Las piezas y los libros se suman a los cinco mil 865 bienes arqueológicos e históricos que se han repatriado a México en lo que va de esta administración, la cual ha realizado una destacada labor en materia de cooperación bilateral para la restitución de bienes culturales.
Ciudad de México, 19 de abril (SinEmbargo).- Una veintena de bienes precolombinos elaborados por las culturas mesoamericanas, así como de un par de volúmenes impresos de los siglos XVII y XVIII, estos últimos sustraídos durante la intervención estadounidense en México (1847-1848) fueron repatriados de Nueva York, EU, a México.
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), informó este martes que el conjunto de piezas arqueológicas y libros históricos fue repatriado, vía valija diplomática, por la Secretaría de Relaciones Exteriores, la cual gestionó su retorno a través de la Consultoría Jurídica de la Cancillería y del Consulado General de México en Nueva York.
“Los bienes se resguardan en la Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos del INAH, instancia que realizará la debida inscripción pública de los monumentos susceptibles de ello en el Sistema Único de Registro Público, para su posterior investigación y conservación por parte de especialistas del instituto”, detalló en un comunicado.
Además, dicha cooperación destacó la iniciativa de la Asociación Histórica del Condado de Monmouth (MCHA, por sus siglas en inglés), de Nueva Jersey, organización sin fines de lucro que posee una colección donada en 1933 por un descendiente del militar James Wall Schureman (1822-1852), que combatió en la invasión estadounidense a México, cuyo culmen fue la toma de la Ciudad de México, a mediados de septiembre de 1847.
“De dicha colección proceden los dos volúmenes repatriados, a los que se suma un tercero que fue devuelto a México por la misma vía diplomática, a inicios de febrero pasado. Cabe destacar el ahínco del autor Rick Geffken, quien, al visitar hace dos años la biblioteca de la MCHA, reparó en el origen de estos libros y, desde entonces, junto con miembros de dicha asociación histórica, se puso en contacto con el cónsul general de México en Nueva York, Jorge Islas López, para gestionar su retorno”, añadió.
El subdirector de Registro de Monumentos Arqueológicos Muebles del INAH, Jaime Alejandro Bautista Valdespino, señaló que los tres documentos muestran la misma nota en inglés en la primera hoja: “La familia de James Wall Schureman Campbell / sobrino de James Wall Schureman, primer teniente del ejército de los EU, sirviendo con el General Winfield S. Scott en la guerra contra México / Este libro tomado de un palacio en la Ciudad de México”.
Bautista Valdespino agregó que uno de los dos libros recientemente repatriados data de 1714. En él se hacen del conocimiento del rey de España los méritos del “licenciado Don Felipe Rodriguez de Ledefma, Cornejo, Núñez de Prado, y Zúñiga: Canonigo de los mas antiguos de la Santa Igefia Cathedral de la Ciudad de los Angeles en la Nueva-Efpaña […]”, en el que se adjunta un extenso árbol genealógico.
El segundo volumen versa sobre el sistema hidráulico de la cuenca de México, conteniendo un “Reglamento General de las Medidas de las Aguas”, en su parte media, y un mapa desplegable de la región. Es necesario recalcar que en realidad integra tres impresos de diferentes épocas, todos encuadernados, el primero es de 1637 y los otros datan del siglo XVIII, en ellos se asientan los problemas de inundación de la capital novohispana.
El tercer libro, fechado en 1715, el cual fue repatriado hace dos meses, el arqueólogo señaló que en sus primeras páginas reza: “Fundación de obra pía para mantenimiento de Estudiantes…” y, de acuerdo con la Asociación Histórica del Condado de Monmouth, contiene pautas para la dedicación de un colegio de parte de José de la Puente y Peña, quien cruzó el Atlántico hacia México a los 15 años y llegaría a ser conocido como el marqués de la Villapuente, personaje que se granjeó la empatía del entonces rey Carlos II.
Por su parte, el especialista de la Dirección de Registro Público del INAH, Pablo Daniel López Sánchez, detalló que las piezas prehispánicas provienen principalmente de las áreas culturales de la costa del Golfo y del Altiplano Central, y cubren un arco temporal de dos milenios, que va del periodo Preclásico al Posclásico Tardío, es decir, del año 600 a.C., a los siglos cercanos al contacto español.
“Se observan dos pequeños morteros tallados en roca volcánica, procedentes del altiplano queretano, fragmentos de sellos y figurillas antropomorfas de la tradición tumbas de tiro del occidente mexicano; así como de los estilos totonaca —conocidas como ‘carita sonriente’— y teotihuacano, que datan del periodo Clásico mesoamericano (400-900 d.C.)”, indicó el arqueólogo.
También, se obtuvo una escultura realizada en roca, posiblemente diorita, cuyas dimensiones son 23.5 cm de alto, 14.5 cm de ancho y 7.5 cm de espesor, la cual representa a un personaje masculino desnudo, de pie, que porta tocado y comparte rasgos del estilo teotihuacano, desarrollado en el periodo Clásico mesoamericano. Cabe mencionar que, como parte de la restitución, se incluyen tres figurillas fragmentadas de la época virreinal temprana.
Estas piezas y los libros se suman a los cinco mil 865 bienes arqueológicos e históricos que se han repatriado a México en lo que va de esta administración, la cual ha realizado una destacada labor en materia de cooperación bilateral para la restitución de bienes culturales, estableciendo acuerdos con Estados Unidos, China, Guatemala, Belice, Chile, Perú, El Salvador, Uruguay, Suiza, Italia, Santa Lucía, entre otros.