México

Castillo “es el límite del dedazo. El límite de la irresponsabilidad”: Rafael Pérez Gay

19/08/2016 - 12:05 am

Los deportes son sueños colectivos. Juegos donde se recrean guerras estilizadas que afortunadamente son sólo eso: juegos. Pero lejos de los nacionalismos, México necesita, como el resto del mundo, referentes. Algo de esto explica Rafael Pérez Gay, escritor y acucioso seguidor del deporte, con quien SinEmbargo se sentó a hablar sobre la desilusión de México en los Juegos Olímpicos 2016 y de porqué, contrario a la idea de que el camino es siempre en ascenso, el rendimiento de varios de los competidores mexicanos involucionó, en un trecho de cuatro años, entre Londres y Río de Janeiro.

Ciudad de México, 17 de agosto (SinEmbargo). — El escritor Rafael Pérez Gay sabe que detrás de las participaciones de los atletas mexicanos en las Olimpiadas que millones de mexicanos siguen se esconden la decisiones políticas y el manejo de los recursos públicos. Y hacia este lugar señala.

Las nociones de que algo andaba mal en Río de Janeiro despertaron conforme los desempeños no salían como lo esperado. Hace cuatro años, en las justas de Londres 2012, los atletas trajeron siete medallas a casa. Esta vez, a tres días del final de las competiciones, sólo una ha sido asegurada.

La mano de la administración de Enrique Peña Nieto ha terminado por llegar al deporte. Y el titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) Alfredo Castillo Cervantes empieza a perfilarse como uno de los responsables de la debacle. Una debacle, además, expuesta ante los ojos de miles de millones que siguen por todo el mundo la justa deportiva.

“Lo primero que debe de ocurrir en la semana que entra es que Castillo renuncie. Soy de la opinión de que un trabajo muy mal hecho debe tener como consecuencia la separación del cargo”, apunta Pérez Gay, periodista y escritor mexicano con una amplia presencia en la vida nacional.

Reflexiona el fracaso de México en Río, y suelta: “En el deporte mexicano seguimos viendo conductas de un México que pareciera que quedó atrás. Un México profundamente antidemocrático. Un México autoritario, un México de caciques. Un México que creo que en algunas zonas de nuestra vida pública ha quedado atrás y en el deporte ha quedado anclado a ese México antiguo. Estoy pensando en nombres como los de Fidel Velásquez, el de Elba Esther Gordillo, el autoritarismo llevado a la ineptitud y a la rendición de cuentas. Eso es lo que yo creo que estamos viendo. Porque se entronizan en un cargo y pueden quedarse ahí 25 ó 30 años”.

Castillo arrastra una serie de escándalos en su paso por la administración pública. En Río indignó a más de un miembro de la delegación mexicana al llevar a su pareja, Jacqueline Tostado Madrid, ex Miss Distrito Federal 2009. Y fotos donde aparecía Tostado con el uniforme nacional inundaron las redes sociales. En especial, cuando se le contrasta con lo pasado por varios competidores en Rio de Janeiro que no pudieron usar uniformes adecuados.

Ya sea parchados o prestados, como fue el caso del púgil que garantizó una medalla, Misael Rodríguez, la colaboración institucional no estuvo del lado de los deportistas. Las quejas llovieron. A esto se sumó un abandono que ya venía: Rodríguez boteó para ir a Brasil, después de que la Conade dejará de apoyar con recursos a la Federación Mexicana de Boxeo (FMB).

En entrevista con SinEmbargo, Rafael Pérez Gay habla del legado que tanto el viejo como el nuevo Partido Revolucionario Institucional le han dejado al deporte mexicano. Una mirada para entender la crisis:

“Lo que veo [con Castillo] es el límite de la improvisación. El límite del dedazo. El límite de la irresponsabilidad. Y es donde yo verdaderamente no entiendo”. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo
“Lo que veo [con Castillo] es el límite de la improvisación. El límite del dedazo. El límite de la irresponsabilidad. Y es donde yo verdaderamente no entiendo”. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo
—Rommel Pacheco, Paola Espinosa, Aída Román, la selección de fútbol sub-23, son atletas que han tenido grandes logros. Pero en esta ocasión no ha sido el caso. ¿Cuál es el denominador común que usted encuentra en los resultados de estos atletas?

