Los delincuentes van tras vehículos que transportan productos de alto valor y mucha demanda. El sector de alimentos y bebidas representa un tercio del total de los artículos robados, especialmente los granos como maíz, trigo y soja, que se consideran “productos básicos atractivos”, según la.
Ciudad de México, 19 de abril (Insight Crime).- En las carreteras de México, decenas de miles de camiones están siendo despojados de sus cargas por parte de bandas criminales que cometen estos asaltos de manera cada vez más temeraria, sofisticada y violenta.
Según el medio de noticias mexicano Eje Central, en el país atracan 36 camiónes cada 24 horas. Igualmente, en los últimos años este tipo de ataques están siendo cada vez mejor coordinados y planeados, como afirma Borderland Beat en una investigación publicada el 20 de marzo.
Los robos en las carreteras, comúnmente cometidos por bandas de seis a ocho hombres armados, ahora cuentan con equipos de vigilancia dedicados a monitorear los movimientos de los camiones. Los asaltantes armados utilizan varios automóviles para bloquear el paso del camión, y luego desatan su remolque de carga para engancharlo a otro vehículo, o bien pasan la mercancía a su camión, o incluso se roban el vehículo completo. Los conductores son mantenidos como rehenes para retrasar la respuesta de la policía, y a veces son asesinados.
Muchas empresas de carga han optado por enviar costosas escoltas de seguridad como acompañantes de los conductores. Sin embargo, estos guardias a menudo son superados en número y en armas por los atacantes. Además, las bandas han utilizado dispositivos para bloquear los sistemas de navegación de los camiones y así evitar que sean rastreados. En algunos casos, las bandas utilizan instalaciones de desguace subterráneas para desmantelar rápidamente los camiones robados.
Los delincuentes van tras vehículos que transportan productos de alto valor y mucha demanda. El sector de alimentos y bebidas representa un tercio del total de los artículos robados, especialmente los granos como maíz, trigo y soja, que se consideran “productos básicos atractivos”, según la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin).
La Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular (ANERPV) ha reportado un pequeño y constante repunte en el robo de carga, a pesar de las interrupciones en la cadena de suministro y la reducción en el volumen de mercancías transportadas debido a la COVID-19.
De hecho, durante la pandemia han surgido nuevos objetivos de alto valor. Durante la mayor escasez de oxígeno en México, en el mes de enero, dos hombres armados retuvieron un camión con el fin de robar cilindros de oxígeno que estaban siendo transportados a una planta cercana.
ANÁLISIS DE INSIGHT CRIME
Borderland Beat afirma que los principales carteles de México están involucrados en el gran número de robos en las carreteras, y señala dos razones principales para dicha afirmación.
En primer lugar, alrededor del 75 por ciento de los ataques ocurren en diez carreteras, ubicadas principalmente en los estados de Guanajuato, Puebla, Querétaro, Estado de México y Jalisco, en el centro del país.
La carretera federal 150D, que conecta a la Ciudad de México con el principal puerto marítimo del este del país, Veracruz, representa casi una quinta parte de los robos de carga reportados.
Borderland Beat afirma que estas rutas son esenciales para el narcotráfico, por lo que es poco probable que los grupos pequeños puedan operar en estas carreteras sin el apoyo de los carteles.
En segundo lugar, el informe señala que la participación de los carteles en el robo de carga concuerda con la diversificación actual de las operaciones de los carteles en México.
Los carteles pueden controlar y financiar a bandas más pequeñas, las cuales llevan a cabo los ataques, lo que explica la aparente sofisticación de sus operaciones, según Borderland Beat.
Sin embargo, la hiperviolencia y la fragmentación de la criminalidad mexicana son factores que también fomentan esta clase de crímenes, que suelen ser cometidos de manera independiente por grupos pequeños, pero fuertemente armados.
La respuesta del Gobierno mexicano ha consistido en imponer condenas de seis a 12 años a quienes son capturados secuestrando camiones, independientemente de la cantidad robada; sin embargo, hasta el momento esto no ha logrado disuadir a los criminales.