La elogiada actuación de la Selección a lo largo del Mundial de Qatar unió a la población con una alegría poco común en un país afectado desde hace años por una de las peores tasas de inflación del mundo y por una creciente pobreza.
Por Daniel Politi y Almudena Calatrava
BUENOS AIRES (AP).— Luego de sufrir lo indecible hasta el último momento, los argentinos dieron rienda suelta a una alegría desbordante el domingo, con el triunfo de su Selección nacional ante la de Francia por penales en la final de la Copa del Mundo en Qatar.
Por fin, Argentina se alzó con el tercer título de su historia en la Copa del Mundo, luego de imponerse 4-2 en la tanda. La coronación anterior se remontaba a 1986, en México.
Millones de argentinos lloraron, gritaron y se fundieron en interminables abrazos en sus casas, en bares y en plazas de decenas de ciudades en las que se congregaron para ver la final de infarto en grandes pantallas, sintiendo que tocaban el cielo con las manos en algunos momentos o que todas las ilusiones se derrumbaban en otros.
Argentina dilapidó una ventaja de 2-0 en el tiempo regular. Recuperó la delantera en la prórroga, pero el tercer gol del astro francés Kylian Mbappé en el encuentro obligó a definir desde los 11 pasos.
Gonzalo Montiel convirtió el penal decisivo en la tanda tras el empate 3-3 al cabo de 120 minutos de lo que fue quizá la final más electrizante de la historia.
“Estoy muy feliz, lo merecíamos de verdad, este equipo sufrió bastante, pero se fue reponiendo”, dijo a The Associated Press Josefina Villalba, de 55 años. La mujer, ataviada con los colores celeste y blanco de Argentina, era una de las fanáticas que se había acercado a una plaza capitalina para ver la final.
Tras esperar 37 largos años la Albiceleste se alzó de nuevo con el cetro mundialista borrando de un plumazo los sinsabores económicos de los últimos tiempos. El primer título lo había logrado en 1978, pero había perdido las finales de 1930, 1990 y 2014 —esta última ya con Lionel Messi como su astro.
“La satisfacción es muy grande”, dijo Fabio Villani, de 45 años, y quien iba vestido con una camiseta de la Selección nacional. “En el primer tiempo Argentina fue superior, manejó la pelota, pero sabemos lo que es Francia y los jugadores que tienen y terminó siendo un partido muy parejo”.
Bajo un sol deslumbrante, el monumento del Obelisco de Buenos Aires se empezó a llenar con decenas de miles de personas que se congregaron para celebrar.
La multitud coreaba la canción que se ha hecho famosa entre la hinchada argentina de Qatar en este mundial “Muchachos”, que hace alusión a los anteriores intentos fallidos de hacerse con el trofeo mundial.
Los hinchas coreaban el nombre del capitán Messi, el capitán de la Selección argentina, quien marcó un tanto en el tiempo regular, uno en la prórroga y un penal en la tanda.
En las calles de distintas ciudades, la gente se trasladaba en autos adornados con la bandera argentina mientras tocaban la bocina para celebrar el triunfo. De los balcones de las casas también colgaban banderas del país.
La expectación para el encuentro de este domingo era incluso mayor que en el certamen de hace ocho años en Brasil, cuando llegó la derrota ante Alemania en tiempo extra.