El Gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, ha levantado la mano para competir por la Presidencia. Lo ha hecho en diferentes espacios en más de una ocasión, como puede comprobarse a través de una campaña que contempla espectaculares y entrevistas en distintos medios. ¿El costo? Su Gobierno asegura que no es con cargo al erario, lo cual sería una violación a la Ley, pero lo cierto es que no se cuenta con información.
Ciudad de México, 18 de septiembre (SinEmbargo).– Con espectaculares fuera de su estado, en portadas de revistas sociales y del corazón, y a través de una gira en diferentes medios de comunicación y entidades, el Gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, ha buscado construir su candidatura presidencial para 2024, aún cuando apenas si figura en las diferentes mediciones rumbo a esta contienda.
“Me gustaría ser el candidato de la gente, ese es mi objetivo. La gran alianza con el pueblo y la sociedad. Por supuesto que tengo claro en dónde estoy y dónde milito, porque soy un orgulloso priista”, dijo Murat Hinojosa en junio pasado a la revista del Quien, cuya portada de esa edición, que dedicó al Gobernador de Oaxaca, generó una ola de críticas.
No es el único espacio en el que Murat se ha promocionado. Lo mismo ha sucedido con espectaculares en diferentes estados, en los que se le ve en la portada de la revista Líderes mexicanos. Y en diferentes entrevistas en las que ha insistido que es uno de los aspirantes fuertes del priismo para la grande, pese a que las encuestas digan lo contrario. Un ejemplo: en las últimas mediciones de Enkoll y de Massive Caller su nombre ni siquiera aparece y en la de El Universal, del 31 de agosto, es el peor priista ubicado, con un 10 por ciento de preferencia.
Su administración ha sido cuestionada sobre cuánto ha desembolsado el Gobierno en la promoción de su gestión y de su imagen. En una solicitud de transparencia —con folio 20201181722000168—, la Secretaría de Finanzas de la entidad dijo en agosto pasado que esta información era competencia de la Coordinación General de Comunicación Social y Vocería del Gobierno del Estado, instancia que en otra solicitud —ésta con folio 20201181122000026—, también de agosto, indicó que sólo puede transparentar “información sobre las actividades que en ejercicio de sus atribuciones llevan a cabo la Administración Pública Estatal, así como supervisar el uso de la imagen institucional del Gobierno del estado”.
Es decir, no se conoce bien a bien quién ha costeado esta campaña. En ese sentido, el Vocero del Gobierno de Oaxaca, Francisco Vallejo Gil, dijo al sitio Emeequis que “no se están gastando recursos públicos en la imagen del Gobernador” en esta campaña.
La Ley es clara en estos casos: el Artículo 134 de la Constitución prohíbe la propaganda que incluya nombres, imágenes, voces, o símbolos que impliquen la promoción personalizada de cualquier servidor público:
“La propaganda, bajo cualquier modalidad de comunicación social, que difundan como tales, los poderes públicos, los órganos autónomos, las dependencias y entidades de la administración pública y cualquier otro ente de los tres órdenes de gobierno, deberá tener carácter institucional y fines informativos, educativos o de orientación social. En ningún caso esta propaganda incluirá nombres, imágenes, voces o símbolos que impliquen promoción personalizada de cualquier servidor público”, dice al respecto.
Murat Hinojosa es hijo de José Murat Casab, exgobernador de Oaxaca entre 1998 y 2004, uno de los principales impulsores del Pacto por México, en el cual el PAN y el PRD abrazaron las reformas estructurales del Presidente priista Enrique Peña Nieto, y cuya fortuna ha sido objeto de escrutinio como cuando en 2015 The New York Times reportó que poseía propiedades millonarias en la “Gran Manzana”, algo que el exmandatario negó, aunque en ese entonces sí reconoció que 10 años atrás había comprado dos departamentos en Utah.
Su hijo, el actual Gobernador de Oaxaca, se ha desempeñado como funcionario federal en el sexenio de Peña Nieto, al frente del Infonavit, cargo al cual renunció en 2015 para contender por el Gobierno Oaxaca, el cual le recuperó al PRI, quien lo había perdido en 2010 a manos de la alianza entre PAN y PRD que llevó al triunfo a Gabino Cué Monteagudo. No obstante, Murat no pudo retener para el tricolor esta entidad otros seis años más y en diciembre próximo asumirá el morenista Salomón Jara Cruz.
Al frente del estado su desempeño ha sido cuestionado. Es una de las entidades con mayores niveles de pobreza. Hasta 2020, un total de dos millones 569 mil 008 personas vivían en estas condiciones, un 9.74 por ciento menos que en 2016, no obstante es de los estados donde persiste un histórico abandono. Así lo muestran otras cifras: el rezago educativo se incrementó 11.74 por ciento al pasar de un millón 103 mil 008 personas en esta situación en 2016 a un millón 233 mil 004 en 2020. Las cifras son similares en el acceso a los servicios de salud, cuya carencia aumentó 139.66 por ciento en el mismo periodo.
Pero nada de esto ha sido un impedimento para que Alejandro Murat Hinojosa promocione su imagen en la recta final de su Gobierno.
Por ejemplo, a principio de julio pasado, Murat dijo a la revista Líderes mexicano, después de haberse destapado en Quien, que durante los seis años de su Gobierno, la mayor enseñanza que le dejó ser Gobernador de Oaxaca es “que las cosas se construyen”, como él lo ha hecho con su campaña para 2024, aún cuando en su partido la dirigencia que encabeza Alejandro Moreno Cárdenas, mejor conocido como “Alito”, no ha abierto el proceso presidencial a su militancia como si ha ocurrido con el resto de los partidos.
Por esas mismas fechas, fue señalado de emplear la Guelaguetza para apuntalar su imagen a través de entrevistas para hablar sobre la principal celebración que se realiza en Oaxaca que se llevó a cabo este año del 1 de julio al 3 de agosto y de paso sostenerse en sus aspiraciones políticas.
En ese contexto, por ejemplo, habló con La Jornada en la Ciudad de México, a donde acudió a inicios de julio para inaugurar en el Paseo de la Reforma una exposición fotográfica de la historia de la Guelaguetza. En declaraciones a este diario reiteró sus planes: “Si uno no puede, mejor no levantar la mano. Entiendo la realidad que enfrentamos, los retos, pero también estoy listo. Así entendía los retos cuando fui candidato en Oaxaca”.
Semanas después concedió otra entrevista al Heraldo de México en la que insistió en estar preparado para luchar por la Presidencia gracias a las políticas que implementó en su estado. “Hay un modelo que llevamos a cabo en un estado donde no crecíamos, ya crecimos”, expresó, aún cuando en la entidad, con todo y la reducción en la pobreza que ha presumido Murat, se mantiene como una de las principales entidades con rezago social.
Además, otras mediciones ponen en duda su desempeño al frente del Gobierno de Oaxaca. La más reciente encuesta de El Financiero para calificar precisamente el trabajo de los gobernadores del país, coloca a Murat como el segundo peor evaluado, con un 20 por ciento de aprobación, apenas detrás de Cuauhtémoc Blanco, quien registra 18 puntos de aprobación.
Sin embargo, nada de esto ha frenado a Alejandro Murat Hinojosa en su campaña para 2024, en la que aspira a ser el abanderado del PRI, un partido que sólo ha ganado una elección —en alianza— de las 21 por las que ha competido.