Hace unos días SinEmbargo.mx publicó un reportaje sobre las condiciones laborales y las prerrogativas del sindicato de Pemex que no debería dejar indiferentes a los mexicanos. En él se ilustra las ventajosas condiciones de los empleados de la empresa más importante del país, y sobre todo de las grandes dádivas que obtiene el sindicato y sus dirigentes.
Los trabajadores petroleros gozan de unos beneficios y de prestaciones impensables para el resto de los mortales. Tienen derecho a “ayudas para rehabilitación en alcoholismo y drogadicción, cirugías estéticas, bonos en miles de pesos por asistir a trabajar, la posibilidad de crear empresas para brindar servicios a la misma paraestatal, además de viajes, becas, servicios médicos y equipos deportivos”, entre otros.
En el remoto caso de que un trabajador sea despedido, tiene derecho a cinco meses de salario y 20 días por cada año trabajado, y otro tanto en calidad de “prima de antigüedad” (cláusula 21); gozan de condiciones especiales para poder jubilarse (25 años de laborar en la empresa y 55 años de edad); pago de gastos funerarios equivalentes a 140 días de salario o pensión; vacaciones sumamente generosas (treinta días laborables); 60 días de aguinaldo y un largo etcétera.
Sin embargo, lo mejor está reservado para el sindicato y sus dirigentes.
Según el contrato colectivo de trabajo, el sindicato obviamente lleva mano a la hora de cubrir las vacantes, ya sean temporales o definitivas. Es decir, en las cláusulas cuarta y quinta se institucionaliza el enchufismo y el tráfico de plazas. Práctica que, por cierto, no es exclusiva de dicho sindicato.
Pemex “proporcionará sin costo alguno, a las secciones o delegaciones del sindicato un local con servicios de luz, agua y teléfono” (cláusula 159); también deberá proveer de campos deportivos, que serán propiedad del sindicato (cláusula 166); pagará salarios y prestaciones, viáticos, ayuda para transporte y gastos conexos foráneos a 68 funcionarios del Comité Ejecutivo General que incluye asesores sindicales y Consejo General de Vigilancia, 5 consejeros sindicales, 90 integrantes de las comisiones nacionales mixtas señaladas en este contrato, 158 comisionados nacionales y 12 comisionados adscritos directamente a las órdenes del Secretario General del STPRM. A todo eso hay que agregar el pago de sueldos y prestaciones a 950 “funcionarios sindicales seccionales” (cláusula 251).
Las empresas que integren los trabajadores de Pemex podrán optar a las licitaciones en condiciones preferenciales (cláusula 34). En este punto se han reportado infinidad de empresas que los dirigentes sindicales han constituido a través de prestanombres y han obtenido –se habla de— miles de millones de pesos en contratos y asignaciones.
Por si fuera poco, la empresa paga más de 20 millones de pesos al sindicato en concepto de celebración de la expropiación petrolera. Asimismo paga más de 129 millones de pesos –sí, 129 millones— como apoyo al sindicato para la revisión del contrato colectivo.
Esta es una parte –y solo una parte— de la explicación de las multimillonarias perdidas de Pemex. ¿Así cómo?
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