A diferencia de otros sentidos, el olfato guarda un acceso directo al hipocampo, por lo que mantiene una conexión más fuerte con éste, encargado de la memoria en el cerebro.
Madrid, 19 de marzo (Europa Press).- Un nuevo estudio de Northwestern Medicine (Estados Unidos) ha identificado por primera vez una base neural para que el cerebro permita a los olores suscitar esos recuerdos con tanta fuerza. El trabajo muestra una conectividad única entre el hipocampo, la sede de la memoria en el cerebro, y las áreas olfativas en los seres humanos.
Esta nueva investigación, publicada en la revista científica Progress in Neurobiology, sugiere una base neurobiológica para el acceso privilegiado del olfato a las áreas de la memoria en el cerebro. El estudio compara las conexiones entre las áreas sensoriales primarias (visual, auditiva, táctil y olfativa) y el hipocampo. Se descubrió que el olfato tiene la conectividad más fuerte. Es como una superautopista desde el olfato hasta el hipocampo.
“Durante la evolución, el ser humano experimentó una profunda expansión del neocórtex que reorganizó el acceso a las redes de memoria. La visión, el oído y el tacto se redirigieron en el cerebro a medida que el neocórtex se expandía, conectándose con el hipocampo a través de un intermediario -la corteza de asociación- en lugar de hacerlo directamente. Nuestros datos sugieren que el olfato no sufrió este redireccionamiento y que, en cambio, conservó el acceso directo al hipocampo”, explica la investigadora principal, Christina Zelano.
La científica argumenta por qué los olores evocan recuerdos tan vívidos. “Este ha sido un misterio perdurable de la experiencia humana. Casi todo el mundo se ha visto transportado por el olor a otro tiempo y lugar, una experiencia que rara vez evocan las imágenes o los sonidos. Sin embargo, no sabemos por qué. El estudio descubrió que las partes oftálmicas del cerebro se conectan más fuertemente con las partes de la memoria que otros sentidos. Se trata de una pieza importante del rompecabezas, un hallazgo sorprendente en humanos. Creemos que nuestros resultados ayudarán a las investigaciones futuras a resolver este misterio”, detalla.
En este sentido, Zelano advierte de que la pérdida del sentido del olfato “está subestimada en su impacto”.” Tiene profundos efectos negativos en la calidad de vida, y muchas personas lo subestiman hasta que lo experimentan. La pérdida del olfato está muy relacionada con la depresión y la mala calidad de vida”, remacha.