Por medio del uso de audioguías alteradas, mexicanos protestaron en contra de la negativa de expertos de regresar el Penacho de Moctezuma a México, puesto que consideran que es demasiado frágil para transportarse desde el Museo de Viena.
Ciudad de México, 19 de febrero (SinEmbargo).– El documentalista mexicano Sebastián Arrechedera y el publicista Yosu Arangüena “hackearon” el Museo de Viena este sábado como un medio de protesta para exigir que el Penacho de Moctezuma regrese a México, después de años de ser exhibido en tierras europeas.
Los mexicanos cambiaron el audio en 50 de las audioguías en el museo con ayuda de voluntarios de varias nacionalidades, en el cual hay una diferencia con el audio original cuando se llega a la vitrina donde se muestra el Penacho, dijeron los responsables al medio español El Confidencial.
Para no involucrar a trabajadores del museo ni robar las audioguías originales, los planeadores decidieron comprar aparatos idénticos y colocarlos junto a los originales. Tomaban una audioguía, iban al baño, sacaban el aparato con el audio modificado y al devolverlo dejaban dos.
”El primer día estábamos muertos de miedo, pero lo que nos dimos cuentas es que era muy simple meterlas. Las audioguías no las tienen contadas, las echan en un cubículo, recargan y las toman de nuevo los visitantes. Es muy simple, al menos hasta que lean este artículo, que no se hayan dado aún cuenta del cambio”, dijo Sebastián en entrevista con el medio español.
El documentalista y publicista aclararon que el plan no estuvo relacionado de ninguna manera con el Presidente Andrés Manuel López Obrador o su Gobierno, pues consideran que estar vinculados le “quita fuerza” a su proyecto, el cual se convertirá en un documental titulado “Audioguías de la Verdad. Cuando nos escuchamos la historia cambia”.
El danzante y activista Xokonoschtletl Gómora participó en la creación del nuevo mensaje de las audioguías, en el cual relata: “Hola, te doy la bienvenida a esta audioguía de la verdad. Una versión de la historia contada por los herederos de los que sufrimos la invasión europea. Mi nombre es Xokonoschetlet Gómora, soy un descendiente azteca, y he dedicado mi vida a que la sagrada corona de nuestro emperador Moctezuma vuelva a nuestra tierra. Hoy es 13 de agosto del año 2021, un día de luto para México porque se cumplen 500 años de la destrucción de Tenochtitlan a manos del invasor español Hernán Cortés”.
En el audio, que dura ocho minutos, el activista indica que el “Penacho” de Moctezuma es en realidad una corona real cuyo valor espiritual equivale a la mitra del Papa católico. Además, indica que la presencia de la pieza en Viena es resultado del “saqueo europeo del patrimonio histórico que se exhibe en varios museos de ese continente”.
PIDEN RECUPERAR PATRIMONIO CULTURAL
Este es uno de los intentos más recientes de mexicanos en recuperar piezas prehispánicas que han sido saqueadas del país y llevadas hacia otras partes del mundo, principalmente Estados Unidos y países europeos, donde son subastadas y exhibidas museos extranjeros.
El pasado 17 de febrero, la titular de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto, hizo un nuevo llamado para “actuar con ética” y detener subastas de piezas prehispánicas provenientes del territorio nacional, en Francia.
Nos manifestamos en contra de la próxima subasta programada por @BGiquello, que pretende lucrar con una figurilla propia del Altiplano Central Mexicano. #MiPatrimonioNoSeVende, los invitamos a actuar con ética. pic.twitter.com/e1pZVlwWEr
— Alejandra Frausto (@alefrausto) February 16, 2022
En más de una ocasión funcionarios del Gobierno federal han expresado su desaprobación y han solicitado la cancelación de este tipo de eventos en casas de subasta de Francia, tanto de manera individual como grupal, unidos a otros gobiernos latinoamericanos que también reclaman sus piezas históricas y culturales.
Aún cuando se han reiterado estos llamados, las ventas y subastas de piezas de otras culturas (asiáticas, latinomericanas o africanas), las casas de subastas en Europa han logrado la mayoría de las veces “salirse con la suya” y ganar dinero a costa de la explotación cultural e histórica de otros.