—Efectivamente tenemos un equipo pequeño de atletas de alto rendimiento. Y no han podido subirse al podio y traer una medalla. ¿Cuáles son las razones para que un deportista no logre sus objetivos? Son cuando menos tres. La primera, que su preparación no estuvo a la altura del compromiso; la segunda, que la preparación de sus adversarios fue mejor; y la tercera, una mezcla de las dos anteriores, más la falta de apoyo institucional, en este caso de la Conade o de la federación al deporte que pertenecen. No tengo dudas que estos atletas son de un alto rendimiento. Quedar en quinto o sexto lugar no me parece necesariamente un gran fracaso. Lo que me parece es que tendríamos que voltear a ver cuál el papel que ha jugado la Conade y las federaciones. Soy de la opinión que Alfredo Castillo no tenía nada que hacer en la dependencia. Me parece que es un error su nombramiento y muestra una decisión presidencial, al poner a un hombre que venía de arreglar o intentar arreglar el tiroteo michoacano y luego ponerlo justo enfrente del deporte mexicano. Nada que ver.

—¿Cómo ha influido este manejo de la política a los atletas?

—Todos hemos visto que el boxeador que ha ganado bronce, boteaba para poder ir a las Olimpiadas. De modo que yo digo que cuando queremos hacer las cosas mal, las hacemos muy mal y el deporte ha sido una de ellas. Trato de resumir. No hay seguimiento a los atletas de alto rendimiento. No hay seguimiento a los atletas que prometen o podrían desarrollarse en muchos sentidos en el deporte. Y desde luego no hay rendición de cuentas en la cantidad de dinero que se gasta. Supongo que uno podría decir: a ver, si tenemos clavadistas, arqueros, deberíamos tener boxeadores, taekwondoínes, bueno, deberíamos tener ya escuelas para que no perdiéramos. Durante mucho tiempo fuimos una potencia en marcha. Se vino abajo. Se descuidó. Se acuerdan de este entrenador polaco [Jerzy Hausleber], era muy bueno. Ahora se vino abajo. Cuando siempre metíamos uno entre los primeros cinco lugares.

—¿Estos factores que están influyendo estarán socavando nuestras posibilidades no sólo en estas Olimpiadas, sino del futuro a corto plazo de los resultados deportivos?

—Tienes razón, porque el asunto tiene que ver también con las políticas públicas que los estados y los gobiernos ponen sobre el deporte. Es decir, se olvida que una política pública es aquella que se encarga de ir dándole seguimiento permanente al objeto de interés. Preguntémonos algo: ¿Es importante el deporte en un país? ¿Es importante que los jóvenes hagan deporte? A mí me parece que sí, y te voy a decir por qué. Yo creo que las sociedades requieren de sueños colectivos, y uno de esos sueños es el deporte. Decía Norbert Elías, el gran sociólogo, autor del clásico “El proceso de la civilización”; decía: bueno, es que en realidad el deporte es el fin de los guerreros. Es decir, el deporte, decía Francisco Ayala, es la estilización de la guerra. Esos sueños colectivos en el caso del fútbol es clásico. Se enfrentan los equipos europeos en la cancha como si fuera una gesta. Termina el partido y todo ha sido un juego. El deporte sirve como un sueño colectivo. Hay que tener mucho cuidado de alejarnos de los nacionalismos, que yo digo que sólo ocasionan guerras y mala literatura. Pero el deporte es importante. Y no tenemos en México, las instalaciones, el seguimiento, la política pública, para que el deporte sea realmente un centro rector para nuestros jóvenes.

—¿La sociedad les exige demasiado a los deportistas?

—Hay una tendencia de opinión que dice que no debemos acosar a los deportistas. Porque han hecho lo que han podido. Yo no soy de esa opinión. Si quedas en el 28 o en el 30, lo único que te queda por decir es que te tienes que preparar mucho. Y hay un tema de manejo también de comunicación social. En el momento en el que sale la delegación mexicana convendría decir: todos nuestros promedios están debajo del podio. Lo que ocurra de ahí para arriba será realmente un acto hazañoso. Sin considerar a cinco o seis atletas [con mayores posibilidades de victoria], van creando los medios el mensaje de la Conade, de que allá va una delegación muy importante, de que si trajimos siete medallas de las Olimpiadas de Londres, ahora vamos a traer siete o más. Pues no, esta camada de deportistas no fue tan interesante y competitiva.

