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Pedro Mellado Rodríguez

18/10/2024 - 12:04 am

El pueblo uniformado también construye patria

“Fue muy evidente el interés del presidente López Obrador de acercar más estrechamente a las Fuerzas Armadas con el pueblo”.

La gente que vive en las costas de México o ha vivido en las regiones aledañas a nuestros mares, tiene una imagen permanentemente amable y generosa del invaluable auxilio que casi año con año le brindan las fuerzas armadas, el Ejército y la Marina, pues cuando se presentan contingencias severas, derivadas de los fenómenos meteorológicos, siempre están ahí, los soldados y los marinos, para aliviar algunos de los males de la población.

Son los primeros que llegan, con sus enormes cocinas para elaborar y darles alimentos calientes a las personas. Llegan también para evitar la rapiña, los robos. Para darle a las personas damnificadas catres para descansar y cobijas para cubrirse del frío. Esas son las fuerzas armadas que un segmento amplio, mayoritario de la población, ve con simpatía y en algunos casos, hasta con profundo agradecimiento.

Es verdad, hay una buena cantidad de casos documentados a través del tiempo, en los que elementos de las fuerzas armadas han cometido abusos y acciones terribles, pero nunca hay que perder de vista que los soldados y los marinos, que en el caso de México forman parte del auténtico pueblo uniformado, sólo reciben órdenes y actúan atados a códigos severos de disciplina castrense y a normas que les comprometen y les hacen muy vulnerables ante la autoridad de sus superiores, que no podrían desacar, a riesgo de quedar expuestos a severas sanciones que en muchos casos derivan en penas de prisión.

En pueblos de estados costeros, como Tabasco, Veracruz, Campeche, Tamaulipas, Nayarit, Colima, Sinaloa, Sonora, la relación de la población con su Ejército y su Marina, suele ser estrecha. En algunos pueblos, cuando se celebra el Día del Ejército, cada 19 de febrero, los niños de las escuelas públicas suelen visitar a sus amigos los soldados, para expresarles su aprecio. Regalos simples como una modesta caja de galletas, un par de jabones de baño, pañuelos o cualquier detalle que exprese respeto y afecto son entregados a los soldados en los lugares donde los cuarteles de zona quedan cerca de las zonas urbanas.

Lo recuerdo bien, porque allá en Veracruz, y particularmente en Pueblo Viejo, los maestros de la Escuela Primaria Expropiación Petrolera, por cierto construida por órdenes del general Lázaro Cárdenas e inaugurada por el presidente misionero en su último año de gobierno, los profesores nos organizaban para desfilar, nosotros los chamacos, por el patio principal del cuartel de zona, ubicado en un cerro aledaño al pueblo, para visitar a los soldados el Día del Ejército y expresarles nuestro aprecio y gratitud con algún muy modesto obsequio.

Hay algo que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador que no ha sido comprendido del todo por un importante segmento de la población. Al involucrar a soldados y marinos en otras importantes y valiosas tareas, regularmente encomendadas a los civiles, lo que el mandatario logró fue acercar mucho más a las fuerzas armadas con su pueblo. El mismo pueblo del que han surgido los modestos soldados y marinos que ahora involucrados en tareas de seguridad pública, también protegen cotidianamente al pueblo, en el cual tienen su origen.

No faltaron quienes fruncieron el gesto cuando el reciente jueves 4 de octubre del 2024 la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, celebró el reconocimiento al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles como uno de los logros arquitectónicos y de diseño más bellos del mundo, seleccionado para el prestigiado premio Prix Versailles. Ahí apareció el AIFA en la clasificación de los seis aeropuertos más bellos del mundo, junto con los puertos aéreos de Abu Dhabi, en Emiratos Árabes Unidos; de Singapur; de Bangkok en Tailandia; y de sus similares de Boston y Kansas City.

Para orgullo de los ingenieros militares, sin premio pero con mucha fortuna, también el aeropuerto de Tulum, edificado por la milicia, avanza hacia su consolidación. Igual sucederá con las obras del Tren Maya y del corredor interoceánico Oaxaca-Veracruz, encomendadas a ingenieros militares.

Más allá de que las cuentas pendientes de elementos del Ejército tienen que ser saldadas y los abusos cometidos, sancionados por la justicia militar o la civil, fue muy evidente el interés del presidente López Obrador de acercar más estrechamente a las Fuerzas Armadas con el pueblo.

Fuerzas Armadas que auxilian, abrigan, ayudan y consuelan a la población durante los grandes desastres; soldados y marinos que también construyen carreteras, hospitales y escuelas. Pueblo uniformado que contribuye al fortalecimiento de la patria haciendo obras en beneficio de la sociedad y que no se ha quedado guardado en sus cuarteles.

Las fuerzas armadas, además de colaborar en tares de seguridad pública también realizan labores de protección civil. Atienden la operación y la seguridad en aduanas, puertos, aeropuertos y el cuidado de valiosas instalaciones estratégicas.

Soldados y marino construyen sucursales bancarias del Banco del Bienestar; edifican y remodelan aeropuertos; levantan hospitales; distribuyen y aplican vacunas; han terminado 354 cuarteles para la Guardia Nacional; en diversas regiones del país construyen canales y acueductos en distritos de riego; pavimentan caminos; limpian playas y desazolvan ríos; operan una línea aérea y administran un nuevo sitio turístico en las Islas Marías.

¿Se están extralimitando en el cumplimiento de sus tareas las Fuerzas Armadas? Habría que echarle una miradita a la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, que dice en su artículo primero: “El Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, son instituciones armadas permanentes que tienen las misiones generales siguientes: I.- Defender la integridad, la independencia y la soberanía de la nación; II.- Garantizar la seguridad interior; III.- Auxiliar a la población civil en casos de necesidades públicas; IV.- Realizar acciones cívicas y obras sociales que tiendan al progreso del país; y V.- En caso de desastre prestar ayuda para el mantenimiento del orden, auxilio de las personas y sus bienes y la reconstrucción de las zonas afectadas”.

Y luego, en su artículo 2 la ley amplía el horizonte: “Las misiones enunciadas, podrán realizarlas el Ejército y la Fuerza Aérea, por si o en forma conjunta con la Armada o con otras Dependencias de los Gobiernos Federal, Estatales o Municipales, todo, conforme lo ordene o lo apruebe el Presidente de la República, en ejercicio de sus facultades constitucionales”.

Es natural que un segmento importante de la población muestre recelo y hasta desconfianza con respecto a las fuerzas armadas. Pero la mayoría no podría estar equivocada. En todas las encuestas que periódicamente realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, todas ellas muy robustas, profesionales y confiables, a lo largo y ancho del país, se refleja que las instituciones que más confianza despiertan entre la población, son, en este orden, la Marina, el Ejército y la Guardia Nacional. El pueblo uniformado sirviendo al pueblo.

Pedro Mellado Rodríguez
Periodista que durante cinco décadas ha sido un acucioso y crítico observador de la vida pública en el país. Ha cubierto todas las fuentes informativas y ha desempeñado todas las responsabilidades posibles en medios de comunicación. Ha trabajado en prensa, radio, televisión y medios digitales. Su columna Puntos y Contrapuntos se ha publicado desde hace cuatro décadas, en periódicos como El Occidental, Siglo 21 y Mural, en Guadalajara, Jalisco. Tiene estudios de derecho por la Universidad de Guadalajara y durante una década fue profesor de periodismo en el ITESO, la Universidad Jesuita de Guadalajara. Es autor del libro Las Naves Nodrizas de la Comunicación y el Periodismo (Taller Editorial La Casa del Mago, Guadalajara, 2022).

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