró.

“Nos enseñaron que los sacerdotes y las monjas eran Dios”, añade Dougherty.

Dougherty lamenta que esa imagen “nunca desaparezca”. “El primer pensamiento que tienes en tu vida acerca de una erección es por medio de las manos de un sacerdote […] Nos llaman sobrevivientes por una razón”, lamenta.

En ello coincide Carolyn Fortney, de 37 años de edad, quien experimentó esta violencia desde que tenía 18 meses de edad. “Estaba en pañales […] y corrí directo hacia él”, señaló la víctima, y precisó que desde ese momento el sacerdote “siempre tenía sus manos sobre mí”.

“Sólo pensar en la palabra ‘Dios’ me hace pensar en él […] Siento que toda mi vida ha sido una mentira”, expresó Carolyn Fortney. “Sientes mucha soledad, especialmente cuando es tu palabra contra la de Dios”, añadió, y señaló que hasta el día de hoy los abusos no le han permitido sentirse cómoda en las relaciones sentimentales.

“Que un sacerdote en 1948 o 1947 abusara de uno o hiciera algo más… ¿quién me lo hubiera creído? Nunca se habría oído hablar de tal cosa, porque lo ocultaron”, condenó Corby.

“Esto no es una venganza contra la Iglesia”, aclaró Dougherty, “[pero] tienen que rendir cuentas por lo que hicieron”.

-Con información de AP y RT

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