—¿A la gente le importa el mal manejo de los recursos públicos? Es decir, la mayor parte de críticas en estas Olimpiadas estuvieron centradas en ataques machistas a la gimnasta Alexa Moreno y no en los dirigentes deportivos. ¿Qué ha fallado en trasladar este debate a la ciudadanía?

—Desde luego yo no estoy de acuerdo con que se ofenda, se agreda, se tomen actitudes no sólo machistas sino misóginas respecto a la gimnasta. Son reacciones en general de las redes. Las redes tienden a ser desde hace mucho tiempo lugar de violencia verbal, violencia psíquica, y es ahí donde todos hemos padecido ese tipo de violencia. No estoy de acuerdo. Pero jamás estaría de acuerdo con que se iniciara un movimiento para censurar esa zona de libertad. Creo que es más bien en las redes donde ha ocurrido mensajes con relativa gracia. Como el meme de que no ganamos porque se nos inculcó que “no queremos oro, no queremos plata, sólo romper la piñata”. Y el otro de que se nos enseñó que “no hay que llegar primero sino saber llegar”. Entonces, bueno, las redes son lugares que recorren un aspecto que va desde la gracia, simpatía, la inteligencia hasta la ofensa abyecta. Es ahí donde se han dado estos comentarios, pero eso no me debe a mí inhibir para decir, oigan ustedes o no se prepararon bien, o no nos dijeron cuáles eran sus calificaciones. Si a mí me dicen que la calificación de Paola Espinosa ya está por debajo de tres o cuatro o cinco clavadistas, entonces, no voy a esperar que suba al podio. O si espero será que sea una hazaña. Pero no nos lo dicen.

—México era el país con una mayor recompensa si alguien traía una medalla de Latinoamérica [tres millones de pesos por una presea de oro]. Además, se invirtieron 17 millones de pesos de la Conade, y el COM consiguió una suma igual para terminar de completar. ¿Si hay dinero, por qué no hay resultados?

—Yo no sé si estas cantidades que me dices es poco o es mucho. Esa es la verdad. Sabemos que hay dinero, pero, igual y es poco. Y no siempre hay una relación mecánica entre el dinero que inviertes y los resultados que traes. Eso es lo primero que pienso. Lo segundo es que tiene que haber una rendición de cuentas. Y lo tercero es que debería de hacerse un reportaje, hecho con calma, por SinEmbargo, en el que se solicite por transparencia en qué se gastaron estos casi 40 millones de pesos a dónde se fueron. Y luego está la falta de sensibilidad política para acercarse a la gente. No te puedes llevar a tu esposa, vestirla con el uniforme de la delegación y decir que la pareja representa a México. Es una falta de sensibilidad, yo no sé, de veras, dónde tienen la cabeza muchos de nuestros políticos.

—¿Cómo justificar la presencia de esta pareja en las Olimpiadas?

—Yo no entiendo por qué tiene que vestir a su señora con el uniforme de la delegación. Cuál es el caso. Él dice que la señora viajó con sus propios recursos. Vamos a creerle. ¿Por qué tiene que estar disfrazada de parte de la delegación, cuando no tiene nada que ver, cuando es sólo su pareja? Entonces, hay falta de sensibilidades, de rendición de cuentas, hay una camada de deportistas que no alcanzo a llegar al podio, y una falta de política pública que nos permita hacer el seguimiento. Rommel Pacheco quedó en séptimo lugar [en trampolín 3 metros]. Eso es algo decepcionante. Yo lo vi lanzarse e hizo unos clavados de nueve. Luego lo vi en la tarde y se equivocó en sus primeros dos clavados. No sé. Hay quien maneja la hipótesis de decir que muchas veces el deportista mexicano sufre una especie de parálisis, de pánico escénico y falla. No lo creo porque son deportistas muy profesionales.

