Un diagnóstico del Instituto Mexicano para la Competitividad concluyó que sin una buena planeación, la construcción del Tren Maya podría aumentar entre 4 y 10 veces más que los 150 mil millones de pesos estimados por el Gobierno federal. Además, el proyecto acumula una serie de preocupaciones ambientales y de derechos humanos.
Ciudad de México, 19 de marzo (SinEmbargo).– El costo de la construcción del Tren Maya podría aumentar entre 4 y 10 veces más que los 150 mil millones de pesos estimados por el Gobierno federal, si la planeación no es la óptima, alertó un diagnóstico del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
El diagnóstico también concluyó que el proyecto estrella del Presidente Andrés Manuel López Obrador acumula una serie de preocupaciones ambientales y de derechos humanos, debido al tema de las consultas populares.
En diciembre de 2018, el Presidente anunció el proyecto del Tren Maya, el cual es considerado por el Gobierno federal como el principal proyecto de infraestructura. El Gobierno planea destinar entre 120 y 150 mil millones de pesos para la construcción de la obra.
En el aspecto económico, el IMCO destacó que las experiencias a nivel mundial y nacional señalan que para crear un proyecto de infraestructura ferroviaria que genere ganancias o, por lo menos, no requiera de subsidios gubernamentales durante toda su vida útil, es necesario que el Gobierno haga una evaluación correcta de los costos estimados, aforo, densidad poblacional, conectividad, uso principal de las vías y la competencia del tren con otros medios existentes de transporte.
El costo estimado de construcción del Tren Maya derivado del ejercicio que realizó el IMCO asciende entre los 479 mil 920 millones de pesos y 1 billón 599 mil 767 millones de pesos, un rango que es entre 4 y 10 veces mayor que los 120 a 150 mil millones de pesos estimados por el Gobierno federal.
“El peor escenario sería aquel en el que la construcción del Tren Maya no cumpla con sus objetivos de proporcionar crecimiento y desarrollo integral a las comunidades por las que pasará, y que el Gobierno federal acabe subsidiando con los recursos de los contribuyentes la vida útil de otro proyecto sin beneficios para nadie”, detalló el IMCO.
Respecto a las preocupaciones ambientales que genera la obra, especialistas destacaron que la ruta del Tren Maya atraviesa una región con diversidad biológica y cultural única. El diagnóstico también mencionó la evaluación económica del impacto ambiental, la cual deberá retroalimentar la factibilidad y el análisis costo-beneficio del proyecto.
“Esta evaluación deberá ser uno de los ejes centrales y preventivos de la decisión del Gobierno para iniciar las obras”, recomendó.
Sobre las preocupaciones sociales, el IMCO destacó que el 56 por ciento de la superficie de los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo es propiedad social y está compuesta por más de mil 406 núcleos agrarios, de los cuales casi el 100 por ciento corresponde a ejidos.
Ante esta situación el IMCO propuso que antes del inicio de la construcción, el Gobierno tendrá que cumplir con su obligación de llevar a cabo una consulta libre, previa, culturalmente adecuada, de buena fe, pública y de manera informada en una de las regiones con alta proporción de población indígena. Además, la planeación tendrá que asegurar el trazo y los derechos de vía deberán estar listos antes de iniciar la obra.
LAS RECOMENDACIONES
Para que el Tren Maya sea un proyecto rentable el IMCO recomendó:
– Incluir a la población en mecanismos de consulta regulares desde la etapa de planeación del proyecto, con lo que el Gobierno podrá gestionar de mejor forma diversos riesgos sociales.
– Asegurar que las líneas se construyan en tramos urbanos, densamente poblados y cortos.
– Obtener la totalidad de los derechos de vía de los tres tramos antes de iniciar la obra.
– Evaluar el costo de oportunidad de otros proyectos que puedan generar un mayor beneficio a la sociedad, un ejemplo de esto podría ser el Ferrocarril Transístmico.