Ciudad de México, 18 de septiembre (SinEmbargo).– Hace unos días se puso en circulación el tercer número de la revista Cáñamo México, publicación dedicada al mundo cannábico y, según sus editores, busca informar y crear espacios de discusión en torno a la mariguana. Sin embargo, los directivos denunciaron que persiste la amenaza que este nuevo medio sea censurado por autoridades federales.
Durante la presentación de la revista, Leopoldo Rivera Rivera, editor Cáñamo México, explicó que existe una mala interpretación y desconocimiento de las leyes, pues en el dictamen de la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación (Segob) refiere que la revista podría ser ilegal, puesto que atenta contra la moral y buenas costumbres al hacer apología del consumo de cannabis con fines recreativos.
“El discurso de cáñamo no es de odio, trata de informar. Y si seguimos, seremos considerados como criminales”, comentó Rivera Rivera.
Por su parte, el escritor Jorge Hernández Tinajero aseveró que las autoridades mexicanas no saben qué hacer, pues Cáñamo puede abrir una brecha social y poner el tema de las drogas, lo que las coloca entre la espada y la pared.
En la mesa de presentación, que tuvo lugar la semana pasada en la Pulquería Insurgentes, los ponentes retomaron el caso de Graciela Elizalde, niña de ocho años de Monterrey a la que un juez le concedió un amparo para que autoridades federales le permitan el uso de cannabidiol (CBC), un aceite derivado de la planta cannabis sativa o marihuana.
El ex Diputado perredista Fernando Belaunzarán Méndez mencionó que la acción legal que emprendieron los papás de “Grace” abrirá el tema de las drogas a nivel Legislativo, pues –dijo– es indignante que México sea productor de mariguana, cocaína y heroína mientras en los hospitales hay carencia de morfina.
Ahora, está en manos de la Procuraduría General de la República (PGR) y a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) determinar si se trata de una publicación ilícita y de sacar a Cáñamo de los puestos de revista.
El Reglamento Sobre Publicaciones y Revistas Ilustradas se refiere como contrarios a la moral púbica a los “escritos, dibujos, grabados, pinturas, impresos, imágenes, anuncios, emblemas, fotografías y todo aquello que directa o indirectamente induzca o fomente vicios y constituya por sí mismo delito”.
El dictamen citaba una entrevista del primer número de la revista con Tito Fuentes de Molotov, en la que el músico dice: “[mi recomendación] es que si van a empezar a fumar lo hagan medio tarde, como a los 21 o veintitantos…”.
Hace unos días, Eduardo Bertoni, Ex-Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) publicó un texto en donde expuso que: “En definitiva, el caso de la actuación de la SEGOB y la Comisión Calificadora, de prosperar negativamente, podría poner a México una vez más en el banquillo de los países acusados por violar la libertad de expresión. En tiempos en que los y las periodistas en este país se debaten entre seguir con su profesión o dedicarse a otra cosa por temor a represalias, sería de esperar que, a lo menos, los esfuerzos del Gobierno para la protección de derechos fundamentales sea puesto donde más falta”.
En tanto, la postura de Cáñamo sigue siendo que se respete el derecho a la información y a la vez que el Estado salga del oscurantismo y que se abra la discusión sobre la legalización de las drogas con fines médicos y recreativos.