A lo largo de la historia del futbol mexicano, Jalisco ha sido su más rica cantera tanto a nivel de clubes como de la Selección Mexicana. Salvo una Copa Mundial, la de 1978, la tierra de las Chivas ha estado presente en cada selección mundialista. El Distrito Federal no ha faltado a ninguna, pero tiende a disminuir su participación a partir de 2006, mientras que los estados del norte mexicano, sobre todo Sinaloa, aparecen de manera ascendente desde 2002, cuando surgió Jared Borghetti.
Mazatlán, Sinaloa, 18 de noviembre (SinEmbargo).- A partir de 1999, cuando se corona por primera vez y en lo que va del siglo XXI, el Pachuca aparece como uno de los principales protagonistas del futbol mexicano de Primera División, lo cual se refleja parcialmente en el número de sus jugadores que son llamados a la selección: 3 en la Copa Mundial de 2002.
Sin embargo, equipos con menores resultados en la coyuntura, pero de prosapia, como Américas y Chivas, seguían aportando más jugadores al Tricolor. Esta política no era exclusiva de ese momento o de etapas anteriores, sino algo que se repetía constantemente. Un ejemplo de ello se observa en la lista de seleccionados del Tata Martino en mayo de 2022, rumbo al Mundial de Qatar, donde no se convocó a ningún jugador del Atlas, campeón del torneo de invierno 2021 y finalista de la liguilla del primer semestre de 2022.
El Pachuca, propiedad del empresario Jesús Martínez desde 1993, va a constituir una arquitectura de organización futbolística diferente a otras anteriores, construyendo 380 escuelas de futbol diseminadas en todo el país, incluyendo una universidad, y en base a eso empieza a obtener, desde 1999, seis campeonatos en un periodo menor a 25 años. Posteriormente, el mismo Jesús Martínez, adquiere al León en 2011, lo asciende y lo hace bicampeón en la Clausura 2013 y Apertura 2014.
Es decir, para que los triunfos y campeonatos en el futbol mexicano se diversificaran no tan solo fue necesario que aparecieran consorcios empresariales fuertes, sino que también estos ofrecieran estructuras deportivas novedosas y más modernas, como las que ha construido el Club Pachuca. Sin embargo, no todos los grupos empresariales emergentes que adquirieron equipos de futbol han sido tan exitosos como el Pachuca y el León.
Por ejemplo, el Guadalajara que fue adquirido por Jorge Vergara, propietario del negocio Omnilife, en 2002, a pesar de la prosapia del club y de seguir aportando jugadores a la Selección Mexicana solo ha ganado dos campeonatos en veinte años. Y lo mismo podría decirse del América, otro de los grandes del balompié nacional y patrimonio de Televisa, una poderosa y tradicional empresa, quien se ha apropiado de cinco títulos en más de 25 años -con dos torneos por año-, por abajo del Pachuca que se ha instalado en el podio de ganadores 6 veces en el mismo periodo.
Este club ha sido el mejor de México en las tres décadas que van de mediados de los noventa a 2022. No obstante, el estado de Hidalgo, donde está aposentado el Club Pachuca, produce muy pocos jugadores para la Liga MX. La gran mayoría de los futbolistas mexicanos que se han formado y triunfado ahí -como las estrellas Irving Lozano, Erick Gutiérrez y Rodolfo Pizarro- han nacido en otras entidades.
En 2006 se observa una marcada declinación capitalina en la cuota a la Selección Mexicana, ese año solo 4 capitalinos fueron llamados, mientras que Jalisco se mantenía con 7 seleccionados; Sinaloa mantenía su ritmo con 3, Michoacán contribuía con otros 3, el Estado de México, Oaxaca, Nuevo León y Guanajuato brindaban un jugador cada uno; otros dos seleccionados eran oriundos de Brasil y Argentina y naturalizados mexicanos. Ocho estados mexicanos más Brasil y Argentina contribuyeron a formar al Tri.
Para el mundial de 2010, el DF se recupera con 6 jugadores y Jalisco queda un poco abajo con 5; Sinaloa sube a 4, mientras que Oaxaca, Michoacán, Baca California, Estado de México, Quintana Roo, Guanajuato y Nuevo León 1 por entidad; y hubo una naturalizado nacido en Argentina. Once estados dieron su cuota a la Selección.
Brasil celebró la Copa Mundial de 2014 y ahí Jalisco llevó 7 jugadores al Tri, Sinaloa fue el segundo que más aportó con 3, los mexicanos nacidos en California fueron 2, Tamaulipas 2; el Distrito Federal proporcionó tan solo a un jugador: mientras que Michoacán, Veracruz, Baja California, Guanajuato, Hidalgo, Nuevo León y Coahuila aportaron un futbolista cada uno. Ahí once entidades mexicanas más California estuvieran representadas en la Selección Mexicana.
