El hombre, de 40 años y que no ha sido identificado, murió en el Centro Médico Las Palmas en El Paso (Texas) tras presentar síntomas similares a la gripe, insuficiencia hepática e insuficiencia renal.
Phoenix, Estados Unidos, 19 mar (EFE).- Un migrante mexicano que había sido deportado e ingresó de nuevo este lunes a Estados Unidos murió en un centro médico de El Paso (Texas) tras ser llevado por las autoridades migratorias que lo detuvieron ese mismo día, informó este martes la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
El hombre, de 40 años y que no ha sido identificado, murió en el Centro Médico Las Palmas en El Paso (Texas) tras presentar síntomas similares a la gripe, insuficiencia hepática e insuficiencia renal.
Los agentes migratorios lo habían detenido cerca del Puente de las Américas, en El Paso, por reingreso ilegal.
El migrante fue evaluado médicamente en las instalaciones de procesamiento de la Patrulla Fronteriza cerca del Puerto de Entrada Paso del Norte.
Según CBP, que ha iniciado una investigación del caso, el personal médico del hospital brindó atención de emergencia, pero “desafortunadamente” murió.
“Nuestros pensamientos y oraciones están con la familia y sus seres queridos”, señaló en un comunicado Andrew Meehan, comisionado adjunto de CBP.
Señaló que su compromiso es “garantizar el tratamiento seguro, humano y digno de quienes se encuentran bajo el cuidado de nuestra custodia”.
La agencia además señaló que han sido notificados la Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional y el Gobierno de México.
Ya son varios los migrantes indocumentados muertos en el último año en custodia de las autoridades migratorias, entre ellos tres niños guatemaltecos.
Jakelin Caal Maquín, de 7 años, el pasado 8 de diciembre, y Felipe Gómez Alonzo, de 8, la pasada Nochebuena.
Entre tanto, en mayo de 2018 murió Mariee, de 21 meses, al parecer por no recibir el tratamiento médico adecuado en un centro de detención para migrantes en Texas.
Por otro lado, el pasado 2 de febrero un mexicano que había sido detenido por CBP murió en un centro médico de McAllen (Texas) tras padecer una cirrosis hepática e insuficiencia cardíaca congestiva.
Y en mayo de 2018, Roxana Hernández, una hondureña transgénero que estaba bajo custodia del Servicio de Migración y Aduanas (ICE) en Nuevo México, murió a consecuencia de una neumonía.