La inmunización es una de las principales respuestas a la pandemia. En la actualidad se produce una docena de vacunas a gran escala. Pero todavía no en cantidad suficiente para satisfacer la demanda mundial.
Por Dominique Baillard
Londres, Reino Unido, 19 de abril (RFI).- La producción se ha disparado. En 2020, el año en que se descubrieron las vacunas, sólo se fabricaron 30 millones de dosis, según estimaciones de la empresa británica Airfinity. Este año, la industria espera producir nueve mil 500 millones de dosis en sus fábricas. Se trata de una cantidad enorme: casi el doble del número de vacunas producidas en 2019, es decir, antes de la pandemia. Esto no será suficiente: se necesitan otras dos mil millones de dosis para satisfacer la demanda mundial.
¿QUÉ PAÍSES SON LOS PRINCIPALES PRODUCTORES?
China es ahora, por mucho, el mayor productor mundial de la vacuna COVID-19 y aspira a convertirse en una gran potencia en materia de vacunas. Para respaldar este estatus, distribuye activamente sus vacunas, que se utilizan en unos 60 países. El avance de su industria es impresionante. Antes de la pandemia, su producción de vacunas era marginal y muy denostada por la población local. Desde el punto de vista científico, aún está lejos de superar a Pfizer-BioNtech y a Moderna, ya que todavía no cuenta con una vacuna de ARN mensajero en su cartera, pero tiene un prototipo que está a punto de entrar en la tercera fase de ensayos.
CHINA SUPERA A EU EN PRODUCCIÓN DE DOSIS
Las autoridades chinas prometen la entrega tres mil millones de dosis para finales de año. La cuestión es si la calidad estará a la altura. La apuesta no está ganada de antemano. Sus vacunas COVID-19 todavía no cuentan con la luz verde de las autoridades sanitarias internacionales, y la confianza en ellas está en su punto más bajo en todas las encuestas realizadas en los países donde se distribuyen.
Si su vacuna es validada, China dice ahora que está preparada para sustituir a India como proveedor de la alianza Covax. Porque la India, campeona mundial de la industria de las vacunas antes de COVID-19, se encuentra ahora en medio de una ola de coronavirus y, por tanto, ha suspendido sus exportaciones hasta junio para satisfacer sus propias necesidades.
INDIA, CUARTO FABRICANTE MUNDIAL DE LA VACUNA
India fabrica principalmente AstraZeneca, pero también su propia vacuna, desarrollada por Bharat Biotech. Justo por delante, en tercer lugar, está Alemania, donde tiene su sede BioNtech. Rusia ocupa el séptimo lugar, con diez veces menos dosis producidas que en Estados Unidos. Un país africano ocupa el décimo lugar, Sudáfrica.
Esta clasificación, realizada a principios de marzo por la empresa británica Airfinity, es por supuesto muy provisional. Ahora está claro que la producción se ve frenada por la escasez y que tiene dificultades para alcanzar sus objetivos. En cuanto a la demanda, los laboratorios apuestan por un mercado sostenible. Según el director general de Pfizer, Albert Bourla, la repetición de las vacunaciones será esencial en los próximos años. Esto abre una vía completamente nueva para la industria.
¿BAJARÁN LOS PRECIOS?
Lógicamente, deberían bajar. Cuanto más aumenta la producción, más disminuyen los costes de producción. El precio depende en realidad del poder de negociación de los compradores. Cuanto más pidan, mejores precios podrán conseguir. Esta es la lógica del Covax o de la Unión Europea. Por su parte, el Reino Unido o los Estados Unidos han aceptado pagar mucho dinero para que se les entregue rápidamente y en cantidad. Los laboratorios, por su parte, buscarán sin duda maximizar sus beneficios. Actualmente, AstraZeneca vende a precio de coste. Pfizer, por su parte, está variando su lista de precios. Según su director general, la vacuna se vende al precio de una comida en los países occidentales, a la mitad en los países de renta media y al coste en los países pobres.