Los dos fallecimientos confirmados por las autoridades chinas venían de la provincia de Jilin, donde está la ciudad Changchun, foco inicial del nuevo brote de contagios por COVID-19 en China.
BEIJING, 18 de marzo (AP).— Las autoridades de salud de China informaron el sábado de dos muertes por COVID-19, los primeros decesos que registra el país desde enero de 2021 en un momento en que lucha contra una oleada de Ómicron.
Las muertes, ambas en la provincia nororiental de Jilin, elevan el número de fallecidos por coronavirus en el país a cuatro mil 638.
China reportó el sábado dos mil 157 nuevos casos de COVID-19 por transmisión comunitaria, la mayoría en Jilin. La provincia ha instituido restricciones de viaje y se necesita un permiso de la policía para cruzar las fronteras.
China ha continuado aplicando una eficaz pero onerosa estrategia de “cero COVID” desde el brote inicial en Wuhan. La política se centra en la realización de pruebas diagnósticas a gran escala y en estrictos confinamientos que prohíben salir de casa hasta que todos los casos nuevos estén en cuarentena o sean localizados mediante el rastreo de contactos.
En la práctica, se ha conseguido que el país tenga relativamente pocas infecciones ya que brotes se frenan apenas son descubiertos. La estrategia ha recibido apoyo popular e impidió las enormes cifras de muertes registradas en otros países, muchos de los cuales han comenzado a retirar sus medidas de distanciamiento social.
Mientras China enfrenta su peor brote desde finales de 2019, las autoridades se han comprometido a redoblar su estrategia de cero tolerancia para contener el repunte actual. Sin embargo, su presidente, Xi Jinping, reconoció por primera vez el jueves las dificultades que han entrañado las medidas y señaló que el país debe buscar “el máximo efecto” con “el mínimo costo” para controlar el virus.
China había confirmado cuatro mil 636 muertes desde que la pandemia comenzó en la ciudad central de Wuhan a finales de 2019. En abril de 2020, revisó la cifra para añadir decesos que no se contabilizaron inicialmente ya que la pandemia saturó hospitales y otros sistemas de la ciudad.
Los casos de COVID-19 en la parte continental de China se contabilizan de forma independiente de los de Hong Kong, una región semiautónoma que enfrenta un brote mucho mayor y tiene una cifra de fallecimientos más elevada.