Rusia organizó la fiesta del futbol mundial en 2018 y ahí Jalisco se sostuvo con 7 seleccionados, mientras que la Ciudad de México se conformó con 3; Michoacán 2 y Nuevo León, Veracruz, Hidalgo, Quintana Roo, Sinaloa, Baja California, Sonora, Coahuila, Oaxaca, estado de México y Tabasco 1 jugador por entidad. Ese conjunto había sido el más diverso en la historia del futbol mexicano en cuanto al origen de los jugadores.
A lo largo de la historia del futbol mexicano, Jalisco ha sido su más rica cantera tanto a nivel de clubes como de la Selección Mexicana. Salvo una Copa Mundial, la de 1978, la tierra de las Chivas ha estado presente en cada selección mundialista. El Distrito Federal no ha faltado a ninguna, pero tiende a disminuir su participación a partir de 2006, mientras que los estados del norte mexicano, sobre todo Sinaloa, aparecen de manera ascendente desde 2002, cuando surgió Jared Borghetti. Al mismo tiempo que el norte del país empieza a ser cada vez más visible en el balompié mexicano.
En mayo de 2022, en la lista de 38 jugadores de Martino, Sinaloa, Sonora, Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Baja California y Durango, aportando 12 jugadores – 5 de Sinaloa y 3 de Sonora- se presentan como una cantera emergente de gran relevancia. Por otra parte, gran parte del país también hace lo propio con Chiapas, Estado de México, Oaxaca, Quintana Roo, Yucatán, Hidalgo, Aguascalientes, Colima, San Luis Potosí, y Michoacán y Guerrero, con un jugador por entidad, más 2 de Tabasco, uno de California y otro de Canadá. También fueron invitados por Martino 7 jugadores de Jalisco y 4 de la Ciudad de México. Es decir, si podemos trasladar el concepto de representatividad democrática al campo futbolístico, nunca el país había estado geográficamente tan bien representado. Incluso el llamado por José Vasconcelos “México de Afuera”; es decir, los mexicanos nacidos en el extranjero, pero con la nacionalidad de sus padres también están representados, sin que esta sea la primera vez que suceda.
A 125 años de que el futbol se sembrara en la geografía mexicana, Jalisco y la Ciudad de México mantienen su predominio en la cantidad y calidad de futbolistas que se generan en nuestro país. En este ensayo no analizamos las causas de por qué esto ha sido así, aunque, en el caso de la capital nacional, adivinamos que la enorme centralización de capitales económicos, políticos, sociales y culturales, más la concentración demográfica, ha sido determinante para que, en el futbol, como en otras actividades, la ciudad que antes se llamara Distrito Federal, tuviera tanta relevancia. Jalisco, y más particularmente Guadalajara, también comparte algunas de las características de la Ciudad de México, pero aun siendo muy importantes no explicarían por sí mismos la trascendencia del futbol jalisciense. Seguramente son aspectos estrictamente deportivos y culturales los que más gravitan en una explicación convincente sobre su hegemonía en el futbol mexicano.
No obstante lo anterior, en el último cuarto de siglo, de manera paulatina, los estados del norte mexicano, y más particularmente del noroeste, aparecen como canteras cada vez más significativas para el conjunto del balompié mexicano y, de manera más visible, para la selección. En otro trabajo que intitulé al alimón con Eduardo Sáinz: El futbolista sinaloense. Talento, fuerza y coraje, aventuramos la hipótesis de que el biotipo y la mentalidad de los futbolistas sinaloenses, y aquí también incluiría a los sonorenses, los habilita para destacar en el medio futbolístico nacional, e incluso en el internacional, a pesar del muy reciente profesionalismo en la Liga MX y en la Liga de Expansión de sus dos equipos, El Mazatlán F.C., y Los Dorados.
En un contexto internacional, donde Europa marca la pauta, el futbol requiere jugadores cada vez más fuertes físicamente: más altos, más rápidos, más ágiles y con mayor masa muscular, además con una mentalidad más competitiva y adaptable a culturas diferentes. Las evidencias nos dicen que en México es más frecuente encontrar a hombres y mujeres con las características físicas señaladas en los estados del norte mexicano. Entonces, hipotéticamente, es posible decir que las tendencias del futbol mundial están influyendo para que se busquen en México futbolistas con un mayor aporte físico, tal y como sucede en la región mencionada.
Para respaldar esta hipótesis están dos datos:
1) la mayor parte de los jugadores que han aportado Sinaloa y Sonora a la Selección Mexicana desde la Copa Mundial de 2002, incluso desde antes con el mazatleco Eduardo Ramos en 1978, han sido defensas centrales y centro delanteros, es decir, posiciones donde se demanda comúnmente altura y fuerza. En este periodo de dos décadas, han participado en Copas Mundiales como defensas titulares, los sinaloenses Héctor Moreno y Javier “El Maza” Rodríguez, y en la lista de los 38 de Martino, de donde saldrán los 26 seleccionados para Qatar, aparecen los sonorenses César Montes y Johan Vázquez, y los sinaloenses Héctor Moreno y Jesús Angulo. Como mediocampistas, los sinaloense Luis Romo y Erick Gutiérrez. Y en la portería el mazatleco Rodolfo Cota. En la delantera, el sonorense Jesús “Tecatito” Corona. En copas mundiales anteriores destacaron como centros delanteros los sinaloenses Jared Borgetti y Omar Bravo; como carrilero Paul Aguilar y como extremo Alberto “El Venado” Medina. Probablemente en la historia de las selecciones mexicanas los dos defensas centrales más altos han sido “el Maza” Rodríguez y César Montes, ambos de 1.92 de estatura. De la misma manera, uno de los centro delanteros más altos y más eficaces cabeceadores en la historia del Tricolor ha sido Jared Borgetti, de 1.85 de estatura.
