La pandemia de COVID-19 ya ha dado origen a numerosas economías ilícitas, pero pocas con tanto potencial dañino como la falsificación de vacunas para COVID-19. A medida que se intensifican los programas de vacunación en Latinoamérica, los fraudes que ofrecen vender acceso al precioso líquido seguramente persistirán, y las víctimas seguirán pagando las consecuencias sobre su bolsillo y su salud.
Por Shane Sullivan
Ciudad de México, 19 de enero (InSightCrime).- En 2021, la vacuna de COVID-19 es oro líquido. En un momento en que los gobiernos comienzan a desplegar sus programas de vacunación, los grupos criminales aprovechan la ansiedad de la espera para ofrecer varios timos, desde puntos de vacunación reservados hasta vacunas falsas, prácticas que pueden tener graves implicaciones para la salud pública.
A comienzos de diciembre, la Interpol emitió una alerta global de actividad criminal en torno a la falsificación, robo y publicidad ilegal sobre vacunas para el COVID-19 y la influenza, la nueva conducta criminal oportunista y depredatoria motivada por la pandemia.
Y aunque México parece el epicentro temprano de actividad criminal en torno a las vacunas de COVID-19, se están observando prácticas semejantes en numerosos países, como Colombia, Ecuador, Perú, Brasil y Panamá.
VACUNAS FALSAS
El 8 de enero, Milenio informó que el Consejo Nacional de Seguridad Privada (CNSP) de México confirmó la presencia de laboratorios creados para crear falsas vacunas de COVID-19. El presidente del CNSP, Raúl Sapién Santos, declaró que se habían identificado operaciones de ese tipo en Jalisco, Tamaulipas, Chihuahua y Ciudad de México.
También se teme que grupos del crimen organizado, como la Familia Michocana y el Cartel Jalisco Nueva Generación (Cartel CJNG) intenten infiltrarse en la cadena de suministros y roben vacunas en el trayecto hacia hospitales locales.
Si un grupo criminal lograra robar vacunas, podrían distribuir sustancias falsas con el pretexto de vender las dosis robadas. Dada la participación que han tenido los carteles mexicanos en la asistencia a las comunidades locales durante la pandemia, los ciudadanos pueden confiar en que las vacunas son auténticas y crearse una falsa sensación de seguridad que podría llevar a una mayor propagación del virus en las comunidades.
BRIGADAS PARA RECOLECCIÓN DE DATOS
El 5 de enero, el secretario de salud de Quintana Roo, México, expidió una alerta sobre falsas “brigadas de vacunación” que iban puerta a puerta solicitando información personal de los residentes. Haciéndose pasar por empleados de la secretaría de salud del estado, las brigadas decían registrar a los residentes para recibir la vacuna a cambio de una copia de su credencial de elector.
Esta credencial de votante o elector, que se asemeja a una licencia de conducir, contiene la dirección de residencia de la persona, el código de elector e información personal que, en las manos equivocadas, puede usarse para solicitar préstamos bancarios, pedir una tarjeta de crédito o robar la identidad de la persona.
SITIOS WEB
Después de recibir un aviso de Pfizer-BioNTech, una de las firmas que fabrican la vacuna para el COVID-19, el 5 de enero, las autoridades mexicanas anunciaron que se había suspendido el sitio web que se hacía pasar como la plataforma oficial de Pfizer para México. El sitio web, que aparentaba ser una URL oficial —pfizermx.com— cuidadosamente diseñado y repleto de logos de la empresa, tenía un número telefónico para llamar a solicitar la vacuna.
En conferencia de prensa, el subsecretario de prevención y promoción de la salud de México, Hugo López-Gatell recalcó que, “no hay nadie autorizado para vender la vacuna. Si alguien dice que les va a vender la vacuna para el COVID, están cometiendo fraude y poniéndolos en riesgo”.
En un momento en que arrecia la desinformación en la pandemia, es muy probable que aumenten los fraudes en línea prometiendo vacunas o reserva de lugares en las listas de espera, pues los criminales aprovechan la oportunidad para ganar dinero fácil en medio de la crisis de salud pública.
PRUEBAS FALSAS
En Cancún, se están vendiendo resultados negativos en pruebas de COVID-19 a los turistas por medio de redes sociales. A los turistas canadienses que requieran un resultado negativo para volver a casa se les cobran 100 dólares por el resultado fraudulento que se les envía en el lapso de una hora, según un artículo de Le Devoir.
En noviembre, Associated Press informó sobre un modus operandi similar en París, donde se estaban vendiendo resultados negativos a los viajeros del aeropuerto Charles De Gaulle entre 180 y 360 dólares.
Las restricciones globales sobre los viajes han abierto un mercado para los resultados negativos de pruebas de COVID-19, que parece abocada a aumentar en medio de la campaña de los países por impedir la propagación entre fronteras de nuevas cepas del virus mediante el requerimiento a todos los viajeros internacionales de presentar resultados negativos de la prueba de COVID-19 para otorgar el ingreso.
La pandemia de COVID-19 ya ha dado origen a numerosas economías ilícitas, pero pocas con tanto potencial dañino como la falsificación de vacunas para COVID-19. A medida que se intensifican los programas de vacunación en Latinoamérica, los fraudes que ofrecen vender acceso al precioso líquido seguramente persistirán, y las víctimas seguirán pagando las consecuencias sobre su bolsillo y su salud.