La nueva obra Los crímenes de Alicia, editada por la editorial Planeta, retoma a Oxford como escenario y aunque recupera a algunos protagonistas de la novela de hace más de tres lustros, no es una continuación de ésta.
Por Gustavo Borges
México, 19 may (EFE).- Para el escritor argentino Guillermo Martínez, premio Nadal 2019 por la novela Los crímenes de Alicia, la literatura es una especie de acto de ilusionismo a la manera del de esos magos que esconden un pañuelo y luego se lo sacan del oído.
"Mi imagen preferida de la literatura en todos los géneros es la del acto de ilusionismo pero en literatura policial es más fuerte esa analogía porque en ella emerge algo que el lector no imaginó", asegura este domingo en entrevista a Efe el autor.
Doctor en Ciencias Matemáticas, a finales del siglo pasado Martínez (Bahía Blanca en 1962) vivió un par de años en Oxford, donde el lugar le pareció atrayente como escena de hechos de sangre de relatos policiales, a partir de lo cual escribió Crímenes imperceptibles, publicada en 2003.
La nueva obra, editada por la editorial Planeta, retoma a Oxford como escenario y aunque recupera a algunos protagonistas de la novela de hace más de tres lustros, no es una continuación de ésta.
"Es una historia independiente, al narrador no le doy nombre, solo la letra G del apellido. Lo que de un modo se repite es el ámbito, la dupla principal y algunos de los personajes secundarios, pero se lee por separado", cuenta.
El libro cuenta cómo la hermandad Lewis Carroll decide publicar los diarios privados del escritor de Alicia en el país de las maravillas.
Una becaria descubre la clave de una página arrancada, a partir de lo cual ocurren crímenes con el propósito de supuestamente impedir que el secreto de la página sea desvelado.
Durante 333 páginas el novelista mantiene en vilo al lector en un juego de gato y ratón. Le da a quien lo lee pistas para imaginar quién puede ser el asesino, y más adelante le cambia las claves a la manera de los grandes escritores de suspense.
"Lo interesante para mí del relato policial es que el lector debe bucear por debajo de lo escrito. Sabe que detrás de un personaje simpático hay algún detalle, algo oculto que él debe encontrar", señala.
De adolescente, Guillermo Martínez fue un buen ajedrecista.
En los torneos jugaba la Defensa siciliana, el Gambito de rey y la Apertura Ruy López y con una habilidad como la de entonces, en su nuevo libro calcula muchos movimientos adelante y riega señales para enganchar al lector, desesperado por saber cómo termina el misterio alrededor de los diarios.
"Yo volví a escribir sobre los mismos personajes 15 años después, y sin embargo fue natural. La parte más difícil fue crear uno por uno los miembros de la hermandad de Carroll", revela.
La novela, que será traducida al inglés por el reconocido escritor argentino Alberto Manguel, recrea episodios de la vida de Lewis Carroll y desvela segundas lecturas de Alicia en el país de las maravillas, algunas relacionadas con la manera en que ocurren los crímenes.
Los novelistas escriben de lo que saben y, matemático al fin, Martínez pone como narrador a un estudiante argentino en Oxford, que si bien tiene 10 años menos que la edad del escritor cuando vivió en Inglaterra, sí experimenta varias de sus vivencias en Europa.
"Estuve dos años en Oxford y coincidió ese periodo con la demostración del último teorema de Fermat. Vi algo del ámbito de los seminarios de lógica por los que pasaban especialistas de todo el mundo y cómo se comunicaban y vivían los ingleses", recuerda.
Consecuente con la manera de ver su profesión de escritor como la de los prestidigitadores, en Los crímenes de Alicia Guillermo Martínez parte de lo conocido, sus lecturas y sus vivencias, y los convierte en algo del orden de lo maravilloso mediante movimientos que parecen naturales.
"Para mí la creación proviene de la combinación de dos elementos, la vida con sus huellas, sus motivos, sus patrones y algo del orden de lo literario, de la tradición literaria, la manera en que temas similares fueron tratados ya. Esas son las dos fuentes que percibo", dice y desvela por donde va su truco de ilusionista.