A lo largo de los años, distintos exfuncionarios y miembros de otras instituciones han sostenido que Felipe Calderón sí fue advertido sobre los nexos de Genaro García Luna con el narcotráfico. Él siempre lo ha negado. La última vez fue ayer en un mensaje público, lo cierto es que analistas ven en su guerra contra el narcotráfico el inicio de una espiral de violencia de la que no ha podido salir el país.
– Con información de Romina Gándara
Ciudad de México, 16 de octubre (SinEmbargo).– El sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, con Genaro García Luna al frente de la estrategia de seguridad, sentenciado ayer en Estados Unidos a 38 años en prisión por sus vínculos con el narcotráfico, marcó un punto de inflexión en México por los niveles de violencia. Dos gobiernos federales después, analistas ven estragos y diferencias entre las acciones que emprendieron las administraciones de Calderón Hinojosa, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador.
“Yo creo que la metáfora que mejor define esto es que pensemos que si López Obrador fue apenas un bombero que con muy pocas herramientas medio empezó a apagar una partecita del incendio, su antecesor en 2006, Felipe Calderón, no fue otro bombero malo que no supo qué hacer, fue el pirómano que inició todo, fue el delincuente piromaníaco que de manera deliberada llevó a cometer este incendio y es absolutamente injusto juzgar al pirómano que genera el incendio como si fuera igual al bombero que trata de apagarlo”, expuso en entrevista Héctor Quintanar, académico de la UNAM.
García Luna fue declarado culpable y sentenciado por tres delitos relacionados con la conspiración para importar y distribuir cocaína, uno por pertenecer a una organización criminal –al Cártel de Sinaloa–, y por emitir declaraciones falsas a autoridades estadounidenses. Antes de dictarle sentencia, el Juez Brian Cogan comparó al exfuncionario con Joaquín “El Chapo” Guzmán, a quien él también condenó en Estados Unidos por narcotráfico.
“Tiene usted esa misma neblina, esa mente nublada que ‘El Chapo’. Usted dice aquí que tiene más de 30 premios, algunos dicen que fue Policía del Año. Pero señor, esto no hace más que confirmar que fue su cortina de humo”, le dijo. El Juez Brian Cogan también le recriminó que, si bien no fue responsable de todas las muertes generadas por el tráfico de drogas, sí era cómplice de ello. “Sí fue uno de sus grandes facilitadores”, enfatizó.
Esta mañana, la Presidenta de México Claudia Sheinbaum cuestionó el que agencias de Estados Unidos premiaran a García Luna mientras estuvo al frente de la seguridad pública en México y criticó la decisión que tomó Felipe Calderón al iniciar una guerra contra el narcotráfico a cargo de un personaje señalado por sus vínculos con el crimen organizado, aunque el expresidente asegura que los desconocía.
“Ahora resulta que durante seis años no se dio cuenta que (Genaro García) estaba coludido con el Cártel de Sinaloa. El expresidente tiene el cinismo y la hipocresía de defender su guerra contra el crimen organizado y dice que tal vez se cometieron errores, pues por un pequeño error puso al frente de esa política de seguridad a un narcotraficante”, dijo al ser cuestionada hoy por SinEmbargo.
Calderón Hinojosa sostuvo a su vez en entrevista con Ciro Gómez Leyva para Grupo Fórmula que el Juez Cogan fue “duro” al reconocer que García Luna tuvo una doble vida que, según afirma, él desconocía.
“El propio Juez Cogan ha sido duro en esto y ha dicho: ‘Usted tiene una doble vida’. Bueno, yo conocí una de las vidas de Genaro, me hubiera gustado conocer otra y a tiempo, pero la verdad es que estos señalamientos comenzaron a darse como evidencias verificables, por lo menos de testigos, hasta muy recientemente”.
A lo largo de los años, distintos exfuncionarios y miembros de otras instituciones han sostenido que Felipe Calderón sí fue advertido sobre los nexos de Genaro García Luna con el narcotráfico. Por ejemplo, el General Tomás Ángeles Dauahare y Javier Herrera Valles, quien fue Coordinador de Seguridad Regional de la Policía Federal, fueron dos de las voces que expusieron los vínculos irregulares del exsecretario de Seguridad, sus denuncias los llevó a ser detenidos.
Junto a García Luna, Iván Reyes Arzate y Luis Cárdenas Palomino fueron de los principales elementos de la extinta Policía Federal que implementaron la estrategia de seguridad en el Gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), quien al asumir el poder declaró una guerra abierta al crimen organizado, sin embargo, dos de estos exfuncionarios ya fueron condenados en Estados Unidos y uno enfrenta un proceso penal en México.
Luis Cárdenas Palomino, exdirector de Seguridad Regional de la Policía Federal, fue detenido en México en 2021 acusado de tortura, pero aún no recibe sentencia. Mientras que un juez federal de Estados Unidos condenó en 2022 a 10 años de prisión al excomandante de la policía federal mexicana Iván Reyes Arzate, quien confesó que colaboró con el narcotráfico mientras simulaba combatir al crimen organizado junto a la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA).
