Por una abrumadora mayoría de 230 votos, la cámara baja tiró abajo el pasado día 15 el pacto negociado entre May y la UE cuando faltan pocas semanas para el Brexit, el 29 de marzo.
Por Viviana García
Londres, París/Ciudad de México, 19 de enero (EFE).- La Primera Ministra británica, Theresa May, continúa hoy preparando un plan alternativo del Brexit que deberá presentar este lunes en el Parlamento, entre peticiones para que no se descarte la opción de convocar otro referéndum.
La jefa del Gobierno continúa los contactos con diputados de distintos partidos tras reunirse en los últimos días con líderes de las formaciones políticas, con excepción del líder laborista, Jeremy Corbyn, a fin de desbloquear la crisis del Brexit, tras el rechazo parlamentario al acuerdo negociado con Bruselas.
Por una abrumadora mayoría de 230 votos, la cámara baja tiró abajo el pasado día 15 el pacto negociado entre May y la UE cuando faltan pocas semanas para el Brexit, el 29 de marzo.
La Primera Ministra no ha mostrado señales de apartarse de sus "líneas rojas", en concreto su negativa al libre movimiento de personas o la permanencia en el mercado común, y no descarta salir del bloque europeo sin acuerdo alguno con los Veintisiete.
Corbyn, por su parte, se ha negado a reunirse con May si ésta no descarta por completo un Brexit sin acuerdo, una situación que agrava la crisis política que vive el Reino Unido.
"Estas no son conversaciones auténticas sino que están pensadas para jugar con el tiempo y dar la apariencia de que contacta (con los partidos), mientras se mantiene rígida en su acuerdo enfáticamente rechazado", dijo ayer Corbyn en una carta a May.
El pacto alternativo que presente el lunes la jefa del Ejecutivo será votado el próximo día 29.
El portavoz del Brexit del Laborismo, Keir Starmer, señaló hoy que un segundo referéndum sobre la UE debe ser una opción a considerar si no fuera posible convocar elecciones.
En un discurso en la Sociedad Fabiana, en Londres, Starmer señaló que entre las opciones que hay por delante figuran el pedir al Gobierno que negocie una estrecha relación comercial con la UE basada en la unión aduanera o la convocatoria de comicios.
Pero si no fuera posible contar con elecciones generales, entonces para el Laborismo todas las opciones deben estar sobre la mesa, incluido otro plebiscito y que éste incluya la posibilidad de preguntar a los votantes si quieren seguir en la UE, añadió.
"No creo que sea un secreto que crea firmemente en la opción de quedarse (en la UE), y tiene que haber (también) una opción de marcharse (del bloque)", recalcó.
Starmer dijo que parece "inevitable" que el Gobierno tenga que solicitar el retraso del Brexit, a través de la extensión de la vigencia del Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que establece un periodo de dos años de negociaciones sobre la retirada de un país miembro, desde el momento de la notificación hasta la salida.
"En las próximas semanas el Parlamento tendrá la oportunidad de asumir el control (del Brexit). Ello implicará ser abiertos sobre los dilemas que afrontamos y las opciones posibles que aún están disponibles", resaltó Starmer.
Por su parte, el ex Primer Ministro británico conservador John Major pidió hoy que los diputados tengan libertad de voto sobre los próximos pasos a seguir acerca del Brexit a fin de superar la actual crisis creada por la falta de acuerdo.
En unas declaraciones a Radio 4 de la BBC, el antiguo líder "tory" resaltó que el acuerdo que la Primera Ministra, Theresa May, negoció con los Veintisiete está muerto y se mostró a favor de celebrar una serie de votos "indicativos" para conocer las posibles alternativas que cuenten con más respaldo parlamentario.
"La Primera Ministra argumentó valientemente su acuerdo. Luchó por él, pero la Cámara de los Comunes lo mató, y lo mató totalmente", agregó el que fuera jefe del Gobierno entre 1990 y 1997.
Agregó que los líderes de todos los partidos deberían dar a sus diputados libertad de voto (para no tener que votar como exige el liderazgo de los partidos) porque "es la única manera de tener una respuesta totalmente honesta de los miembros del Parlamento".
El acuerdo de la Primera Ministra fue rechazado por 432 votos en contra y 202 a favor.