La disputa que llevó al desplazamiento forzado de los 2036 indígenas de Aldama es por 60 hectáreas de tierra que demandan para si los grupos de civiles armados que se ubican en el municipio de Chenalhó.
Por Ángeles Mariscal
Aldama, Chiapas, 18 de julio (ChiapasParalelo).- En medio de una situación de hambruna por las condiciones de desplazamiento forzado y agresiones en las que viven 2036 indígenas de Aldama, la niña María Luciana Luna Pérez, de 13 años de edad, recibió dos disparos de arma de fuego, cuando se encontraba bordando en el patio de una vivienda del poblado Cocó, una de las 11 localidades que viven bajo el asedio de grupos de civiles armados.
El reporte del hospital de Aldama señala que María Luciana recibió dos impactos de bala, uno por el ojo y el otro en el pecho. Los disparos provinieron del poblado de «Nech’en» Santa Martha Chenalhó, y fueron dirigidos en dirección a la comunidad de Cocó Aldama.
De acuerdo a testimonios que recogió el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, esta madrugada, desde las 00:40 horas, se intensificaron los ataques por parte de grupos civiles armados de corte paramilitar de Chenalhó a comunidades del Pueblo Maya Totsil de Aldama: Tabak, San Pedro Pedro Cotsilnam y Koko’. Hasta las 14:00 horas persistían los disparos con armas de alto calibre.
Apenas el pasado martes, los indígenas desplazados de Aldama denunciaron que hasta ese día, habían contabilizado 98 agresiones armadas que en los tres meses recientes, han recibido por parte de personas que les disparan desde las montañas colindantes a sus localidades.
Martin Sántiz Sántiz denunció que llevan esa bitácora para hacer el reporte que entrega a la Fiscalía de justicia de Chiapas. Detalló que, desde el inicio de la pandemia, disminuyó el patrullaje que en la zona realizan policías y militares. Ahora solo una vez a la semana recorren el camino principal de la zona, “se dan una vuelta por la carretera, miran de donde vienen los disparos, y se van. Lo que nos dicen es: ustedes guarden silencio, no caigan en provocación”.
La disputa que llevó al desplazamiento forzado de los 2036 indígenas de Aldama es por 60 hectáreas de tierra que demandan para si los grupos de civiles armados que se ubican en el municipio de Chenalhó.
La situación de violencia y despojo del territorio data de hace siete años. Sin embargo, en 2019 se agudizó, y en los meses que lleva la pandemia, las agresiones con disparos se dan todos los días.
Ello ha ocasionado que los indígenas ya no puedan llegar a sus campos de siembra, por lo que están pasando por una situación de insuficiencia alimentaria.