Los primeros contagios comenzaron a finales de abril en la compañía agrícola Los Pinos, donde por lo menos 37 trabajadores adultos y cuatro niños de la guardería de esa empresa enfermaron, confirmarían los dirigentes sociales Lucila Hernández y Fidel Sánchez. Ambos han tratado de tener un acercamiento con directivos de Los Pinos, pero no han sido recibidos.
Por Lorena Lamas
Tijuana, 18 de agosto (ZetaTijuana).- El miércoles 18 de marzo, por lo menos ocho camiones repletos de trabajadores del campo provenientes de Sonora y Sinaloa arribaron al poblado de San Quintín, delegación de Ensenada, para la temporada de pisca de fresa y su posterior empaque para su distribución en Estados Unidos.
Este año la migración de jornaleros agrícolas en este periodo es normal, sin embargo, el contexto de salud por la contingencia sanitaria representa una amenaza para los jornaleros establecidos ante un posible brote por coronavirus; aunado a la lejanía de la cabecera municipal, a 185 kilómetros hacia el sur, que dificulta recibir atención médica.
Los primeros contagios comenzaron a finales de abril en la compañía agrícola Los Pinos, donde por lo menos 37 trabajadores adultos y cuatro niños de la guardería de esa empresa enfermaron, confirmarían los dirigentes sociales Lucila Hernández y Fidel Sánchez. Ambos han tratado de tener un acercamiento con directivos de Los Pinos, pero no han sido recibidos.
ZETA llamó a la empresa agrícola para conocer la versión, pero se negaron a responder los cuestionamientos sobre el estado de salud de los menores y el resto de los trabajadores.
“Hemos intentado entablar comunicación con Rancho Los Pinos, pero nos han negado la comunicación, no nos han recibido y estuvimos afuera de la empresa para pedir una reunión y juntos buscar cómo prevenir”, manifestó Sánchez.
Agregó hay compañeros que solo hablan mixteco, triqui, zapoteco y nagual, con los que hay que contribuir para crear conciencia y tomen las medidas necesarias, además de que se requiere el apoyo de las empresas, “si tuviéramos apoyo al 100 por ciento de las agrícolas, estamos seguros que disminuirían los contagios”, destacó Fidel, ya que algunos empresarios les refieren que no harán nada para prevenir contagios.
Cifras oficiales indican que San Quintín tiene 366 casos confirmados de SARS-CoV-2, de los cuales 10 han fallecido en los poblados y no alcanzaron a ser traslados.
SIN AGUA EN CASA, SOLO EN LOS CAMPOS
A la llegada de más empleados, se sumó el problema del abasto de agua en el poblado donde según cálculos del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI), un 80 por ciento de los 115 mil pobladores carece de este servicio básico.
El agua, al igual que la actividad agrícola, son consideradas como esenciales en esta contingencia por la presencia del novel coronavirus, no obstante, ninguno de los gobiernos de México o Estados Unidos, al ser la mayor parte de los productos cosechados de calidad de exportación, implementa vigilancia en las empresas para evitar contagios o llevar agua a las familias del campo.
Se estima que más de 80 mil personas en SQ no tienen abasto de agua y viven con un barril de 200 litros a la semana, cuyo costo es de 80 pesos. Quienes compran dos barriles gastan alrededor de 250 pesos. “Así tienen años viviendo”, detalló la dirigente Lucila Hernández, quien llevó una petición al inicio de la pandemia para que el Gobierno del Estado, a través de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (CESPE), gestionara recursos económicos emergentes y dotara de agua a las familias solo durante la contingencia. Sin embargo, la solicitud no ha fructificado.
Hernández considera que los pobladores pueden sobrevivir con mil litros a la semana almacenados en tres barriles, con lo cual se garantiza una vida más digna para los niños.
SIN HOSPITAL NI AMBULANCIAS
La mañana del lunes 10 de agosto, mientras ZETA realizaba un recorrido por la zona, una familia llegó a las instalaciones de la Cruz Roja Mexicana San Quintín, desesperados por conseguir una ambulancia que pudiera trasladar a uno de sus consanguíneos a un hospital de Ensenada, sospechoso de haber contraído COVID-19.
