Hugo Boss, Nautica, Carolina Herrera, Dolce Gabbana, Calvin Klein, Tomy Hilfiger, todas, aboslutamente todas las marcas se pueden encontrar en su versión clon.
Ciudad de México, 18 de agosto (SinEmbargo).- En tianguis, plazas públicas y puestos ambulantes es común la venta de perfumes a precios por debajo de lo que costarían en una tienda de prestigio. Uno podría pensar que es la plusvalía que obliga el aparador, o incluso que son de procedencia desconocida, y puede que sea así; sin embargo, en otros casos (los más comunes) se trata de productos apócrifos, conocidos como clones.
A lo largo de los años, se han hecho clones de múltiples artículos: ropa, lentes, audífonos, calzado deportivo, y los perfumes no podían ser la excepción.
Hugo Boss, Nautica, Carolina Herrera, Dolce Gabbana, Calvin Klein, Tomy Hilfiger, todas, aboslutamente todas las marcas se pueden encontrar en su versión pirata.
El youtuber Yulay se dio a la tarea de investigar el proceso (y uno que otro secreto) del negocio de los perfumes clones. Para ello, entrevistó a “El Chikis”, un chavo de la Ciudad de México que se dedica a rellenar y empacar las botellas para dejarlas como nuevas y listas para su venta.
Todo comienza con la compra de la materia prima: envases, cajas, celofán, y desde luego las esencias.
“El Chikis” comenzó como comprador y vendedor, pero luego se percató de que era mejor negocio comprar todo por separado pues generaba mejores ganancias.
“Vi cómo estaba el ‘bisne”, vi que ahí había billete, y vi que comprar todo por separado le sacabas más billete”.
A “El Chikis” le llegan las diferentes botellas de Belice, cada una, en promedio, le sale en aproximadamente 56 pesos mexicanos, mientras que las cajas, con el diseño y la marca le cuesta 21 pesos.
“Todo lo compro por mayoreo: la caja, la botella… El aroma y todo lo demás lo compro por litros o por medios”, dice.
El siguiente paso es quitar la boquilla con el atomizador a la botella, con unas pinzas y un trapo, algo que no resulta tan difícil de hacer.
Una vez que el envase está libre, “El Chikis” lo rellena con la esencia y una sustancia azul, que prefirió no revelar, pues, dice, es como la receta de la abuela.
Después de esto, sólo falta colocar una nueva boquilla y empacar las botellas.
Sin embargo, con tan sólo ver el celofán que envuelve la caja, es suficiente para percatarse de que es pirata; en los productos originales, el plástico está perfectamente adherido a la caja.
“El Chikis” afirma que en promedio una botella de Hugo Boss -cuyo precio en tiendas departamentales oscila entre los mil y mil 500 pesos- él lo da en 250, lo que significa que su margen de ganancia es de 200 pesos; pero intermediarios llegan a venderlos a precio de un original “a gente que no sabe”.
La industria del perfume en México sufre pérdidas anualmente por 3 mil 300 millones de pesos, toda vez que el país ocupa el lugar 12 en consumo de este producto a nivel global.