Kevin Whelan, jefe del Departamento de Ciencias de la Nutrición en el King’s College de Londres, declaró que el estudio “ha revelado que numerosos síntomas se consideran importantes para un diagnóstico de estreñimiento en la población general que no forma parte de ningún criterio de diagnóstico actual o herramientas de evaluación. Con diferencias significativas entre pacientes y médicos”.
Madrid, 19 de junio (Europa Press).- Una nueva investigación del King’s College de Londres, publicada en el American Journal of Gastroenterology, ha encontrado que la percepción del estreñimiento del público difiere drásticamente de la de los médicos y de las pautas de diagnóstico formal. También han identificado seis conjuntos clave de síntomas comunes a ambos que en el futuro podrían formar la base de una nueva definición médica para el estreñimiento.
El estreñimiento es una condición muy común y, aunque la mayoría de las personas con estreñimiento crónico no visitan a un médico, se diagnostica en más de un millón de consultas médicas y se producen 63 mil ingresos hospitalarios en el Reino Unido cada año.
La forma en que se detecta, sin embargo, varía considerablemente. Algunos pacientes se autodiagnóstican, algunos médicos lo diagnostican de manera pragmática y otros utilizan criterios formales (como Roma IV) que especifican combinaciones de síntomas experimentados durante períodos de tiempo definidos.
La autora principal, la doctora Eirini Dimidi, investigadora asociada en el King’s College de Londres, recuerda que “estudios anteriores han intentado estimar cuántas personas padecen estreñimiento, pero sus resultados varían entre el 3 y el 35 por ciento. Una razón potencial para este rango es la falta de un método consistente para diagnosticarlo. Actualmente, los medicamentos recetados para el estreñimiento fallan en casi el 60 por ciento de los pacientes y casi la mitad informa que no está satisfecho con su tratamiento”.
El equipo del King’s College recogió datos de 2 mil 557 personas (de los cuales 934 tenían estreñimiento autoinformado), 411 médicos de cabecera y 365 especialistas en gastroenterología.
Descubrieron que de los que autoinformaban de estreñimiento, el 94 por ciento cumplía con los criterios diagnósticos formales. Sorprendentemente, sin embargo, de los mil 623 que no se autodiagnosticaron estreñimiento, el 29 por ciento también cumplió con estos criterios. Casi uno de cada tres pacientes “sanos” estaba, por lo tanto, clínicamente estreñido pero no lo reconoció.
Usando estudios de casos, las tasas de diagnóstico correcto de estreñimiento variaron de 99 a 39 por ciento, dependiendo de los síntomas presentes. Los movimientos intestinales infrecuentes, por ejemplo, fueron percibidos como importantes para diagnosticar el estreñimiento en menos de un tercio de la población general afectada, en comparación con el 41 por ciento de los médicos de cabecera y hasta el 65 por ciento de los médicos especialistas.
El estudio también destacó seis grupos de síntomas clave que se acordaron en todos los grupos de estudio:
– Malestar abdominal, dolor y distensión abdominal
– Malestar rectal
– Evacuaciones intestinales infrecuentes y heces duras
– Disfunción sensorial
– Flatulencia
– Incontinencia fecal
El profesor Kevin Whelan, jefe del Departamento de Ciencias de la Nutrición en el King’s College de Londres, destaca que el estudio “ha revelado que numerosos síntomas se consideran importantes para un diagnóstico de estreñimiento en la población general que no forma parte de ningún criterio de diagnóstico actual o herramientas de evaluación. Con diferencias significativas entre pacientes y médicos”.
“Esto es importante ya que los pacientes que buscan atención médica por sus síntomas relacionados con el estreñimiento pueden no tener sus síntomas reconocidos como estreñimiento por el médico y, por lo tanto, no pueden ser manejados como tales –advierte–. Esto podría afectar significativamente el acceso de los pacientes a la atención y el tratamiento”.
SEIS CLAVES PARA EVITAR QUE SUCEDA
El doctor Pedro Machado Liendo, especialista en coloproctología del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud San José, ha lanzado siete claves prácticas para evitar que suceda:
1. Dieta rica en fibras (frutas, verduras y cereales): tomar al menos dos piezas al día. “Dentro de las frutas, las mejores son el kiwi y las ciruelas; hay que evitar el plátano y la manzana sin piel, pues son astringentes”, comenta el especialista.
2. Ingerir al menos dos litros de agua/día (ocho vasos): esta cantidad sirve para todo el año, aunque en verano se debe incrementar la ingesta líquida, ya que aumenta la posibilidad de deshidratación por las condiciones medio ambientales.
3. Consumir 1-2 cucharadas soperas (15-30 gr) de salvado de trigo mezclado con un yogur y, a continuación, un vaso de agua (en cualquier momento del día).
4. Disminuir la ingesta de alimentos procesados: “Hay que centrarse más en alimentos y recetas que contengan granos enteros y menos en aquellos que lleven harina refinada”, subraya el doctor Machado Liendo.
5. Practicar ejercicio físico de forma regular: aquellas personas que por problemas físicos o por contraindicación médica no puedan efectuar actividades deportivas, deberán caminar al menos 30 minutos al día.
6. Evitar la demora en acudir al cuarto de baño cuando se presenta el impulso de defecar: “Debemos tener especial cuidado cuando salimos de nuestra rutina diaria (por ejemplo en vacaciones), ya que solemos diferir el acto defecatorio por razones de pudor, vergüenza, etc.”, comenta el cirujano, quien recomienda no eludir nunca la defecación.