No es la primera vez que Andrew escapa de un peligro mortal: sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial, años después tuvo un grave accidente de tráfico (más tarde se enteró de que su chofer era un nazista oculto y se había estrellado deliberadamente para asesinarla), luego fue azafata en un avión que cayó al mar, superó un cáncer de mama y hoy, a sus casi 100 años de vida, contrajo SARS-CoV-2 que también superó.
Londres, 18 de julio (RT).- La británica Joy Andrew, que el próximo 22 de noviembre cumplirá 100 años, se recuperó del COVID-19.
Según su hija, Michele, Joy fue diagnosticada con la infección en mayo. Dos semanas después fue trasladada a una unidad de cuidados finales, a donde incluso concurió Michele para decirle adiós. Para sorpresa de todos, al poco su estado de salud empezó a mejorar y finalmente fue dada de alta, y ahora continúa su recuperación en la familia.
No es la primera vez que Andrew escapa de un peligro mortal. Judía nacida en Londres en 1920, durante la Segunda Guerra Mundial prestó servicios en el Mando de Bombarderos.
Después de la victoria contra Hitler fue trasladada a Dusseldorf, en Alemania, donde tuvo un grave accidente de tráfico. Posteriormente se enteró de que su chofer era un nazista oculto y se había estrellado deliberadamente para asesinarla.
Delighted to see my indefatigable great-aunt in the Sun:https://t.co/UVxfUU2WuX
— Dominic Green (@DrDominicGreen) July 15, 2020
Tras terminar su servicio militar, Andrew se convirtió en una de las primeras azafatas de la aerolínea British Overseas Airways Corporation. Como tal, estaba a bordo de un avión que cayó en desiertos de Libia, y fue rescata por beduinos. Más tarde sobrevivió a un cáncer de mama.
"Ciertamente, no iba ella a dejar que el coronavirus la derrotara", dijo a The Sun la hija de Joy.
Al igual que Joy, aunque no con tanta fortuna, Ada Zanusso, una mujer de 103 años de edad, superó al nuevo coronavirus.
Para recuperarse del COVID-19, como lo hizo Ada, recomienda valor y fe, las mismas cualidades que le han funcionado bien en sus casi 104 años de vida, dijo en abril.
PHILLYS NO CORRIÓ CON LA MISMA SUERTE
Ya avanzada de edad, Phyllis Antonetz se mudó a otro estado y empezó a trabajar como voluntaria en una escuela. A los 90 seguía viviendo sola, tomaba varias clases y salía bastante. Pasados los 100, era la reina de una residencia de ancianos, siempre atildada y contando historias.
Sus nietos la proclamaron “La más grande de todos los tiempos” y decían que no moriría jamás. Era una fuerza de la naturaleza que vivió tanto que experimentó dos grandes pandemias separadas por un siglo.
Pero no sobrevivió a la segunda.
Falleció el 17 de abril por el coronavirus, a los 103 años de edad. Su familia dice que vivió una vida plena. De niña fue testigo de la pandemia de gripe de 1918 y de la depresión de la década de 1930. Luego fue enfermera voluntaria durante la Segunda Guerra Mundial y vio el funeral de John F. Kennedy desde un salón a oscuras.
-Con información de AP.