Ciudad de México, 19 de mayo (SinEmbargo).-Recibir choques eléctricos no es precisamente la idea que muchas personas tienen de terapia amigable. Sin embargo, una versión reducida de los satanizados electrochoques resultó ser útil para aumentar las habilidades matemáticas de las personas.
Científicos de la Universidad de Oxford sometieron a niños en edad escolar a impulsos eléctricos durante sus clases de matemáticas. Para sorpresa de muchos, el tratamiento no sólo no les perjudicó, sino que aumentó sus capacidades numéricas.
La técnica llamada Estimulación Transcraneana de ruido aleatorio (TRANS), fue llevada a cabo por el doctor Roi Cohen Kadosh, del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Oxford, quien asegura que es indolora y no invasivo.
“Estamos estimulando la parte del cerebro que se utiliza para las matemáticas, ya que hay mucha gente que tiene un nivel muy bajo de aritmética” dijo Cohen.
El equipo universitario efectuó el experimento con 51 alumnos, de los que aproximadamente la mitad aceptó a que una corriente eléctrica de poca intensidad pasara por su cerebro durante una clase de matemáticas.
Tras cinco sesiones, los niños sometidos al tratamiento aprendieron nuevas operaciones y tablas de multiplicar con mucha más rapidez que los que siguieron el método convencional de estudio.
Se calcula que una de cada cinco personas tiene grandes dificultades para entender la aritmética, mientras que una de cada 15 sufre de discalculia, un trastorno que impide realizar operaciones matemáticas básicas como calcular el cambio en una compra.
Aunque no está claro cómo actúa la estimulación eléctrica en el aprendizaje, el experimento sugiere que el suministro de oxígeno y de nutrientes al cerebro aumenta con esta técnica.
“Encontramos que con solo cinco días de entrenamiento cognitivo TRANS fuimos capaces de lograr mejoras duraderas de las funciones cognitivas del cerebro”, dijo Cohen, y además agregó que estos efectos se prolongaron por alrededor seis meses.
Al mismo tiempo, el investigador explicó que la proyección del método a gran escala implica una serie de barreras sociales, éticas, financieras e incluso científicas, que deben superarse antes que pueda aplicarse.
Sin embargo, los actuales resultados abren una nueva escala de estudios, en una dirección que él considera positiva. No obstante, la Universidad advierte que en un sólo estudio no es posible evaluar los efectos en otras áreas.