Los aficionados se pintaron franjas azules, blancas y rojas en el rostro y se pusieron las camisetas de la Selección nacional para reunirse a fin de seguir el partido. Tenían la esperanza de que Les Bleus revalidaran el título que alzaron en 2018 y se convirtieran en el primer equipo desde Brasil en 1962 en ganar Copas del Mundo consecutivas.
Por Jade Le Deley y Alex Turnbull
PARÍS (AP).— Caer ante Argentina no era el desenlace que esperaban. Aún así, para los consternados seguidores de Francia, la final de la Copa del Mundo fue una inolvidable tormenta de emociones con un resultado agridulce.
Porque si Francia tenía que perder, entonces la victoria de Lionel Messi era una segunda opción decente.
Y el saber que habían caído en una de las mejores finales de todos los tiempos ayudó a los seguidores de Les Bleus a sobreponerse al llanto y la agonía del épico triunfo de Argentina por 4-2 en la tanda de penales que se hizo necesaria a raíz del 3-3 luego del tiempo extra.
“Fue el mejor partido de toda mi vida”, dijo Abdoul Toure, de 29 años, que vio el duelo en un bar en París.
Mientras el Presidente francés Emmanuel Macron consolaba al delantero Kylian Mbappé en el estadio Lusail de Qatar, los aficionados en casa veían el lado positivo y se decían orgullosos que su Selección.
“Nos hicieron soñar hasta el final”, indicó Loïc Aubret, un ingeniero de 32 años. “Se vieron fuertes mentalmente. Pueden estar orgullosos de sí mismos, dado que al principio no dábamos nada por ellos”.
Caer ante Messi hizo más llevadera la derrota para algunos aficionados franceses. Por mucho que les haya dolido ver a Les Bleus quedarse tan cerca del triunfo, algunos se dijeron felices de que Messi finalmente haya conseguido el único trofeo importante que le faltaba en su ilustre carrera.
“Que Messi haya ganado alivia un poco el dolor”, señaló Ulysse Zaoui, de 24 años. “Me siento triste, pero fue un hermoso partido”.
La policía de París cerró al tráfico vehicular el bulevar más famoso de la capital francesa, los Campos Elíseos, a sabiendas de que ahí se congregaría una multitud para ver el encuentro. Los hinchas acudieron y los fuegos artificiales estallaron cuando Francia empató el marcador en dos ocasiones, borrando primero un 2-0 y luego un 3-2.
“Estoy completamente desconsolado”, afirmó Oscar Schuman, de 18 años. “Pero me siento más orgulloso que cualquier otra cosa. Fue una batalla de los dioses”.
Jugadores y exjugadores habían enviado mensajes de apoyo antes del encuentro.
“Jugar una final de la Copa del Mundo es un sueño de la infancia. ¡Vamos y consigamos esta tercera estrella! ¡Allez les bleus!”, publicó Zinedine Zidane en Instagram.
Pero no pudo ser.