—Ha mencionado a Castillo por su falta de sensibilidad, sus escándalos, y por no tener un perfil muy claro. Venía de ser Comisionado, una carrera más o menos judicial, aunque también ha ocupado puestos al frente de la Profeco, y ahora de la Conade. ¿Qué cree que simboliza Castillo?

—Bueno, lo que veo es el límite de la improvisación. El límite del dedazo. El límite de la irresponsabilidad. Y es donde yo verdaderamente no entiendo. Sabían que Castillo estaría al frente de la Conade durante las Olimpiadas. Que sería extraordinariamente visible. Quiero entender que lo han puesto en ese cargo para difuminar un poco la tensión a la que estuvo sometido durante sus trabajos en Michoacán. Pero alguien tuvo que haber pensado: “oiga, este señor que tiene un perfil judicial, que ha negociado con las autodefensas de Michoacán, que persiguió a Mireles, este señor que estuvo al mando de las fuerzas armadas en esa entidad, este señor… ¿va ahora a dirigir el deporte en México?” Parece de risa loca.

—¿Debe Castillo rendir cuentas y renunciar?

—Lo primero que debe de ocurrir en la semana que entra es que Castillo renuncie. Soy de la opinión de que un trabajo muy mal hecho tiene que tener como consecuencia la separación del cargo de aquel que ha tenido un desempeño tan pobre. No hablo de un linchamiento. Sino simple y sencillamente de presentar una renuncia. ¿Por qué? Porque el desempeño de México fue extraordinariamente pobre en las Olimpiadas. Y luego revisar qué hacer con el deporte en México, si nos importa, si no nos importa. Es decir, si al Gobierno en turno no le interesa lo suficiente, entonces, no nos torturemos y dejemos que un papá le enseñe a un hijo a saltar, a echarse un clavado y no le invirtamos más dinero, tiempo y esfuerzo al asunto del deporte. Yo creo que es un error porque, te repito, las sociedades necesitan y requieren de sueños colectivos. No sólo en México sino absolutamente en todos los países. El deporte simboliza la fuerza, disciplina, el valor, la templanza. No en balde estamos hablando de los griegos, de un momento filosófico, y una fiesta del planeta en la cual todos se reúnen y si como yo, te has hecho aficionado al deporte desde que eres niño, pues no me parece una frivolidad ni un asunto menor hablar del deporte.

—Mario Vázquez Raña, como el Gobierno del PRI, fue presidente vitalicio del Comité Olímpico Mexicano y muchos años miembro del Comité Olímpico Internacional. ¿Se tradujo esa representación mexicana en resultados? ¿Cree que la actualidad deportiva es heredera de estos manejos en el deporte?

—Tienes razón. De pronto pienso en esto. En personas. En el deporte mexicano seguimos viendo conductas de un México que pareciera que quedó atrás. Un México profundamente antidemocrático. Un México autoritario, un México de caciques. Un México que creo que en algunas zonas de nuestra vida pública ha quedado atrás y en el deporte ha quedado anclado a ese México antiguo. Estoy pensando en nombres como los de Fidel Velázquez, el de Elba Esther Gordillo, el autoritarismo llevado a la ineptitud y a la rendición de cuentas. Eso es lo que yo creo que estamos viendo. Porque se entronizan en un cargo y pueden quedarse ahí 25 ó 30 años.

–¿Esta improvisación es intencional? En el caso de Castillo qué es lo que mantiene al funcionario en su cargo.

—Es un nombramiento presidencial, y esto ha demostrado el error, no puedo sino pensar que la improvisación va muy cerca de la ineptitud. Es decir, la improvisación es la contraparte de la meditación, del trabajo diario, la tenacidad, la preparación, nada en la vida puede surgir sino de una práctica diaria. Quincenal, semanal. Si eres un periodista tienes que publicar todas las semanas. Durante muchos años. Si eres un novelista tienes que publicar novelas cada dos o tres años. Si eres un ingeniero tienes que algún día que salir de tu universidad a enfrentarte al mundo. La improvisación va absolutamente ligada a una forma de ineptitud. Y aparte la ineptitud es una forma de corrupción.

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