La indiferencia es una forma muy sutil de violencia. Mirar para otro lado mientras frente a ti se comete una injusticia te pone de lado del opresor. El contrario de la indiferencia es la acción y la gente no indiferente hizo escuchar su voz y lograr que el Gobernador de Nuevo León vetara la reforma a la Ley Patrimonio, que declara a la tauromaquia y a las peleas de gallos como patrimonio cultural.
La tauromaquia y las peleas de gallos son espectáculos crueles que perniciosamente se han asociado al estatus social y a los círculos de poder. Ante la amenaza de ser eliminados, sus defensores pretenden anclarse del supuesto rescate de uso y costumbres valiosas de hace más de cien años al solicitar ser protegidos como patrimonio cultural. Afortunadamente, este tipo de entretenimiento sádico va de salida gracias a la pronunciación activa de la sociedad en contra de la crueldad y el maltrato hacia los animales. Hay mucha evidencia científica que respalda que los toros y los gallos padecen mucho sufrimiento en la tauromaquia y en las peleas de gallos, retando así las narrativas que los toreros y los galleros han creado por años. Recuerdo que una amiga me contó que fue a una pelea de gallos muy emocionada pensando que disfrutaría un espectáculo muy mexicano y salió horrorizada de ver su crueldad y violencia.
Para las organizaciones de la sociedad civil, las personas de nuestro entorno social son la clave para lograr resultados que determinen una mejora sustancial sobre el trato a los animales. Los activistas por los animales tenemos retos muy particulares, como por ejemplo competir por la atención de muchas otras problemáticas y sucesos ocurriendo al mismo tiempo; existen muchas causas y las tendencias cambian como cambian las horas. La gente está ocupada, tienen sus propios problemas que solucionar y desafortunadamente los animales a veces están relegados al final. Porque “al fin, son animales”.
Inicié mi carrera como activista por los animales cuando presencié como un perrito era atropellado enfrente de mí. Llegué a mi oficina enojada, frustrada, llorando porque nadie se detuvo en la avenida para ayudar al perrito, porque no había una organización que se encargada de evitar que esto sucediera, porque el gobierno es insensible, porque a nadie le importan los animales. Después de seguir muy enojada caí en cuenta que seguramente eso pensaban también los demás que estaban ahí mientras no hacían nada y seguían rumbo a sus trabajos. Hicieron lo mismo que yo, se pasaron de largo. La crueldad y el maltrato animal sucede por la indiferencia de las personas. Sobra decir que desde ese día decidí dejar de esperar a que otros hicieran un cambio por los animales, busqué una organización y desde entonces no hubo vuelta atrás. No puedo permanecer indiferente al sufrimiento de otras especies animales.
El cambio que queremos ver en el mundo empieza con nosotros mismos, con nuestras acciones. Tal vez para ti no signifique mucho, pero todo suma para lograr un cambio por los animales: enviar un correo, ir a una protesta, firmar una petición, ser voluntario en un evento, dar un donativo, formar parte activa por el tiempo que puedas. La participación de la ciudadanía en Nuevo León en una encuesta que hizo el Gobernador en su cuenta de Instagram, sumado a muchas otras cosas que han hecho activistas y organizaciones desde hace años fueron los detonantes de este veto. El panorama también parece prometedor con la suspensión provisional de las corridas de toros en la Ciudad de México. Los cambios sociales se dan de forma dolorosamente lenta, pero se logran cosas enormes con la participación ciudadana. Los cambios sociales son carreras de distancia, no de velocidad. Se necesita mucha constancia y paciencia.
La relevancia de alzar tu voz por los animales es enorme. No dejes de hacerlo porque los animales cuentan contigo. Especialmente aquellos usados como alimento, quienes son víctimas de la explotación más cruel y masiva en el mundo.
Si deseas apoyar las acciones por los animales que The Humane League México realiza, te invitamos a formar parte de nuestra red de creadores de cambio.