Con Stallone una vez más al frente, esta quinta entrega de la saga muestra a un Rambo agotado y consumido por los demonios personales pero que debe emprender un nuevo desafío: enfrentarse en México a unos sanguinarios criminales.
Por David Villafranca
Los Ángeles (EU), 18 septiembre (EFE).- Una saga de adrenalina y acción como Rambo no parece, a priori, un proyecto para Adriana Barraza, pero la carismática actriz mexicana explicó a Efe que se interesó por Rambo: Last Blood ya que aquí se ve al héroe inmortalizado por Sylvester Stallone "de una manera humana".
Nominada al Óscar a la mejor actriz secundaria por Babel (2006), Barraza forma parte en Rambo: Last Blood, que se estrena el viernes, de un reparto muy hispano en el que también figuran la estadounidense de origen chileno Yvette Monreal y los españoles Paz Vega, Óscar Jaenada y Sergio Peris-Mencheta.
Con Stallone una vez más al frente, esta quinta entrega de la saga muestra a un Rambo agotado y consumido por los demonios personales pero que debe emprender un nuevo desafío: enfrentarse en México a unos sanguinarios criminales.
Pregunta: Nunca hubiera imaginado que la entrevistaría por una película sobre Rambo. ¿Le sorprendió que la llamaran para una cinta así?
Respuesta: Recibí la invitación de un querido amigo, el director Adrian Grunberg, y cuando me dijo "no sé si estarías interesada en leer el guión, hay una invitación para que hagas un personaje", dije: "Guau, ¡claro!". ¿Sabes qué? Me encanta la versatilidad en los trabajos y pensé, oye, un icono como Stallone, y Rambo, que ha sido parte del cine ya iconográfico... pues claro que me encantó.
El guión fue realmente lo que me decidió a hacerla. El personaje era muy conmovedor y hay una cosa que me gustó mucho: ver al héroe de una manera humana. Este héroe que tiene ya una edad, que tiene muchas dudas de sí mismo, que tiene una maraña de pensamientos y de emociones... Verlo dudar, verlo flaquear: eso me parece tan importante porque nos conecta como seres humanos con los personajes.
P.- María (su personaje) y Rambo no son familia, pero se quieren mucho. ¿Cómo es la relación entre ellos?
R.- Es una mujer con muchos pantalones, que es capaz de decirle a este hombre que viene de la guerra, con esta situación tan complicada: "Espera, para un poquito, ya no estás en la guerra, solo en tu cabeza". Y es capaz de darle estos consejos maternales, pero también de ponerse fuerte: "No, no, no, aquí lo que va a pasar es lo siguiente". Eso me encantó, imagínate.
P.- Habla muy bien de Stallone como compañero de trabajo. ¿Qué vio detrás de este actor conocido por el cine de acción y por ser un tipo duro?
R.- Acostumbro a ver el trabajo de mis compañeros antes de empezar a trabajar con ellos. Es algo muy importante porque me gusta saber cómo han ido desarrollándose como actores para tratar de entender su metodología, cómo toman los eventos emotivos, cómo los hacen propios como actores.
Una película que me encantó fue Cop Land (1997). Ahí dije: "Sylvester Stallone no solamente es un actor de acción". Ahí podía entrar en unas profundidades emocionales muy bonitas. Entonces, cuando tuve mis primeras escenas con él, tuve la fortuna, y por eso hablo muy bien de él, de encontrar a un compañero que no te escatima nada en el escenario.
Es un señor completamente disciplinado, y yo amo la disciplina, que sabe muy bien su negocio (...), y, sobre todo, que se entrega en las escenas. ¿Cómo no agradecerle, a quien sea, que te mire a los ojos, conecte contigo y que, en el primer ensayo, podamos empezar a construir nuestros sentimientos, que de eso se trata en nuestras escenas?
P.- La película representa a México como un lugar muy violento, sangriento y oscuro. Es una parte de la realidad de México, pero quizá en Hollywood se ha convertido en un lugar común. ¿No cree que, en estos momentos tan complicados entre EU y México, este tipo de representaciones pueden ser perjudiciales?
R.- Voy a partir de que, obviamente, no se puede tapar el sol con un dedo. Pero creo que en esta película están representados, grosso modo, los dos tipos de mexicanos. El personaje de Paz Vega, el de Yvette y el mío, que somos los mexicanos que nos levantamos todos los días a trabajar, no importa si vivimos de este lado de la frontera o el otro.
Y, obviamente, está ese grupo de personas sumamente violentas, que puede ser de un cartel o de cualquier otro innoble evento. Pero también quiero decir que, afortunadamente, en esta película estamos nosotros para representar a los millones y millones de mexicanos que somos honrados y personas de bien.
Desafortunadamente, esta pequeña parte, porque es pequeña realmente en relación a la cantidad de personas que somos en México, es tan terrible, tan profundamente terrible y malvada (...) que llama mucho la atención. Yo espero que esta película le pueda dar al espectador las dos versiones de nosotros.