2)De los 107 jugadores sinaloenses que han participado en la Primera División del futbol mexicano de 1980 a 2021, la estatura promedio de los porteros fue: 1.84m, de los defensas centrales 1.83m, laterales 1.74m, medio de contención 1.75m, volantes 1.73, alas ofensivas 1.78m. La estatura promedio de los futbolistas sinaloenses fue 1.77, y la nacional fue 1.76m. (Santamaría, Sáenz, 2021,129).
Otro indicador relevante y a la vez sorprendente es que el futbol sinaloense, aun contando con tan solo catorce años en el futbol de primer nivel, si tomamos en cuenta el surgimiento en 2008 de Dorados en la Liga de Expansión, – Mazatlán F.C. aparece hasta 2021- es que, entre 2010 y 2017, fue la cuarta entidad en el aporte de jugadores a la Selección Mexicana con el 8.99 por ciento, por 20 por ciento de Jalisco, 14.8 por ciento de la CDMX, 9.36 por ciento de Michoacán y 8.15 por ciento de Nuevo León, en quinto lugar.(www.deportesinc.com Investigación: Juan Carlos Gonzále, 2017).
Dos años más tarde, en 2019, a nivel del conjunto de la Liga MX, Jalisco era el estado que más futbolistas aportaba a la Liga MX con 55 de un listado de 292 nacidos en México y registrados en Primera División durante el Clausura 2019. El 14 por ciento de los futbolistas de la Liga MX de ese año habían nacido en la tierra del tequila y el mariachi. En segundo lugar aparecía la CDMX con 43 jugadores y en tercer lugar figuraba Sinaloa con una cuota de 28 futbolistas. Posteriormente se enlistaban Michoacán con 25, Coahuila con 12, Sonora con 11, San Luis Potosí con 11, Nuevo León y Estado de México, Veracruz y León con 10 respectivamente. Oaxaca y Durango contribuían con un jugador por entidad. Baja California Sur, Tlaxcala y Campeche se quedaban en cero. (ESPN Digital, 2019).
Finalmente, en 2021, estos fueron los números de la geografía futbolística mexicana de los primeros cuadros de la Liga MX:
Jalisco 60, Ciudad de México 44, Sinaloa 24, Michoacán 19, Nuevo León 19, Coahuila 14, Veracruz 14, San Luis Potosí 14, Guanajuato 12, Sonora 11, Guerrero 10, Chihuahua 10, Estado de México 9, Baja California 9, Tamaulipas 8, Puebla 6, Yucatán 5, Aguascalientes 5, Querétaro 3, Tabasco 3, Oaxaca 3, Colima 3, Nayarit 3, Zacatecas 3, Baja California Sur 2, Durango 2, Chiapas 2, Quintana Roo 2, Hidalgo 1, Tlaxcala 1. (Eduardo Domínguez 2021)
Otra lectura de estas cifras es que no hay necesariamente una correspondencia entre la longevidad de la historia futbolística de Hidalgo y Puebla, dos de las entidades donde se inició el futbol mexicano hace más de 125 años, y su importancia en la generación de jugadores profesionales de primer nivel, porque tan solo aportaron en 2021, un jugador en el caso de los hidalguenses, y 6 en el caso de los poblanos, o 10 en el ejemplo de Veracruz, donde según el historiador y periodista deportivo Carlos F. Ramírez, se jugó el primer encuentro de futbol en México.
Por el contrario, estados más conocidos por la calidad de sus basquetbolistas y beisbolistas y la juventud de su futbol profesional, como Chihuahua, Sonora, Baja California y Chihuahua, contribuyen cada vez más al balompié profesional y a la Selección Mexicana, tal y como lo demuestran las estadísticas.
Finalmente, es muy evidente que, aunque de manera desigual, prácticamente todos los estados de la República Mexicana, con la excepción actual de Campeche y Baja California Sur, alimentan el futbol profesional mexicano de la Liga MX. Es decir, hay una especie de democratización geográfica en la generación de futbolistas. Lo mismo sucede en la Selección Mexicana, sin dejar de señalar que Jalisco preserva su centenaria hegemonía, la CDMX pierde protagonismo en ambos campos y el noroeste reclama de manera creciente un mayor lugar en la liga y en la selección.
La economía mexicana se ha distribuido más horizontalmente en los últimos 40 años, la comunicación informativa y las vías de comunicación terrestre y aérea se han extendido y modernizado entre las principales ciudades del país, el sistema político también se ha ido democratizando en el mismo periodo y eso ha tenido su efecto en la geopolítica del futbol mexicano.