David Malpass, director del Banco Mundial expresó que la institución financiera ha puesto a disposición de los países en desarrollo 160 mil millones de dólares para enfrentar “los impactos económicos, sanitarios y sociales de la COVID-19”. Recalcó la importancia de mantener el acceso a los mercados avanzados, a través de canales como el turismo o las exportaciones.
Washington, 19 de mayo (EFE).- El Banco Mundial (BM) advirtió este martes de que la crisis del coronavirus SARS-CoV-2 podría llevar a 60 millones de personas a la extrema pobreza en todo el planeta, y a perder el empleo a cientos de millones más ante la aguda contracción económica que se prevé en 2020.
Según los cálculos de la institución, la economía global se desplomará cerca de un 5 por ciento este año.
“La pandemia y el cierre de las economías avanzadas podría empujar a 60 millones de personas a la extrema pobreza, eliminando mucho del progreso reciente logrado en la reducción de la pobreza”, dijo David Malpass, presidente del BM, en una conferencia telefónica.
La institución sitúa el umbral de extrema pobreza en los 1.90 dólares al día (45.6 pesos).
Para ayudar a encarar la crisis derivada por la pandemia, el BM ha llevado a cabo operaciones de emergencia en más de 100 países, donde vive más del 70 por ciento de la población mundial.
La mayor parte de ellos se han centrado en países en situación de fragilidad o conflicto, como Afganistán, Haití, Chad o Níger.
Asimismo, Malpass reiteró el “compromiso” de poner a disposición de los países en desarrollo 160 mil millones de dólares en financiación en un periodo de 15 meses para encarar “los impactos económicos, sanitarios y sociales de la COVID-19”.
El presidente del BM recalcó la importancia para los países con menos recursos de mantener el acceso a los mercados avanzados, a través de canales como el turismo o las exportaciones, por lo que la prolongada paralización económica tiene efectos especialmente negativos.
Hace unas semanas, el BM subrayó que se espera una aguda contracción de las remesas de migrantes, con una caída estimada del 20 por ciento respecto a 2019, debido a los masivos despidos en países avanzados en industrias que dan empleo a un gran número de migrantes, como la restauración o construcción.