Por William Bigelow
Ciudad de México, 19 de julio (SinEmbargo/Braitbart).– El medio estadounidense Salon ha presentado brillantemente argumentos de porqué los animales deben ser considerados personas, postulando que la anticuada noción de una línea de demarcación entre los seres humanos y los animales debe desecharse.
El científico Lori Marino afirma: “en este momento, no hay nadie aparte de un ser humano que sea considerado una persona. Todos son considerados bienes, sin importar lo complejos que sean o cuánto los amemos. No tienen derechos inherentes a ellos”. Salon señala, por ejemplo, que las orcas tienen “grandes cerebros, estructuras sociales complejas, comunicaciones misteriosas y un sexto sentido alucinante”, y además que “los chimpancés y todos los grandes simios, los elefantes, incluso los gatos, perros, cerdos y ganado, tienen centros emocionales más desarrolladas de lo que suponíamos”.
Salon cita a Gregory Berns, una neuroeconomista la Universidad de Emory, que escribe: “La capacidad de experimentar emociones positivas, como el amor y el apego, significaría que los perros tienen un nivel de sensibilidad comparable a la de un niño humano y esta habilidad sugiere un replanteamiento de cómo tratamos los perros […] debe haber una especie de personalidad limitada para los animales que se demuestra con evidencia neurobiológica de las emociones positivas”.
El biólogo marino Jeff Schweitzer dice: “Ignoramos el hecho inconveniente de que, para definir y medir la inteligencia, lo hacemos en términos de nuestras mayores fortalezas. [Y que nos] excluimos arbitrariamente bajo la definición de inteligencia superior de las funciones cerebrales en otros animales”.
El científico Thomas White señala que los delfines pueden ser creativos, ejemplificando con el caso de “Malia” un delfín hembra de Hawai que realiza acrobacias más allá de lo que sus entrenadores le han enseñado. Citando el hecho de que los delfines usan datos de ecolocalización, Salon continúa: “Esto indica claramente que los delfines y particularmente las orcas –en quien hemos observado las habilidades acústicas más desarrollados, así como las más elaboradas estructuras sociales y comunicativas de las familias de los delfines– tienen una poderosa conexión emocional y empática entre sí, y que son parte integral de sus propias identidades personales como seres en el mundo. Su unión los define como personas”.
Salon afirma:
Nuestra definición tradicional de la personalidad es profundamente antropocéntrica, en base a una experiencia del yo que se fomenta con comportamientos altamente individualizados. Pero los cetáceos, por otro lado, se tienen una “experiencia de sí mismos” completamente diferente, motivada por un medio acuático que produce seres altamente sociales y empáticos. Sin embargo, cuando empezamos a redefinir la personalidad de una manera menos antropocéntrica, hay ramificaciones profundas y ese camino conduce inevitablemente al reino de la ley y los derechos legales.
Lori Marino y algunos activistas han iniciado (en EU) un Proyecto de Derechos No-humanos (NhRP, por sus siglas en inglés) para dotar a los animales de derechos propios. La pimera meta del proyecto es lograr la libertad de cuatro chimpancés en el estado de Nueva York. Steven M. Wise, fundador y presidente del proyecto, declaró: “Nunca nadie ha reclamado el derecho legal de un animal no humano, hasta ahora. Cuando vayamos a los tribunales en nombre de los primeros demandantes de chimpancé, estaremos pidiendo a los jueces reconocer, por primera vez, que estos seres cognitivamente complejos y autónomos tienen el derecho legal básico para no ser encarcelados”.
Cuando los activistas presentaron una demanda para que ordenaran a la empresa SeaWorld liberar a sus orcas bajo el argumento de haberlas detenido en condición de “esclavitud”, el tribunal simplemente desestimó la demanda.
Sin embargo, según el juez del Tribunal Supremo Anthony Kennedy, los animales no sólo deben tener derechos sino que se les debe permitir “casarse con el hombre”. Kennedy argumentó la cuestión utilizando cuatro criterios en la votación para el matrimonio gay: que los animales, (como chimpancés y orcas) tienen autonomía individual; que especies diferentes a la humana también tienen aversión a la soledad; que, como los hombres, tienen derecho a la maternidad y crianza como garantía de protección a la familia; y que el matrimonio es necesario en el orden social “como piedra angular de la comunidad”.
Entonces ¿por qué la raza humana excluir a los animales de tomar parte en la sociedad? El matrimonio para los seres humanos y los animales: el próximo objetivo de la Corte Suprema (de EU).
Después de todo, el amor gana.