Casarosa decidió ambientar Luca en una ciudad costera ficticia llamada Portorosso a finales de los años 50 y principios de los 60. Pensó que eso le daría una sensación atemporal y también le permitiría hacer referencia a algunas de sus piedras angulares favoritas de la época, desde las películas y la música hasta la Vespa de 1959, con la que los chicos se obsesionan.
Por Lindsey Bahr
Ciudad de México, 19 de junio (AP).- Cuando el cineasta Enrico Casarosa se mudó de Italia a Nueva York hace más de dos décadas, todo lo que quería hacer era asimilarse. Quería sonar americano. Quería pedir cafés con leche como un americano. “Era muy tímido a la hora de mostrar mi identidad italiana”, dijo.
Y sin embargo, como tantos artistas antes que él, el director nacido en Génova se ha sentido continuamente atraído e inspirado por su país de origen. Como un adulto viviendo al otro lado del océano, desarrolló una nueva pasión por el arte, la literatura y el cine desde el lugar que dejó atrás. Tanto su cortometraje nominado al Óscar La Luna como su último largometraje Luca, que se estrena el viernes en Disney+, son cartas de amor flagrantes a Italia.
Quienes toman las decisiones en Pixar a menudo les piden a sus creativos que exploren lo personal para sus historias, por lo que hace cinco años, en una reunión para presentar su proyecto, Casarosa se encontró hablando sobre su infancia en la Riviera italiana y su amigo Alberto, quien era más ruidoso y audaz que él y un poco alborotador. Fue la semilla de Luca, una encantadora historia sobre la amistad que ayuda a sacar a un niño tímido y protegido de su zona de confort. También hay algunas modificaciones fantásticas, como el hecho de que Luca y Alberto, de 13 años, son monstruos marinos que, fuera del agua, parecen ser niños humanos.
“Esta idea de los monstruos marinos como una posible metáfora de sentirse extraño y fuera de lugar (en ese momento de tu vida) conectó con mucha gente”, dijo Casarosa.
Hasta su amigo Alberto lo aprobó. Sí, todavía se mantienen en contacto.
Casarosa decidió ambientar Luca en una ciudad costera ficticia llamada Portorosso a finales de los años 50 y principios de los 60. Pensó que eso le daría una sensación atemporal y también le permitiría hacer referencia a algunas de sus piedras angulares favoritas de la época, desde las películas y la música hasta la Vespa de 1959, con la que los chicos se obsesionan.
Hay “huevos de pascua” en todas partes en Luca. Una de las primeras imágenes es un barco llamado Gelsomina, una referencia al personaje de La Strada (La calle) de Giulietta Masina. Los artistas de Pixar también diseñaron sus propios carteles de “La Strada” y “Roman Holiday” (“La princesa que quería vivir”) que adornan las paredes de la ciudad.
Algunos colaboradores afortunados de Luca incluso pudieron hacer algunos viajes de exploración a Cinque Terra y Génova durante la fase de desarrollo de la historia para que pudieran tener una idea del lugar y la singularidad de la arquitectura y las ciudades de los acantilados. Naturalmente, eso también implicó comer mucho: helado, focaccia e incluso la lasaña de su madre.
“Tuvieron un trabajo difícil probando una gran cantidad de comida increíble”, dijo riendo. “Realmente se trataba de asegurarnos de que todos tuvieran puntos comunes sobre los cuales construir esta historia”.
El equipo pasó años desarrollando la trama y el look de Luca en la sede de Pixar, buscando la forma de hacer que el software de animación diseñado para lograr realismo alcanzara el estilo de libro de cuentos más poético que Casarosa quería.
“Estás tratando de capturar la textura”, dijo la productora Andrea Warren. “Le estábamos agregando imperfecciones. En lugar de las imágenes brillantes de la computadora, queríamos que pareciera un trazo de pincel o el borde de un pastel”.
Incluso las olas, dijo, están diseñadas para evocar la “sensación de una ola” y no una representación fotorrealista.
Ese no fue el único desafío que enfrentaron. Justo cuando la siguiente fase de producción estaba a punto de comenzar, llegó la pandemia. De repente, todos estaban luchando por terminar Luca desde sus casas.
“Tuvimos que ingeniárnosla muy rápido para mantenernos en el camino porque nuestra fecha de estreno nunca cambió”, dijo Warren. “Definitivamente sacó a relucir la picardía, el ingenio y la flexibilidad del equipo. Enviamos iPads y micrófonos a las casas de la gente… pidiéndoles a los actores que fueran técnicos además de actores”.
Eso causó algunos dolores de cabeza. Hubo tomas perdidas cuando alguien se olvidaba de presionar grabar o la sesión de Zoom se cortaba. Jack Dylan Grazer, quien da voz a Alberto, grabó su diálogo desde el armario de su madre, donde a veces perdía una toma cuando su brazo chocaba contra una percha.
“No fue ideal, pero creo que fue inspirador”, dijo Warren. “Teníamos la sensación de que todos lo superábamos juntos”.
Y aunque la fecha original de lanzamiento se mantuvo, a último minuto “Luca” pasó de ser un gran estreno cinematográfico a ser uno de streaming para los suscriptores de Disney+.
“Fue un poco triste al principio”, dijo Casarosa. “Trabajamos muy duro en esta película. Estábamos tan listos para estar en el cine viviendo algo con otras personas… (pero) nos sentimos muy afortunados de poder compartir la cinta con todo el mundo”.
“Es una película alegre y espero que traiga algo de la luz que nos proporcionó hacerla mientras todos estábamos atrapados en casa”, agregó. “Esperamos brindarles a todos un poco de esa experiencia de sumergirse en hermosas aguas azules”.