Además de las acusaciones contra sus exfuncionarios, activistas y víctimas de violaciones a derechos humanos han denunciado que la llamada guerra contra el narcotráfico dejó graves afectaciones, principalmente a civiles. Una muestra de ello son las cifras de personas desaparecidas.
Datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas muestran que en 2006 se reportaron las desapariciones de al menos 261 personas y 2012, el último año de su gestión, se denunciaron 4 mil 146. De 2006 a 2012 se contabilizaron 17 mil 373 casos de personas que siguen sin ser localizadas.
Desde entonces, son cada vez más las denuncias por desapariciones. De 2013 a 2018, en el Gobierno de Enrique Peña Nieto, marcado por la impunidad en la desaparición de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, se acumularon las denuncias por desaparición de 32 mil 745 personas; mientras que de 2019 a 2023, con López Obrador como Presidente, suman 42 mil 659 personas desaparecidas y no localizadas.
Ante este panorama, Héctor Quintanar Pérez, académico de la Facultad de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), planteó la importancia de analizar los resultados en materia de seguridad de los últimos sexenios, incluidas las denuncias por homicidios dolosos, sin dejar de lado el impacto que tuvo la corrupción de los policías federales durante el Gobierno de Felipe Calderón.
“Fue un sexenio donde gobernó un grupo equivocado, errático que no supo qué hacer con la violencia, eran ellos los gestores de la violencia, era Genaro García Luna un criminal en el poder, no un criminal coludido con los narcos, era él mismo un criminal”.
Quintanar Pérez expuso que el Gobierno de Peña Nieto se encargó primordialmente de “administrar la corrupción”, por lo que no emprendió ningún proyecto visible sobre cómo atender la problemática de la violencia, lo único que planteó, recordó, fue la creación de una Gendarmería para atender la seguridad pública, un cuerpo policíaco que no trascendió.
Por su parte, el periodista Francisco Cruz Jiménez, autor del libro García Luna, el señor de la muerte, resaltó que la policía que Felipe Calderón heredó al expresidente Peña Nieto “un nido de corrupción”, por lo que destacó la decisión de López Obrador de desaparecer la Policía Federal en 2019 para dar paso el 1 de enero de 2020 a la Guardia Nacional, que se sumará a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Cruz Jiménez planteó que desde antes de 2006 México ya enfrentaba una violencia estructural causada por el narcotráfico y su colusión con autoridades de todos los niveles, pero ésta sólo creció. Destacó que desde 2018 el Gobierno planteó atender las causas, aunque reconoció que es una estrategia que sólo puede dar resultados a largo plazo.
“Teníamos una violencia estructural que además atizaron con una guerra irracional, la guerra contra el narco. Este país tiene problemas estructurales graves desde 1946. López Obrador no iba a acabar con la violencia, claro que no, lo que están haciendo de atender las causas para mí es un primer paso, el segundo una Policía Nacional, tercero, no solo hay que mapear a todo el crimen organizado, sino que hay que empezar a desarmarlos [a los grupos del crimen organizado], allí colabora Estados Unidos, armándolos.
“Felipe Calderón y Peña Nieto lo que hicieron fue propiciar una carrera armamentista entre los cárteles Jalisco Nueva Generación y Sinaloa […] Es un problema complejísimo, pero en los diferentes enfoques, para mí el que puede dar resultado a largo plazo es el que puso en marcha el Presidente Andrés Manuel López Obrador, y si lo continúa bien Claudia hay que sentar la bases, de educación ingresos a cultura, entretenimiento que este país de pronto se olvidó de toda la niñez, se olvidó de muchas cosas y se sumió este país en la violencia estructural”, planteó Francisco Cruz.
En contraste, Guadalupe Correa Cabrera, profesora-investigadora de Política y Gobierno, especialista en temas de seguridad, estudios fronterizos y relaciones México-Estados, consideró que el Gobierno de Morena no logró controlar “el incendio” que ha significado desde hace años la creciente violencia.
Las estrategias que tomó el último Gobierno federal, dijo, dejó pendientes importantes en materia de seguridad y consideró que, por ejemplo, la decisión de apostar por crear la Guardia Nacional responde más a planteamientos hechos desde el Gobierno de Estados Unidos, también consideró que al darle más facultades a las Fuerzas Armadas significa una continuación de los objetivos del expanista Calderón Hinojosa.
“Yo veo más que darle la vuelta, durante la administración de Morena simplemente se consolidó la militarización de la seguridad, la concentración de capacidades y la relación con los Estados Unidos, al final, lo que está sucediendo en el país, esta bola de nieve cada vez genera más y más violencia. Esta pequeña reducción en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador en los últimos tres años no se puede necesariamente pensar que es una reducción ya de raíz”, expuso en entrevista.