De inmediato paramédicos se ofrecieron a prestar la atención y conseguir una ambulancia privada, ya que la institución solo cuenta con una unidad para dar servicio a la población de miles de habitantes. En un momento dado la familia tuvo que revelar que el hombre enfermo estaba en un consultorio privado. Entonces los paramédicos detuvieron el trámite, pues ningún centro hospitalario tiene autorización para trasladar a posibles contagiados y es necesario recurrir a la jurisdicción sanitaria y esperar.
Como este caso, se presentan más todos los días en San Quintín, donde las personas deben buscar los medios para llevar los enfermos a recibir atención médica hasta la cabecera municipal.
Lucila Hernández resaltó que falta atención médica en la zona, pues la habilitación de la Clínica 69 del IMSS es una de las promesas incumplidas del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Hace un año, cuando el Mandatario nacional visitó la clínica que se ubica en la colonia Vicente Guerrero, solo se hizo una pequeña ampliación, pero fue insuficiente para habilitarla como área COVID.
Reconoció que otras compañías sí distribuyeron cubre bocas y gel antibacterial dentro de los camiones, incluso los desinfectaron, pero no han acatado la sugerencia de llevar solo a una persona por asiento.
SIN VIGILANCIA, SQ SOBREVIVE A LA COVID-19
Sobre las calles de los poblados, desde Camalú hasta San Quintín, miles de personas pasean por las calles en los mercados sobre ruedas, la mayoría usa cubrebocas, incluidos los niños.
Los jornaleros están acostumbrados al uso de cubre bocas, lo ha hecho por años con gorras, pasamontañas y pañoletas para esconder su cara del sol, polvo, agroquímicos y ahora del coronavirus.
El uso de gel antibacterial es mínimo, así como de los tapetes con líquidos sanitizantes.
Gloria, una comerciante del mercado en Vicente Guerrero, reveló cómo se cuida para no contraer la enfermedad, manteniendo el distanciamiento social, usando guantes y cubre bocas. Las manos no se las lavan seguido, al no contar con agua en la zona, por lo tanto, una de las demandas es precisamente el abastecimiento del vital líquido.
CALOR NO DISMINUYE CONTAGIOS
Las curas milagrosas no existen, alertó el Secretario de Salud, Alonso Pérez Rico, durante un recorrido hecho por la zona de San Quintín el 8 de agosto.
El galeno aclaró que el virus SARS-CoV-2 no ha disminuido en Baja California, siendo las delegaciones de Ensenada donde atienden a los pacientes más graves.
“No es real que el clima de este Valle disminuye el virus, ni la brisa de la mañana”, destacó el médico, advirtiendo que el novel coronavirus no ha perdido fuerza.
En especial describió la salud de los trabajadores de SQ como “golpeada” por la diabetes e hipertensión: “Son trabajadores con los hábitos de antaño y el tipo de alimentación no permite librarnos de las condiciones de vulnerabilidad”.
CABC REPARTIÓ PROTOCOLOS PARA PREVENIR
Héctor Uraga, representante del Consejo Agrícola de Baja California (CABC), afirmó que las empresas agrícolas afiliadas al organismo arrancaron hace un par de meses una intensa campaña denominada Si me Cuido, te Cuido.
“Estamos en una campaña de difusión donde promovemos el uso de cubre bocas y no solo hemos capacitado al personal administrativo, también en el campo para usar gel, lavarse las manos”, describió.
Cada empresa recibió las medidas sanitarias recomendadas por el sistema de salud, e incluso algunas que llevan a cabo pruebas a empleados con casos sospechosos.
Sobre el brote en la agrícola Los Pinos, Uraga se enteró de la situación y supo que los trabajadores fueron aislados, sin embargo, no hubo más información por parte de la compañía.
A lo largo de la Carretera Transpeninsular, desde Camalú hasta Santa María Los Pinos, hay carteles y espectaculares con la campaña del CABC, aunque solo en idioma español.
BONILLA APOSTÓ A LAS DESALINIZADORAS
El titular de la Secretaría del Agua, Salomón Faz, estuvo en las Jornadas por la Paz el fin de semana en San Quintín, y junto al gobernador Jaime Bonilla Valdez, se refirieron a un plan a futuro para llevar agua a la zona.
A diferencia de lo que afirma el INPI, el funcionario dijo que solo el 40 por ciento de los pobladores no tienen agua, y al mismo tiempo anunció una inversión de 33 millones de pesos en obras para mejorar el abasto.
Por su parte, Bonilla habló sobre incrementar la capacidad de las desaladoras que operan en los distintos ranchos agrícolas, así como de colocar más sistemas de desalinización.