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Gustavo De la Rosa

18/11/2022 - 12:05 am

¿Defender al INE, la Democracia, la Libertad?

“Desde mi humilde opinión, quien defiende con tanta energía actual INE ignora que lo que está defendiendo es la corrupción de ese instituto”.

“Precisamente por eso, defender al INE actual no es defender la democracia, es defender los privilegios del jefe”. Foto: Andrea Murcia, Cuartoscuro

El INE, ¿cómo se integra? ¿quiénes mandan allí? ¿quién nombra a los consejeros?

La formación del INE fue un éxito de las fuerzas democráticas que participamos activamente desde mediados de los 80. Antes, la autoridad electoral era un grupo de funcionarios dependiente de la Secretaría de Gobernación, que finalmente obedecían al Presidente de la República y después de esa larga batalla contra el sistema, se logró construir un organismo ciudadano, independiente, del Poder Ejecutivo. Éste actuaría como un organizador y declararía quién había ganado las elecciones. Con facultades para sancionar a los partidos que violaran la ley.

Lo más importante, era como se integran las mesas directivas de las casillas con vecinos de las mesas de la recepción de votos y una dirección colectiva llamada Consejo General.

Se buscaría que los consejeros fueran siempre ciudadanos incorruptibles, sin militancia ni compromisos partidarios. Y pensábamos que si se lo arrancábamos al Poder Ejecutivo aseguraríamos su independencia, porque se exigían votos por unanimidad.

Pero las cosas cambiaron y de Vicente Fox para acá, los consejeros se eligen por las dos terceras partes de la Cámara de Diputados, en una negociación secreta entre los coordinadores de las bancadas de parlamentarios. Y, ¿cómo se eligen ahora los consejeros?

Esta es la pregunta fundamental que los defensores del actual INE evitan contestar directamente y lo arropan con miles de adjetivos para que no se vea el origen verdadero de sus directores.

La dirección real de la Cámara de Diputados es una Junta de los coordinadores de las bancadas de cada partido identificada como Jucopo.

Ahí el voto de cada coordinador vale por el número de diputados que representa, de tal manera que el representante de Morena vale más votos que el representante del PAN,  y este vale más que el representante del  PRI. Pero para reunir las dos terceras partes de los votos necesitan ponerse de acuerdo y lo logran solamente negociando entre ellos.

Está Junta, inicia el proceso para seleccionar consejeros del INE convocando a todos los mexicanos que quieran serlo, a que se inscriban ante un comité evaluador que está integrado por 10 ciudadanos de los cuales la misma Jucopo nombra cuatro,  la Comisión Nacional de Derechos Humanos otros tres y el Instituto Nacional de Información y Transparencia otros tres. Es decir, la Jucopo asegura su mayoría.

Este comité evaluador revisa y entrevista a todos los precandidatos que se han inscrito, y escoge cinco elegibles, entregándole a la propia junta la lista de esos elegibles.

La Jucopo escoge uno de los cinco propuestos y lo lleva al pleno de la Cámara de Diputados para que ahí por dos terceras partes de sus votos decidan si se acepta o no se acepta.

El proceso se estira o se afloja según las negociaciones que tienen todos los partidos a través de sus representantes en la inefable Junta de coordinadores parlamentarios.

No hace falta decir que los coordinadores parlamentarios son los viejos lobo de mar de cada partido, expertos en la negociación, en el toma y daca, en llegar a acuerdos planchaditos y así se llevan a la votación del pleno donde cada coordinador se asegura de que toda su bancada vaya a votar conforme el acuerdo, que él acepto en la reunión de la junta.

En conclusión, el nombramiento de cada consejero del INE está negociado y acordado por los diputados representantes de cada partido, es “la iglesia en manos de Lutero”.

El nombramiento de funcionarios o la rectificación de los mismos por parte de la Cámara de Diputados, o de Senadores, es la oportunidad que tienen y usan los representantes de los partidos para negociar, intercambiar o cobrar facturas con sus homólogos. Lo dice alguien que he sido Diputado en el Congreso de Chihuahua por los últimos cuatro años y me consta cómo funcionan esas Juntas, en la legislatura anterior había algunos coordinadores, a quiénes se les identificaba como Pay per View, es decir, cobraban por evento, porque su voto era el necesario para completar las dos terceras partes de votos en el Congreso para aprobar los nombramientos de funcionarios.

No hay nada más alejado de la democracia que ese sistema de designación de los consejeros del INE convertido en un gran privilegio de los parlamentarios dirigentes de su partido, es el privilegio de los jefes de jefes de cada partido, por eso son tan feroces incluso en las luchas internas para alcanzar el puesto de coordinador de la bancada, veamos las actitudes de Monreal, cuya fuerza radica precisamente en ser coordinador de los senadores y la utiliza para negociar con todo mundo, incluso con “Alito”, y tratar de presionar al Presidente.

Desde mi humilde opinión, quien defiende con tanta energía actual INE ignora que lo que está defendiendo es la corrupción de ese instituto.

Muchos de los marchantes ni siquiera tienen idea porqué están saliendo a la calle, expresamente, la Gobernadora de Chihuahua ha declarado que no conoce la propuesta de reforma pero que está en contra.

Abrir a una elección ciudadana el nombramiento de los consejeros a partir de 60 propuestas hechas desde el Poder Judicial, Legislativo y Ejecutivo tal vez sea un exceso democrático, porque quienes resulten con más votos dependen de una acumulación incierta de sufragios.

Al  final cada poder va a proponer 20 candidatos, pero como no hay certeza de quién pueda ganar, los poderes serán cuidadosos a quiénes propongan, de tal suerte que la incertidumbre de la votación se cubra con la certeza de la proposición.

Y para los negociantes se les va a devaluar la moneda 60 veces pues actualmente se ponen de acuerdo para elegir al final uno que va a seguro y con la reforma solamente van a poder ponerse de acuerdo para elegir 20 que se van a sumar a otros 40 y esto 60 se someterán a la suerte de la votación, el negocio se les va a la quiebra, ya no es ningún privilegio, sino que es un simple y agotador trabajo,  lo que no les gusta mucho a los machos o mujeres Alfa de cada partido.

Precisamente por eso, defender al INE actual no es defender la democracia, es defender los privilegios del jefe.

Como también son privilegios de los jefes de los partidos designar a los candidatos plurinominales y por eso están en contra de que se elimine ese tipo de candidaturas, porque son candidaturas seguras que no los obliga hacer campaña y qué se prestan para todo tipo de negociaciones.

Y también son privilegios de los Jefes recibir las cantidades tan altas de recursos para la manutención del partido y la organización de las campañas, administrar esos recursos, es ser beneficiado por la democracia electoral. Pero solo ellos, unos cuantos, en el país.

Por eso concluyó que muchos de los supuestos defensores del INE son simplemente engañados porque he hablado con ellos, he discutido y cuando se enteran con detalle de lo que están defendiendo suelen reconocer: “Ah chingao, yo no sabía… “

Gustavo De la Rosa
Es director del Despacho Obrero y Derechos Humanos desde 1974 y profesor investigador en educacion, de la UACJ en Ciudad Juárez.

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