Riviera Maya, 18 Oct. (Notimex).- La deducibilidad de las reservas, adecuaciones a la ley que den una mayor flexibilidad en el otorgamiento de crédito y dotar de “más dientes” a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), son los principales puntos de la agenda del Consejo Mexicano de Uniones de Crédito (ConUnión) ante el próximo gobierno.
El presidente de ConUnión, Ernesto Moya Pedrola, reveló que durante el Séptimo Foro Pymes de Uniones de Crédito se platicará con representantes de la CNBV sobre la necesidad de este sector de operar como nivel dos, ya que con base a la nueva Ley se permitiría operar factoraje, arrendamiento y el otorgamiento de crédito entre uniones.
En entrevista con Notimex, dijo que también se buscará un acercamiento con el Congreso de la Unión, a fin de retomar las negociaciones para las modificaciones a la Ley de Unión de Crédito que se han trabajado con la CNBV y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
De hecho, comentó, entre los puntos pendientes con la SHCP está la aprobación de la deducibilidad del Impuesto Sobre la Renta (ISR) de las reservas que se mandan a resultados en cuentas incobrables.
“Por un lado tenemos que hacer las reservas como si fuéramos bancos -a los que se les permite deducirlas en el momento que las hacen para fines fiscales- y a nosotros no, por lo que hay un problema de equidad que vamos a tener que pelear”, advirtió.
También se propondrá que la CNBV tenga “un poco más de dientes”, de tal manera que tenga la autoridad de quitar la concesión a la unión de crédito que opere indebidamente, así como la facultad de intervención en caso de presentarse un problema de solvencia o liquidez para ser saneada.
Este tipo de facultades daría mayor certidumbre y transparencia al sector de cara a la posibilidad de otorgamiento de créditos entre las uniones, como parte de las actividades de fondeo.
El directivo señaló que también se solicitará una ampliación al plazo de la creación de reservas para bienes adjudicados, lo que llevaría este cumplimiento hacia 2013.
En su opinión, el sector va muy bien luego del proceso de limpieza que inició hace 15 años y que ha llevado a que las uniones pasen de 450 a 120 en la actualidad.
A diferencia de otros intermediarios financieros, como es el caso de las sociedades financieras de objeto múltiple/limitado, las uniones de crédito han logrado una buena relación con la banca de desarrollo en cuanto a líneas de fondeo.
Ernesto Moya detalló que hasta la fecha se operan con Financiera Rural 30 uniones de crédito con más de mil 670 millones de pesos; con el Fideicomiso de Fomento Minero (Fifomi) trabajan siete uniones con 428 millones de pesos operados.
En tanto que los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (Fira) se operan 200 mil 400 millones de pesos, además de la relación con Nacional Financiera, y los beneficios del fondo Unicrese, capitalizado por 22 uniones y la Secretaría de Economía para apoyar con financiamiento a las más pequeñas.
Además de que como sector se ha registrado un crecimiento de 13.6 por ciento en el otorgamiento de créditos y el cual se ha colocado de manera sana al registrar un Índice de Morosidad de (Imor) de 2.4 por ciento, gracias a que “conocemos más nuestros clientes que los bancos”.
Destacó que los integrantes de este sector no competimos entre sí, “competimos con la banca comercial y otros intermediarios, ya que cada unión de crédito está bastante bien definida en su nicho”.
Sin embargo, reconoció que las ganancias del sector se han visto reducidas en el reporte de resultados derivado del proceso de conformación de reservas, situación que se prevé continúe hasta finales de este año.
